jueves, 30 de noviembre de 2023

FLORENCIA (4) PONTE VECCIO

Ponte Vecchio


Uno de los puentes medievales más bonitos del mundo y otro de los lugares que merece la pena visitar en Florencia es, sin duda, el Puente Veccio, Ponte Veccio para ellos y que es el símbolo, por excelencia, de la ciudad. El Ponte Vecchio es a Florencia lo que el Coliseo es a Roma, y es que su imagen es la más conocida y representativa de la ciudad.
El Ponte Vecchio, además es el símbolo del romanticismo que inunda toda la ciudad de Florencia. Y es que además  de sus casas colgantes, si hay algo que caracterizó al puente durante años, fue la cantidad de candados que eran colocados en éste como señal de amor. La idea es que el amor inquebrantable quede representado por el candado que lleva las iniciales de la pareja y queda cerrado sin posibilidad de abrirlo, porque la llave es botada al fondo del Río Arno.
Una romántica costumbre que empezó en el Puente Milvio de Roma a raíz del libro de Federico Moccia "Ho voglia di te" (Tengo ganas de tí en castellano) y que se ha ido extendiendo por todo el mundo.
Actualmente el rito sigue funcionando, pero cada muy poco tiempo las autoridades quitan los candados por la seguridad de la estructura.
Considerado como el más antiguo de Europa, este puente de piedra, es uno de los pocos puentes habitados con sus casas colgantes de colores ocres que se conservan en ambos laterales, apiñadas, aparentemente sin orden ni concierto y sus cuidadas tiendas de joyas.
Y qué decir de las vistas, desde su parte central, del río Arno que atraviesa en su punto más estrecho.
Como curiosidad, fue de los pocos puentes que no se destruyeron durante la Segunda Guerra Mundial y por él cruza el famoso corredor vasariano, un pasadizo que utilizaban los Médicis para ir del Palacio Vecchio al Palacio Pitti, sin tener que salir a la calle.
El puente, del tipo puente en arco, de piedra con una longitud de 62 metros y una anchura de 32 metros se sostiene sobre tres arcos rebajados; el principal tiene una luz de 30 metros y los otros dos de 27 metros, mientras el alzado de los arcos varía entre 3,9 y 4,4 metros.
Fue la primera vez que se usó este tipo de arco en la construcción de un puente en Occidente. Otros puentes famosos, como el Ponte Rialto de Venecia, se construyeron siguiendo el diseño del Ponte Vecchio de Florencia.Vasari atribuye su diseño, en 1335, al arquitecto y pintor italiano Taddeo Gaddi, pero al parecer sólo colaboró como maestro de obras y asistente de Neri di Fioravante, verdadero artífice del puente. Probablemente Gaddi realizó el diseño y Fioravante llevó a cabo los correspondientes trabajos de ingeniería y arquitectura.Se finalizó e inauguró  en1345.
Ponte Veccio. Grabado del S.XV
Se cree que fue un puente construido inicialmente con pilones de madera por los romanos, poco después de la fundación de Florencia sobre el año 150 a. C. ​ Esa pasarela se consolidó y amplió en tiempos del emperador Adriano que promovió la construcción de la via Cassia Nuova, que atravesaba la ciudad y llegaba hasta la misma Roma. El primer puente romano fue destruido en el s. VI-VII, consecuencia del descuido y las guerras bárbaras, además de probables daños relacionados con las inundaciones.
Inundaciones de 1966

Es difícil saber cuántos puentes y cuantas veces han sido destruidos y vueltos s reconstruir por las frecuentes inundaciones del Arno.  Y es, quizá, hacia el s. IX ó X cuando el puente tuviera la posición actual.
Hasta 1218 fue el único puente que cruzaba el río Arno. En ese momento se levantó otro puente de madera con el nombre de Puente Nuevo, que después de ser destruido por una inundación y reconstruido por Cosme I de Médici, en 1333, tomó el nombre de "Puente alla Carraia", ya que lo ensancharon y los carros podían pasar. Hoy en día, el río Arno es atravesado por seis puentes que pueden ser cruzados a pie o en coches, excepto el Ponte Vecchio, que no permite el tráfico vehicular. 
También tras ser dañado y destruido, el puente Veccio, por esa inundación del 1333, los florentinos deciden reforzarlo y es con este objetivo, que se hace de piedra. En el diseño se incluyen tres grandes arcos para que el río tuviese un espacio de paso mayor y disminuyese la presión sobre los pilones-tajamares. Toda una innovación para la época.
Fue reconstruido enteramente de piedra entre 1335 y 1345, lo que lo hace capaz de soportar no solo cualquier embate climatológico, sino también ser base de casas, tiendas y ser transitado por miles de visitantes.
Desde siempre ha contenido distintas tiendas y gran actividad comercial; según la leyenda, esto es debido a que la situación del puente sobre el río Arno le otorgaba un status especial, pues el puente aunque seguía el trazado de la Vía por Santa María no estaba sobre un suelo con propietario. Ese status implicaba la exención de impuestos, así que, pronto, se colocaron bancas en los laterales en las que exponer y vender mercancías.
Los comerciantes eran autorizados antiguamente a mostrar sus mercancías sobre mesas por el bargello (una especie de magistrado comunal).
Comercios
Siguiendo la
tradición comenzada en la Lonja del Mar de Barcelona, cuando un vendedor no podía pagar sus deudas, su puesto/mesa para la venta era rota por los soldados (bancarrota). Al no disponer ya de una mesa, el comerciante no podía vender sus mercancías.
Al comienzo, los comerciantes alineaban sus tenderetes, en italiano ("botteghe"), a ambos lados del puente.
Pero en 1495, la ciudad, que era la dueña y arrendadora de las tiendas a los comerciantes, se vio obligada a vender las parcelas, por razones económicas. A partir de entonces, las tiendas comenzaron a agrandarse y se multiplicaron los voladizos sobre el río, que están sostenidos por puntales de madera ajustados a los estribos del puente y que hoy configuran la imagen del puente.
Corredor Vasariano como rodea la
Torre Mannelli con las
tornapuntas que lo sostienen
Para conectar el Palazzo Vecchio (sede del gobierno de Florencia) con el Palazzo Pitti, el Gran Duque Cosimo I de Medici encargó a Giorgio Vasari que construyera el famoso Corredor Vasariano sobre el puente, apenas 1 Km. de distancia, el cual se finalizó en 1565. Este corredor da una vuelta en torno a la Torre de Mannelli, ya que los dueños de la misma no permitieron que fuera alterada o destruida para la construcción del corredor.
En sus inicios, el Ponte Vecchio albergaba los negocios de carnicería, herrerías y encurtidores de toda Florencia y la asociación de carniceros llegó a monopolizar los negocios sobre el puente desde 1442. Fue una medida adoptada con el objetivo de evitar al resto de la ciudad los fuertes olores. De esa manera, además, los carniceros podrían tirar sus desechos directamente al río.
Pero, en 1593 el Gran Duque Fernando I decidió expulsar del puente a los carniceros y matarifes que ocuparon sus casas durante los siglos XV y XVI, prohibiéndoles realizar sus actividades en el lugar. Se dice que no soportaba los olores de ese comercio mientras iba desde el Palazzo Vecchio hasta la residencia de la familia Médici, en el Palazzo Pitti, pasando sobre el corredor vasariano.
Además, para aumentar el prestigio del lugar, fomentó que el sitio vacante de los carniceros fuera inmediatamente ocupado por orfebres, joyeros y comerciantes de oro, que actualmente siguen ocupando los voladizos y puestos del puente.
Durante la Segunda Guerra Mundial, a diferencia de todos los demás puentes de Florencia que fueron volados por la Wehrmacht, el Ponte Vecchio no fue destruido por los alemanes durante su retirada el 4 de agosto de 1944. Según la leyenda - versión que se ha mantenido hasta el día de hoy - esto se debió a una orden expresa del Führer. Adolf Hitler conoció este puente en 1938, en una visita de estado que el líder alemán hizo a Florencia, junto al Duce Benito Mussolini y quedó prendado de la noble estructura. La perentoria orden fue obedecida y, gracias a esta disposición de respetar el venerable puente, este habría resultado absolutamente indemne de cualquier daño serio y así, prevaleció para la posteridad.
Placa de Gerhard Wolf
Aunque otras historias recorren los tiempos para significar el hecho de que el puente no sufriera las consecuencias de ese sin sentido que tienen las guerras, como la versión que cuenta que el que tuvo más que ver con esa decisión fue el cónsul alemán en Florencia, Gerhard Wolf, que tiene una placa conmemorativa en el mismo puente. O la última descubierta que tiene ver con un florentino de nombre Burgassi,  al que todo el mundo en el Ponte Vecchio lo llamaba Burgasso. Enfermo de poliomelitis lisiado y que cojeaba  se encargaba de cerrar las joyerías por la noche moviendo las antiguas y pesadas vitrinas móviles, que ya no están. Su estado hacía que los soldados alemanes le dejaran pasear por el Puente Vecchio sin restricciones. Esa libertad le permitió desconectar las bombas que habían colocado los soldados por todo el puente y que debían hacerlo volar por los aires en el momento de su retirada de Florencia.
Puente de Santa Trinidad destruido
por los alemanes el 8-Agosto-1944
Lo que sí que hicieron los alemanes, para que los aliados no pudieran aprovecharlo, fue dinamitar los edificios a los lados del puente, con lo que lo bloquearon por completo.
También se cuenta que las grandes ventanas del centro del puente se abrieron para el führer.  Y aunque Mussolini abrió un par más de ventanas panorámicas para la visita de Hitler en 1939. Pero las primeras ventanas panorámicas, en el centro del puente, son de 1860 cuando se ampliaron los pequeños ventanucos redondeados que ya existían para la visita de rey de Italia –en ese momento todavía en proceso de unificación– Vittorio Emanuele II.

Monumento a Benvenuto Cellini

En el centro del puente hay dos terrazas panorámicas: una está cubierta por el corredor vasariano; la otra alberga el monumento a Benvenuto Cellini, realizado por Raffaello Romanelli e inaugurado el 26 de mayo de 1901, con motivo del
cuarto centenario de su nacimiento y en reconocimiento de los orfebres florentinos al que consideraban un gran maestro.
La obra es un busto del célebre escultor y orfebre que fue Benvenuto Cellini con una placa conmemorativa sobre un pedestal de mármol blanco y dotada con una fuente. El pedestal está decorado con motivos típicos de la época de Cellini, como festones, máscaras, garras de león, cabezas de carnero (emblema de Cosme I, para el que trabajó)
Cellini, además de un excelente orfebre fue escultor, grabador y escritor destacando como obra imprescindible su autobiografía.
Este artista del siglo XVI trabajó tanto el mármol como el bronce y otros materiales propios de la orfebrería como el oro, la plata, etc. Entre sus obras más conocidas y valoradas se encuentra Perseo con la cabeza de Medusa de la loggia de Lanzi, realizado por encargo de Cosme I de Médicis, el celebérrimo Salero de oro con esmaltes, realizado para el rey francés Francisco o el Crucifijo del Escorial (regalo de Francisco I de Médicis al rey Felipe II de España) y que se conserva en el trascoro de la basílica de El Escorial, entre otras muchas obras que le han llevado a ser considerado como una de las personas más influyentes del Renacimiento Italiano.

Corredor Vasariano

Corredor Vasariano 1 Km,
El Corredor Vasariano, es otro de los lugares populares de Florencia. Se trata de una galería o pasaje elevado, de aproximadamente 1 Km., que conecta el Palacio Vecchio con el Palacio Pitti, pasando sobre la Galería Uffizi y el Ponte Vecchio.
En 1549, Cosimo I de Medici, segundo duque de Florencia, compró el Palazzo Pitti, considerado en su momento el palacio más lujoso de Europa, al menos hasta que se terminó Versalles en Francia.
El Corredor Vasariano fue construido en 5 meses por orden del gran duque Cosme I de Médici en 1565, y diseñado por Giorgio Vasari. Su construcción estuvo relacionada con la boda del hijo de Cosme, Francisco, con Juana de Habsburgo-Jagellón. Se dice que no soportaba los olores de ese comercio mientras él y sus visitantes extranjeros invitados a la boda iban desde el Palazzo Vecchio, sede del gobierno de la ciudad,  hasta la residencia de la familia Médici, en el Palazzo Pitti, al otro lado del río Arno, pasando sobre el corredor vasariano.
Corredor Vasariano sovre el Puente Veccio
Pero, también la idea de una galería elevada fue motivada por las exigencias del gran duque para moverse libremente desde su residencia al palacio de gobierno, y evitar pisar la calle, y, con ello, evitar posibles atentados contra su vida en una ciudad en la cual ya no era tan apreciado, después de la abolición de la República de Florencia.
El mercado de carnes del Ponte Vecchio fue trasladado para evitar que el gran duque lo oliera al pasar, y su lugar fue ocupado por orfebrerías que todavía se encuentran en el puente.
El puente que une la Galería de Uffizi
 a
l Palazzo Vecchio
Antiguamente, el Ponte Vecchio en Florencia contaba con cuatro torres defensivas, una en cada una de sus esquinas, es un puente bastante ancho, y la torre de Mannelli es la única que ha llegado a la actualidad. La torre, en aquellos momentos entorpecía el diseño de Vasari para su corredor. De ahí que el arquitecto pidiese permiso a la familia Mannelli para modificarla con el objetivo de construir su pasadizo. Éstos se negaron y el arquitecto se vio obligado, en este extremo, a pasar el corredor, rodeando la Torre de Mannelli mediante un quiebro y apoyándose en la galería sobre tornapuntas de madera.
La iglesia de Santa Felicidad
desde el Corredor
Vista  desde el corredor
del río Arno 
En el medio del Ponte Vecchio el Corredor Vasariano se caracteriza por tener unas ventanas panorámicas con vistas al Arno. Estas reemplazaron a las pequeñas ventanas de la construcción original por orden de Benito Mussolini.
Traspasado el Ponte Vecchio, al otro lado del Arno, el Corredor Vasariano pasa por encima de la logia de la iglesia de Santa Felicita. En este punto la galería tiene un balcón, protegido por una baranda, que mira al interior de la iglesia, para permitir que la familia del gran duque pudiera presenciar las celebraciones sin mezclarse con las masas.
Entrada al corredor
La salida del Corredor
en el Palacio Pitti
En el tramo de la Galería Uffizi, el Corredor Vasariano es usado como una galería de arte en la que se exhiben una extensa colección de retratos y estatuas romanas procedentes, en su mayoría, de la colección particular de los Médici.
El Corredor Vasariano pasa por la Galería Uffizi, el Ponte Vecchio, el Palacio Pitti y los Jardines Boboli entre otros monumentos de Florencia.
Obras del corredor
Autorretrato de Rafael
Actualmente el pasaje alberga una de las colecciones de autorretratos más importantes del mundo, con más de 1.000 pinturas desde el siglo XVI hasta nuestros días. Con pinturas de autores como Rubens, Bernini, Rembrant, Delacroix, Velázquez y Chagall, entre otros. Además de  una hermosa colección de cuadros de los siglos XVII- XVIII, y una colección de retratos de autores menores.
El acceso está muy limitado y sólo se permiten excursiones con reserva especial a través de operadores privados, en pequeños grupos que son permanentemente acompañados por personal de las Uffizi, durante las que no se permiten fotos. 

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