lunes, 23 de octubre de 2023

FLORENCIA (1): SANTA MARÍA DI FIORE

 

Lugares que visitar en Florencia

Con esta lista de lugares, que considero más destacados de Florencia, pretendo servir de ayuda a aquellas personas que visiten esta maravillosa e impresionante ciudad, capital de la Toscana.
Por supuesto, no es una guía al uso, ni pretendo que se convierta en un credo viajero de obligado cumplimiento. Es simplemente un consejo de alguien, que lo único que pretende es ayudar a otro alguien que al llegar a esta hermosa ciudad se encuentre perdido.
Y sin más dilación paso a ello.
Florencia es conocida por su belleza y sólo pasear, sin rumbo fijo, por la ciudad se convierte en una experiencia inenarrable, porque más que una ciudad Florencia es un museo al aire libre por la gran cantidad de joyas arquitectónicas que podemos encontrar en nuestro deambular por esta maravillosa ciudad.
Todo ello sin hablar de las innumerables obras de arte en escultura y pintura que realizadas por grandes maestros como: Da Vinci o Miguel Ángel, entre otros, podremos encontrar en sus museos, unas veces o al aire libre otras.
Por ello además de visitar los museos, no está demás visitar las iglesias, los palacios, puentes o simplemente las numerosas plazas donde se ubica lo más esplendoroso del arte renacentista florentino.
Con esta sencilla entrada doy paso a una enumeración de lugares que podéis visitar y sobre los cuales voy a dar información, para que aparte de la recomendación de contratar los servicios de un guía profesional, cada uno pueda conocer con antelación o a posteriori de una visita programada, aquello que vamos a ver.
En primer lugar decir que una estancia ideal para poder visitar todos estos lugares sería de una semana como mínimo y que las mejores fechas pudiendo disponer de ellas serían la primavera y el otoño, no solo por la climatología, que es importante, sino también por el número ingente de personas que, en otras épocas del año, podemos encontrarnos haciendo lo mismo que nosotros, con lo  que se forman enormes colas para visitar los monumentos más emblemáticos.
Y sin más preámbulos pasemos a detallar aquellas visitas que, desde mi modesta opinión merece la pena hacer para conocer el enorme patrimonio de esta maravillosa ciudad.

1.- Catedral de Florencia

La primera, no puede por menos que ser la Catedral de Santa María del Fiore (Duomo) situada en la impresionante Piazza del Duomo, centro del casco histórico de Florencia, que está declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1982.
Su nombre oficial es basílica catedral metropolitana de Santa María del Fiore, o catedral de Santa María de la Flor y es la sede episcopal
  de la arquidiócesis de Florencia.
La rivalidad entre las ciudades-estado italianas impulsó una construcción que superara en tamaño y altura cualquier otra de Italia. Así, al mismo tiempo que validaba su importancia religiosa, se constituía en el símbolo de la riqueza y del poder de la capital toscana durante los siglos XIII y XIV.
Sobre su nombre, el término “flor” o en italiano “fiore” es objeto de controversia, unos afirman que hace referencia al lirio, que es el símbolo de Florencia, otros al antiguo nombre del pueblo llamado Fiorenza y otros afirman que en algunos documentos encontrados, datados en el siglo IV, parece ser que el término “flor” hace referencia a Cristo, brotando del tallo (María), que surge de la raíz de la familia de David. En fin elijamos cada uno la que nos parezca mejor.
Ya, sólo, contemplarla desde el exterior nos dejará con la boca abierta con su impresionante fachada realizada en mármol blanco y verde,  con sus innumerables y bellas tallas y la famosa cúpula de Filippo Brunelleschi, de 114,5 m de altura exterior y  45,5 m de diámetro exterior y considerada una de las más importantes  construcciones de la historia de la arquitectura.
Esta catedral constituye un ejemplo de la transición entre el mundo gótico y el nuevo espíritu renacentista de investigación científica y estética, confirmando a Italia como foco de un nuevo imperio cultural: El Renacimiento.
A mediados del siglo XIV, los artistas florentinos dejaron de lado el estilo gótico e incorporaron el estilo renacentista basado en la antigüedad clásica griega y romana. El aire gótico de la catedral quedó escondido detrás del mármol rojo de Siena, el blanco de Carrara y el verde de Prato.
Una de las cosas que más sorprende de su interior son sus grandes dimensiones. Hay que tener en cuenta que es uno de los edificios más grandes de la cristiandad, después de las de San Pedro en Roma,
  San Pablo en Londres, la catedral de Sevilla y la catedral de Milán. Sin embargo en su tiempo, esta catedral fue la más grande de Europa, con una capacidad para 30.000 personas.
La entrada al Duomo es gratuita pero el acceso a la cúpula, alrededor de 460 escalones, es de pago y desde ella se puede disfrutar de una  increíble panorámica de la ciudad.
Junto a ella, pero independiente,  encontramos un campanario, el Campanile, diseñado por Giotto, de 84,70 m de altura, y frente a ella el baptisterio de San Juan, con las famosas puertas de bronce de Ghiberti.
El conjunto, formado por la iglesia, el campanario y el baptisterio, constituye una de las joyas artísticas y arquitectónicas de Florencia. La Catedral que hoy se puede visitar es el resultado de 175 años de trabajo. Y es que la colocación de la primera piedra de esta basílica se produce en el año 1296 con el Papa Bonifacio VIII y la consagración con el título de Santa María del Fiore se produce en 1436 con el
  Papa Eugenio IV, precisamente este Papa regala a la iglesia una rosa de oro, que algunos, también, dicen ser la causa del término fiore que lleva el nombre de la basílica, otra versión más.
Con anterioridad  a 1296, durante nueve siglos, la sede de la catedral florentina había sido la basílica de Santa Reparata, una construcción del siglo V que, en varias ocasiones, a lo largo de los siglos, había sido ampliada y restaurada. Pero, ya en el siglo XIII-XIV y dado el crecimiento demográfico y la relevancia política y económica que había adquirido la ciudad de Florencia, sobre todo con el gobierno de los Medici, se había quedado pequeña y anticuada. De ahí la necesidad de una renovación total que, de alguna forma,  reflejara el nuevo poder religioso, político y económico de la ciudad.
Esta construcción, al igual que todas, a lo largo de los siglos a sufrido pequeñas y grandes modificaciones que han dado el resultado final, que ahora podemos ver y admirar.
Las sucesivas plantas
El proyecto original, fue de  
Arnolfo de Cambio, afamado arquitecto y escultor amante del estilo gótico, pero su proyecto, nada más empezar sufrió, ya en el mismo siglo XIII, modificaciones respecto al original tras su muerte, pues la construcción de la catedral se paró. En 1331, el Arte della Lana (el gremio de los mercaderes de la lana) asumió el patronazgo exclusivo para la construcción de la catedral y, en 1334, nombraron a Giotto di Bondone como maestro de obras, él fue quien diseñó el campanario, el Campanile, que  tiene 85 m. de alto y que es posible subir a través de sus 414 escalones.
Sin embargo, la construcción se volvió a interrumpir en 1337 tras su fallecimiento.
De nuevo la construcción fue retomada y continuaron el proyecto Andrea Pisano y Francesco Talenti, que también tuvieron que interrumpir las obras como consecuencia de la peste negra de 1348. Superada la epidemia se retomaron las obras, con la financiación de las familias ricas, en su mayoría banqueros, finalizando su construcción en 1359.
Linterna
Las capillas radiales del lado este se completaron a principios del siglo XV y la cúpula gigantesca, diseñada por Filippo Brunelleschi, fue construida en apenas 16 años, entre 1418 hasta 1434.
La linterna, diseñada por Brunelleschi, fue construida en 1446, después de la muerte del artista, mientras que la bola de cobre dorado con la cruz, que contiene reliquias sagradas, obra de Andrea del Verrocchio, fue colocada en 1466.
El último elemento de Santa María del Fiore que se construyó, tras numerosas vicisitudes, como la demolición ordenada, en el siglo XVI,  por los Médicis o el escándalo de corrupción en la adjudicación del concurso para su construcción, fue la fachada; de hecho algunas de las esculturas originales, que entonces se quitaron, quedando la fachada descubierta hasta el siglo XIX, se muestran fuera del Museo de la Ópera del Duomo, detrás de la catedral y otras están ahora en el Museo de Berlín y en el Louvre.  Finalmente y tras un concurso legal se eligió el diseño de Emilio De Fabris. Se ejecutó entre 1876 y 1887, en estilo neogótico, con mármoles blancos, verdes y rosas, e imitando el "verdadero" gótico del campanario y los portales de los lados de la Catedral. Esta fachada neogótica forma una unidad en armonía con la catedral, el campanario de Giotto y el baptisterio.
La fachada actual, al igual que la del proyecto original de Arnolfo de Cambio, normalmente se le atribuye a Giotto,
aunque fue iniciada veinte años después de su muerte, y está concebida para honrar a la Madre de Cristo, a la que está dedicada la construcción y de la que es patrona la Virgen.
La fachada principal cuenta con tres puertas cuya construcción en bronce se llevó a cabo entre 1899 y 1903 y están todas ellas adornadas con escenas de la vida de la Virgen.
Hay que destacar los mosaicos de los tímpanos, o lunetas, de las puertas que fueron diseñados por Niccoló Barabino, a excepción del mosaico del tímpano central que fue hecho en Venecia en 1886. Los mosaicos representan (de izquierda a derecha): La Caridad (A) entre los fundadores de instituciones filantrópicas florentinas, Cristo en el trono con María y Juan Bautista (B); y los artesanos florentinos, mercaderes y humanistas rindiendo homenaje a la Fe (C).
Puertas del Duomo
La catedral cuenta con otras puertas, dos en cada fachada norte y sur. Todas ellas de bella factura, en bronce, con relieves temáticos y entre las que merece destacar la Porta della Mandorla (almendra (F)). Es la puerta del lado izquierdo del lado norte de la Catedral de Florencia y debe su nombre a la representación en el tímpano de la Asunción de la Virgen dentro de un nimbo con forma de almendra. En los rollos de vegetales tallados en las jambas hay injertos de figuras masivas modeladas según la antigüedad.
Frente a ella en la fachada sur se encuentra la Portada de los Cardenales o Canónigos (E). También en el lado norte a la derecha de la Porta della Mandorla nos encontramos con la Portada de Bale (G) y frente a ella en la fachada sur la Portada del Campanario (D) ya que a su lado se encuentra en Campanille.
En el frontispicio, encima de la portada central hay una estatua del escultor Tito Sarrocchi, que representa a María entronizada con un cetro de flores, y que domina el resto del espacio arquitectónico, caracterizado por personajes del ambiente florentino.
Ya, en la parte superior de la fachada se abren una serie de nichos de arcos apuntados y polilobulados con los doce Apóstoles y, en el centro, la Virgen con el Niño.
Virgen con el Niño
Entre el rosetón y el tímpano, hay una especie de entablamento con los bustos de grandes artistas florentinos.
En la contrafachada, encima de la puerta mayor, se encuentra un reloj singular, orologio, realizado (en la parte pintada) por Paolo Uccello en 1443. Es un reloj "litúrgico" que con una sola aguja que se mueve en sentido contrario al que estamos acostumbrados, muestra las 24 horas del día a partir de la puesta del sol del día anterior. Cuatro cabezas de santos (probablemente evangelistas o profetas) están representadas en las esquinas, prefigurando la plenitud de los tiempos. Este horario fue usado hasta el siglo XVIII y es uno de los pocos relojes de aquel tiempo que todavía existen y funcionan.
Reloj litúrgico
Una vez dentro de la catedral, lo que más sorprende es la amplitud del espacio y la sobriedad del mobiliario. Y es, precisamente, ese contraste el que resalta, todavía más, las dimensiones de la iglesia (la más grande de Europa en el momento de su finalización en el siglo XV): 153 metros de largo por 130 de ancho (de un lado a otro del transepto); 43 metros de ancho y 90 m. en su sección central y 114,5 m de alto desde la base hasta la cima de la cúpula. Las naves quedan separadas por anchos arcos ojivales con columnas compuestas, dividiendo la nave en cuatro tramos cuadrados. La altura de los arcos en los pasillos es de 23 m.
El interior es algo sombrío y contribuye a dar una impresión de vaciedad. La relativa desnudez de la iglesia corresponde a la austeridad de la vida religiosa, tal como la predicaba Girolamo Savonarola.
El enriquecimiento de la Catedral con suntuosos pisos de mármol coloreado y con nichos “tempietto” pertenece en cambio a un segundo momento en la historia de la Catedral, bajo el patrocinio de los grandes duques en el siglo XVI.
La catedral de planta basilical en cruz latina cuenta con una nave principal muy alta y ancha que cubre la superficie de Santa Reparata y con dos naves laterales menores, además de un ábside trasero, con una superficie total de 8600 m2 y en la que se emplearon principalmente mármol y ladrillo.  
Los Médici
Como la catedral fue construida con fondos públicos, esto es, a expensas del municipio, es decir como una “iglesia estatal” (durante un tiempo fue obligatorio que en todos los testamentos hubiese una donación para la construcción del Duomo), algunos de los objetos de arte de esta iglesia están dedicados a las personas ilustres y líderes militares de Florencia, como parte de un programa cívico en honor a esos "hombres ilustres" de la vida florentina.
Mosaico Coronación
de la Virgen
Esa iconografía cívica se cruza con un programa religioso, que se desarrolla en los espacios de la Catedral destinados al culto. Por ejemplo las grandes imágenes que representan la Coronación de la Virgen, colocadas en polos opuestos del recorrido procesional: un mosaico sobre la puerta de entrada principal (obra de principios del siglo XIII) y la ventana redonda detrás del altar mayor (obra de Donatello realizada hacia 1434).
Destaca la zona bajo la cúpula, delimitada por el coro y el altar mayor.
Del antiguo coro, originalmente adornado con una superestructura con columnas y arquitrabes, hoy solo queda el muro de contención, con representaciones de profetas.
Desde 1973, el altar se ubica en el interior, de cara a la asamblea, de acuerdo con las reformas litúrgicas del Concilio Vaticano II. En el centro del coro está la "cátedra" (la silla episcopal), de donde deriva el nombre de "catedral" atribuido a la iglesia en la que celebra el obispo.
Cristo S.XVI
Sacristía
El Cristo del gran crucifijo detrás de la silla es de finales del siglo XV.
Detrás del coro se encuentra la sacristía “delle Messe” o “dei Canonici”: en un ambiente decorado con paneles de madera con incrustaciones, realizados por maestros florentinos del siglo XV y restaurados después de la inundación de 1966. Aquí se guardan las vestiduras, los libros y el mobiliario sacro usado para el culto. 
En el exterior, sobre la puerta, domina la Resurrección de Cristo, en terracota vidriada.
No obstante, muchas de las decoraciones de la iglesia se han perdido con el paso de tiempo o han sido trasladadas al Museo de la Opera del Duomo, como las magníficas "cantorías" (tribunas o púlpitos para los cantores), alguna de ellas de Donatello.
Obras destacables y aconsejables para parase y observarlas son:
John Hawkwood/
Giovanni Acuto
El cuadro “Dante y la Divina Comedia” de Domenico di Michelino (1465). Esta pintura es especialmente interesante porque nos muestra, aparte de las escenas de la Divina Comedia, una vista de Florencia en 1465, una Florencia que Dante mismo no hubiera podido ver en su tiempo.
Dante y la Divina Comedia
di Michelino

Los retratos de Arnolfo de Cambio y Emilio De Fabris del siglo XIX.
Por ejemplo, en las naves laterales, los monumentos ecuestres al fresco de líderes militares como John Hawkwood en italiano Giovanni Acuto (de Paolo Uccello), este fresco, casi unicolor, fue transferido a tela en el siglo XIX, está pintado en terra verde, el color más cercano a la pátina del bronce.
O la del condottiero Niccoló da Tolentino (de Andrea del Castagno). Este fresco transferido a tela en el siglo XIX, en el mismo estilo que el original, está pintado en un color semejante al mármol. Sin embargo está decorado más ricamente y da una mayor impresión de movimiento.
Ambos frescos representan a los condottieri como figuras cabalgando triunfalmente. En ellos podemos observar los problemas de aplicación de las nuevas reglas de perspectiva (dominio de tamaños y distancias) que se estaban imponiendo, consecuencia de ese espíritu investigador e innovador que estaba imperando con la llegada del renacimiento
También hay que destacar los bustos de Giotto y Brunelleschi de los siglos XV y XVI.
Cantoría sobre ménsulas
para el órgano
Por supuesto, son dignos de contemplar los numerosos vitrales (hasta un total de 44 en toda la iglesia) que
 constituyen el programa más monumental del arte en vidrio en la Italia de los siglos XIV y XV. Representan santos del Antiguo y Nuevo Testamento (en la nave y cruceros) y escenas de la vida de Cristo y María (en el tambor de la cúpula o encima de la entrada).
Vitral de la Coronación
Donatello
La lista de autores que contribuyeron  a esta explosión decorativa incluye los nombres más importantes del arte florentino del Renacimiento temprano: Donatello, Ghiberti, Paolo Uccello, Andrea del Castagno.
Entre estas vidrieras destaca la de Cristo coronando a María como Reina, vidriera redonda situada encima del reloj, con una profusa riqueza de colores de principios del XIV. Y la que Donatello diseñó, la vidriera de La Coronación de la Virgen en el tambor de la cúpula (la única que se puede ver desde la nave).
El precioso monumento funerario de Antonio d’Orso obispo de Florencia (primer cuarto siglo XIV).
La cruz monumental, situada detrás del trono episcopal, en el altar mayor (finales del siglo XV).
Puerta y
Terracota de la
Sacristía
Las puertas de la sacristía, de diez paneles de bronce, fueron realizadas por el mismo escultor del que se conservan también dos trabajos en terracota vidriada dentro de la sacristía: Ángel con candil y La Resurrección de Cristo.
Detrás del ábside central está el altar de San Zenobio, que fue primer obispo de Florencia, realizado por Ghiberti, contiene la urna con sus reliquias. Encima de este santuario está el cuadro de La Última Cena.
También había un panel-mosaico en pasta vidriada de San Zenobio, obra de un miniaturista del siglo XVI expuesto, actualmente, en el Museo de la Opera del Duomo.
Muchas decoraciones datan del siglo XVI, bajo el patronazgo de los Grandes Duques, como el pavimento coloreado en mármoles. Algunas piezas del mármol de la fachada fueron usadas, boca abajo, en el pavimento (como se demostró en la restauración del mismo después de la inundación de 1966).
Ambón de Etsuro Sotoo
Como curiosidad comentar que el escultor-jefe de la Sagrada Familia, Etsuro Sotoo, ha realizado, para esta basílica-catedral, un ambón, lugar desde el que se lee el evangelio, que fue inaugurado por el Papa Francisco en el 2015 y, que de alguna manera, con esta obra, se pone punto final a la obra iniciada siete siglos antes por la familia de Lorenzo de Medici.

Pero claro no podemos despedir esta entra sin hablar de la famosa cúpula de Santa María di Fiore, que es otro de los elementos diferenciadores de esta catedral y símbolo de arquitectura del Renacimiento.

Estamos ante una de las infraestructuras más concienzudamente construidas en Italia. Y no en vano, hasta hace bien poco no se ha descifrado el secreto de su cúpula -incomprensiblemente grande y pesada como para ser sostenida por la estructura.

Brunelleschi que esculpió las estatuas para el Duomo, diseñó un innovador proyecto para hacer de la Catedral florentina la más grande de su tiempo.Brunelleschi se formó como escultor y orfebre e inició su carrera en el ámbito de la escultura. No es de extrañar, por tanto, que participara en el concurso para la realización de las puertas del baptisterio de Florencia en 1401, certamen en el que quedó segundo, después de Lorenzo Ghiberti. Se dice que su decepción por este relativo fracaso fue tal que en lo sucesivo decidió dedicarse casi exclusivamente a la arquitectura.
Durante el siglo XIV, siglo en el que se vivieron las pestes más crueles de la historia, Giotto e d’Andrea Pisano, tras el parón por la muerte de Arnolfo di Cambio, siguieron sus trabajos en la torre del campanario. Talenti, mientras tanto, avanzaba con la nave perpendicular, concluyendo el eje, con el transepto y determinando un crucero donde se elevaría la cúpula y fijando un hueco de 45 metros de diámetro, medida que traerá de cabeza a los que continúen la obra para cerrar la cúpula.
Cúpula

Un verdadero reto arquitectónico que requería un diseño y una ejecución técnica en el que se trabajase con maquinaria a una elevación hasta entonces inaudita.

Se presentaron varias propuestas algunas de ellas totalmente descabelladas pero que fueron la única solución concebida por algunos de los arquitectos de la época para cubrir una luz semejante.

Se propuso situar una columna central para sostener la cúpula o incluso rellenar la catedral de tierra para luego ser moldeada y utilizada de apoyo para la construcción de la cúpula. Según el autor de esta propuesta una vez finalizada la obra los pobres de la ciudad se encargarían de vaciar la catedral de arena ya que durante el relleno se mezclarían monedas con la tierra.

Se cree que Brunelleschi llevaba ya años trabajando en este proyecto a la espera de que se convocase el concurso tarde o temprano y fue el único que consiguió presentar una propuesta firme con un plan de acción estudiado. Ganó el concurso y se le encomendó la tarea en 1418.
A él le otorgaron el premio con la condición impuesta por los gremios de que compartiese la dirección de la obra con Ghiberti. Brunelleschi aceptó muy astutamente la condición. Algunos años más tarde ya durante la ejecución de la obra Brunelleschi fingió caer enfermo durante varias semanas dejando a Ghiberti al mando de la obra. Cuanto más se extendía la ausencia de Brunelleschi más evidente se hacía la incapacidad de Ghiberti para llevar a buen puerto el proyecto y por eso fue apartado cediendo en el 1423 la dirección de la obra a Brunelleschi en exclusiva.
Brunelleschi diseñó un innovador proyecto e inició la construcción. En el año 1421, la base en forma poligonal ya se había completado mientras la cúpula fue terminada años más tarde.

Recreación de
"Il castello"
Invento de Brunelleschi

La cúpula fue construida sin usar sostenes para apoyar los arcos. Su planta es octogonal y el enorme peso implicaba un verdadero ingenio que sólo Brunelleschi supo idear, no sin antes contar con el escepticismo de sus propios conciudadanos.

Por ello era vital aligerar el peso al máximo pero conservando la robustez de la estructura que, debido a la gravedad, sufriría una gran tensión y presión.

Por ese motivo, se traslada a Roma, en una estancia de diez años y estudió con atención el sistema empleado por los romanos en el Panteón de Agripa.

Brunelleschi exprimió al máximo su mente para que los cálculos matemáticos surtieran efecto, ayudados por máquinas de propia creación.

Entre  los inventos se encontraban impresionantes grúas, la grúa pluma,  dotada de grandes avances para la época, como el desplazamiento lateral, o un perfecto sistema de embrague para cambiar el sentido de giro de las mismas o un sistema de andamios que se anclaban al propio tramo de cúpula ya construido para ir elevándose.

En un primer momento los andamios se colocaban en el lado interior mientras que a partir de un tercio de la altura total aproximadamente se empezaron a situar en la cara exterior. Los agujeros necesarios para anclar los andamios servirían más tarde para permitir la ventilación y la entrada de luz.
Inventó un cabestrante de tres velocidades con un complejo sistema de engranajes y poleas que funcionaba con una cuerda especial de 180 metros de largo y pesaba más de 400 kilos, debido a que no existía hasta el momento ningún sistema de elevación capaz de levantar y maniobrar a más de 50 metros de altura sobre el suelo materiales tan pesados como los usados para la edificación de la cúpula.
Para descargar el peso diseñó un sistema de dos cúpulas, la interna más pesada se sujeta con un sistema de 24 nervios de ladrillos colocados con forma de espina de pez. Los ocho que recorren los vértices de la cúpula, son los nervios principales, ya que recogen el peso de la estructura. Dos nervios más por cara ayudan a repartir el peso de la cúpula. Estos nervios parten de un anillo de piedra y ladrillo en la base de la cúpula, el cual recoge sus esfuerzos y los transmite al tambor.
Elementos principales
Los ocho nervios de piedra y mármol que se ven en el exterior son decorativos y no cumplen ninguna función estructural, ya que los nervios interiores son los que soportan la presión de la estructura.
El aparejo de espina de pez, es un antiguo aparejo de obra  que consiste en dos hileras  de ladrillos empo­trados de canto en el muro o en el suelo, preferentemente por su lado más largo haciendo converger en ángulo sus vértices para conseguir la apariencia de la espina del pez, de forma que entre ellos soporten la presión hasta que la trasmiten a la base de la cúpula.
Ladrillos en espina de pez

Por encima de la cúpula interna, el arquitecto construye otra superpuesta, «falsa» en el sentido técnico, ya que es la otra la que soporta el peso de la estructura.  Para acceder de una a otra construyó una escalera que permitió montar el tambor y la linterna de mármol blanco que completan la cúpula.
El peso estimado total de la cúpula es de unas 30.000 toneladas​ y se calcula que se necesitaron para su construcción más de 4 millones de ladrillos.
Fue la primera cúpula octogonal en la historia que se construyó sin el soporte de un armazón de madera (cimbra) y fue la mayor cúpula construida entonces (todavía es la cúpula de albañilería más grande del mundo). Fue uno de los logros más espectaculares del Renacimiento.
En 1440 con la cúpula finalizada se decide convocar un nuevo concurso para decidir cómo deberá ser coronada la obra. Brunelleschi se siente ofendido por este hecho y presenta la maqueta de su propuesta que finalmente resulto también ganadora.
En 1446, tras su muerte, se inició la construcción de la linterna, que  se ralentizó debido a las intervenciones realizadas por varios arquitectos y finalmente fue completada en 1461 por Michelozzo.
Linterna del Duomo
La linterna, con sus 16 metros de altura y un peso aproximado del 10% de total de la cúpula, es una pieza clave en el conjunto arquitectónico. Está inspirada en los templos circulares de la Roma Imperial y diseñada como el remate indispensable a una cúpula apuntada viene a ser una especie de punto de fuga de la perspectiva de la catedral. Es como una maqueta de la catedral completa, con sus contrafuertes, diseñada en estilo gótico, con planta octogonal y consagrada a Santa María de las Flores al igual que la catedral.
El tejado cónico fue rematado por Verrocchio en 1469, con una capa de cobre y una cruz que contenía reliquias. El revestimiento exterior del tambor se ejecutó entre 1512 y 1515, y la decoración pictórica del interior de la cúpula se prolongó desde 1572 hasta 1579.
Bien se hubiese podido optar por diferenciarla claramente del resto de construcciones, sin embargo se optó por recubrirla de tejas de terracota al igual que las demás construcciones de la ciudad, desde los edificios públicos hasta las casas más humildes. De este modo la catedral pasa a ser una pieza más de la ciudad, importante eso sí, pero una más al fin y al cabo.
A modo de resumen
La roja cúpula de la catedral fue en ese entonces la más grande del mundo, con sus 45 m. de diámetro y 114,5
  m. de altura y muy pronto se convirtió en el símbolo de Florencia.
En cuanto al interior de la cúpula, primero se sugirió que los 45 m de ancho fueran cubiertos con una decoración en mosaico para aprovechar al máximo la luz que entraba por los rosetones y a través de la linterna. Brunelleschi propuso que la bóveda brillara como oro resplandeciente, pero su muerte en 1446 puso fin a este proyecto y las paredes de la cúpula fueron enjalbegadas (blanqueadas con cal, yeso o tierra blanca).
Años más tarde, en 1568 Cosme I de Médicis decidió que la cúpula fuera pintada con una representación de El Juicio Final, tema que también encontramos en el Baptisterio.  Esta obra, de 3600 m² de superficie pintada, fue comenzada por Giorgio Vasari y Federico Zuccaro y duraría hasta 1579.
La parte superior, cerca de la linterna, representa a los 24 Ancianos del Apocalipsis (A). Fue acabado por Vasari antes de su muerte en 1574. Y Federico Zuccaro y otros colaboradores, acabaron otras secciones: (de arriba hacia abajo) Coros de Ángeles con Instrumentos de la Pasión (B), Cristo Resucitado, Juez de vivos y muertos en su zona central, María y los Santos (C), Virtudes, Bienaventiranzas, Dones del Espíritu Santo y Beatitudes (D), y en la parte baja de la cúpula: Pecados Mortales, Vicios e Infierno (E). A continuación estan los vidriados de los tambores con; la Coronación de la Vogen de Donatello (1), la Resurrección de Cristo de Paolo Ucello (2), el Descendiento de Cristo de Andrea del Castagno, (3), la Natividad de Cristo de Paolo Ucello (4), la Anunciación a María vidriera de Paolo Ucello (5), la Presentación de Cristo en el templo (6), la Oración de Cristo en el huerto de Ghiberti (7) y la ascensión de Cristo al cielo (8), estos tres últimos obras de Lorenzo Ghiberti.
Pero,  la calidad de la obra es desigual debido a las colaboraciones de artistas varios que utilizaron diferentes técnicas. Vasari había usado pintura al fresco mientras que Zuccaro pintaba con pintura en seco.
Los frescos de la cúpula se sometieron a una restauración global entre 1978 y 1994.
Se puede acceder al mirador de la Cúpula de Brunelleschi. Al principio por unas escaleras anchas que nos conducen al anillo de la cúpula y desde allí observar por dentro y desde cerca los frescos de la cúpula. Después de circular por el estrecho anillo alcanzamos la escalera de caracol que conduce al mirador de la cúpula y desde aquí por una empinada escalera que se apoya sobre la propia cúpula interior llegamos al mirador panorámico, desde donde se pueden contemplar unas vistas increíbles de Florencia y al mismo tiempo percibimos con exactitud cómo solucionó Brunelleschi esa distribución de pesos utilizando las dos cubiertas.
El ascenso puede ser fatigoso por la inclinación y la estrechez, especialmente en los tramos finales.
Una curiosidad: a mediados del siglo XX se descubrió cerca de la entrada de la Catedral la bajada a una pequeña cripta donde, al parecer, había una tumba y que según la placa conmemorativa que la acompañaba correspondía a Brunelleschi.
Filippo Brunelleschi falleció el 5 de abril de 1446. Para su funeral fue vestido de blanco y colocado en un ataúd rodeado de cirios, con los ojos hacia la cúpula que había construido ladrillo por ladrillo. Fue sepultado en la cripta de la catedral como homenaje, un gran honor, ya que en ese entonces, los arquitectos eran considerados humildes artesanos y no eran enterrados en la cripta.
Acompaño este mapa indicativo de donde están algunas de las cosas que recomiendo ver.

Numeración y localización de planta para situarse

En el exterior:
A - Puerta norte (fachada con mosaico de La Caridad)
B - Puerta central (fachada con mosaico de Cristo con la Virgen y San Juan)
C - Puerta sur (fachada con mosaico de la Fé)
D - Puerta sur llamada del Campanario
E - Puerta sur llamada de los Canónigos o de los Cardenales
F - Puerta norte llamada de la Almendra/Mandorla
G - Puerta norte llamada del Bale

En el Interior:
1) En la contrafachada, encima de la puerta mayor
a) Mosaico de Gaddo Gaddi con la coronación de María
b) Frescos de Santi di Tito representando: Ángeles músicos
c) Reloj litúrgico, pintado por Paolo Uccello
d) Vitral de Lorenzo Ghiberti con la Asunción de María
2) Busto de Brunelleschi. Arquitecto de la cúpula
3) Busto de Giotto. Arquitecto del Campanille
4) Busto de Marsilio Ficino. (Sacerdote protegido de los Médici)
5) Busto de Emilio De Fabris (Arquitecto de la fachada)
6) Busto de Arnolfo di Cambio. (Primer arquitecto de la catedral
7) Busto de Antonio Squarcialupi. (Organista de Sta. Mª di Fiore)
8) Monumento a Niccolò da Tolentino, de Andrea del Castagno.
9) Monumento a Sir John Hawkwood, de Paolo Uccello.
10) Monumento a Dante y la Divina Comedia, Domenico di Michelino
11) Coro de Baccio Bandinelli
12) Altar Mayor
13) Silla del obispo
14) Crucifijo de Benedetto da Maiano
15) Puerta de la Sacristía
a) Puertas de bronce de Luca della Robbia
b) Relieve de Luca della Robbia con La Resurrección
16) Sacristía "de las Misas" con incrustaciones del s. XV
17) Altar de San Zenobio o del Santísimo
a) Urna de San Zenobio de Lorenzo Ghiberti
b) La Última Cena de Giovanni Balducci
18) Relieve de Luca della Robbia con la Ascensión
19) Entrada a las excavaciones de la antigua catedral, Santa Reparata


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