martes, 4 de abril de 2023

BILBAO 5ª ETAPA SUS IGLESIAS (5ª PARTE)

 IGLESIA-CONVENTO DE LA ENCARNACIÓN

La iglesia-convento de la Encarnación, se encuentra en la actual Plaza de la Encarnación de Atxuri, antiguo arrabal histórico conocido como Ibeni y que era el final del antiguo Camino Real a Castilla.
La edificación actual está compuesta por la Iglesia y un bello claustro y fue declarada Bien de Interés Cultural en 2001.
La fundadora del convento de la Encarnación de Bilbao fue Dña. María Ortiz de Madariaga Novia de Salcedo que profesó en 1499 formando la primera comunidad dominica de la capital vizcaína, instalada, en primera estancia en la calle Somera.
Iglesia de La Encarnación
finales del siglo XIX
Fue elegida priora en 1513, año en el que se comienza la construcción del convento y en el que se instala la comunidad en el año1515, después de obtener los permisos necesarios y gracias a las donaciones de familias adineradas de la villa que deseaban disponer sus sepulturas en el nuevo convento, de hecho todavía se conservan los arcosolios de estilo gótico de algunas de las familias, como los Herquíñigo y los Arana, que colaboraron, en las capillas laterales de la cabecera.
Su construcción es atribuida al dominico Fray Martín de Santiago.
En el año 1526 se funda, anexo a la iglesia un colegio dominico con cátedras públicas de Teología y Filosofía, que fueron las primeras que hubo en Bilbao.
Y se continuaron las obras hasta 1560, año que se da por concluida la edificación definitiva del convento, con iglesia y claustro.
Actualmente, después de la desafectación, el convento acoge el Museo Diocesano de Arte Sacro, mientras que la Iglesia de la Encarnación alberga la parroquia regentada por los padres dominicos y que, se utiliza, en ocasiones, para recitales de música clásica.
Vista aérea
Arquitectónicamente, el conjunto lo componen la iglesia y el claustro, destacando la iglesia por su considerable tamaño y en ella su hermosa portada, de 1554 y de estilo renacentista.
El templo de estilo tardogótico manierista, con importantes referencias renacentistas, es un edificio considerable, en cuanto a su tamaño y que, en su origen, se organizaba en planta de cruz latina, con crucero alineado e inserta en una rectángulo y formada por una nave en cuyos laterales se sitúan capillas bajas individualizadas, parceladas por muros, para las devociones particulares.
Planta

La nave central, longitudinalmente, consta  de seis tramos contando el crucero alineado, que se acusa en planta al ser de mayor anchura que el resto de tramos de la nave.
Los dos tramos finales, a los pies, están ocupados por el coro y hacia la cabecera remata en una capilla absidial rectangular oblonga en el centro.
En una palabra, el espíritu que se respiraba en la iglesia era el de los templos conventuales formulados según el sistema promovido por los Reyes Católicos, esto es, una nave con crucero y capillas bajas laterales individualizadas para las devociones particulares, cubierto, todo ello, con bóveda a la manera gótica.
Pero, en 1965, la iglesia sufrió una profunda renovación y se derribaron  los muros de las capillas laterales, transformando el espacio resultante en dos naves laterales bajas que rematan tras el crucero y hacia la cabecera en dos pequeños absidiolos.
Los tramos y las naves laterales están determinados por pilares de modelo bastante uniforme aunque con pequeñas variaciones, lo cual evidencia que fue levantada en un periodo de tiempo no excesivamente prolongado. Estos pilares son de sección circular con columnillas adosadas para la realización de las capillas laterales y que, a la vez, sirven de soporte a unas bóvedas de clara estructura gótica, con nerviaciones que conforman estrellas, algunas muy complejas como las que se enriquecen con formas acorazonadas.
Más tarde y tras la reestructuración de 1965, ya comentada, se cubren las laterales del crucero, el sotocoro (debajo del coro), y las capillas con bóvedas a la manera gótica clásica, incluso en una de ellas, la capilla del Rosario, se cubre con una cupulita con linterna.
Por último, el ábside se cubre con una bóveda de cuarto de esfera de cabecera plana con una red de nervios que se cruzan en recto formando una retícula ortogonal de casetones.
Los elementos estructurales principales, así como los lienzos de la nave y el crucero se construyen en sillería de piedra arenisca  y  la luz penetra en el interior del templo por ventanas de medio punto con molduras, y abiertas en los muros por el lado de Mediodía, el testero y el brazo de crucero Norte. Pero aun así resulta insuficiente para un espacio tan grande.
La fachada datada en 1554 ocupa todo el hastial de los pies, es de tipo hornacina, esto es rehundida, con un tramo central que se corresponde aproximadamente con la nave. En ella se distinguen tres calles: la central, más ancha y marcada por dos contrafuertes que sostienen un arco apuntado u ojival, y que da cobijo a diferentes elementos renacentistas y las dos calles laterales dobladas hacia atrás y unidas a los contrafuertes mediante un sistema de trompas.
Está rematada por un cuerpo a modo de templete  o espadaña añadido, en 1690, casi siglo y medio después, y sobre cuyo eje va la torrecilla de las campanas.
Enmarcado en este elemento central adelantado respecto de la fachada encontramos el acceso que responde a un modelo de arco de triunfo de medio punto entre pares de pilastras y escoltado por dos hornacinas, en la actualidad, vacías.
Por encima y en un segundo nivel, lleva un gran encasamiento cuadrangular y abocinado a manera de ático de un retablo con la historia tallada de la Anunciación. 
A continuación hay un modesto óculo que ilumina el coro y en el ápice, el escudo de la orden de Santo Domingo.
Exterior de la cabecera
En la portada se descubren dos fechas que corresponden a la construcción de la mayor parte del templo. La primera -1554- aparece en una de las peanas de las entrecalles; la segunda -1560- en la clave del arco de ingreso. Sin embargo, la recargada decoración naturalista tallada con hojarasca de la mitad superior de la fachada, en las enjutas, el campanario, el relieve de la Anunciación y el propio escudo de la Orden, es propia de finales del siglo XVII.
Relieve de la Anunciación
En esa época se construyó y talló esa parte bajo la dirección del maestro guipuzcoano Martín de Zaldúa. Esa fecha corresponde a la fase final de las obras del conjunto iniciadas hacia el año 1515 y culminada con la inserción de la espadaña en 1690.
La iglesia que fue construida con la finalidad primordial de atender a las monjas dominicas, se adosa al claustro por el lado de la Epístola, compartiendo este muro.
El claustro, más modesto que la iglesia, y muy renovado conserva dos crujías de la época, construidas sobre galerías porticadas en planta baja de piedra de sillería, con arcos de medio punto.
Este pórtico soporta dos plantas superiores ampliadas con voladizos de madera vista, que forman galerías sobre el claustro y que desde 1995 contienen los fondos del Museo Diocesano de Arte Sacro. 
En dicho espacio podemos gozar de esculturas y pinturas de gran interés, tanto de maestros antiguos, como Antonio Carnicero, del Arco, Luis Paret, Lucas Jordán, Mignard, Luis Salvador Carmona, Beaugrant y modernos como Basiano, Huerta, Torre, Urrutia, o el mismo Romero de Torres.
También dispone de memorables piezas de orfebrería hispana y colonial y de ropas sagradas con ricos brocados de oro y sedas filipinas de vivos colores.
Se trata pues de un magnífico museo, interesante por la riqueza de sus fondos y por su planteamiento didáctico.


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