Como en otras ocasiones voy a intentar describíos algunas de las visitas a
monumentos que realicé estando en Oviedo.
Plaza de Alfonso II el Casto |
Si alguna vez viajáis a esta bonita
ciudad, procurad no marchaos de ella sin haber visitado por lo menos estos
edificios que a continuación intentaré mostraos.
Son: La Cámara Santa, la cripta de Santa Leocadia, la catedral del
Salvador y San Julián De Prados (Santullano) dentro de la ciudad y en las
afueras y en las faldas del Naranco, Santa María del Naranco y San Miguel de
Lillo, aunque ésta última la están restaurando, por lo cual sólo podréis visitar el exterior y los dinteles de entrada, el resto lo muestran abajo en
Santa María del Naranco y mediante unos paneles explicativos, que están bien
pero como digo yo la visita se convierte en virtual y no en real, pero bueno como
no hay más pues contigo….
Y sin más preámbulos paso a la descripción de esos monumentos antes
mencionados.
En primer lugar, en esta parte y debido a lo extenso de la explicación, sólo comentaré la catedral de Oviedo, el resto de los monumentos, los iré incorporando, poco a poco en el blog y recordad la mayoría de las fotos son originales sacadas por mí, lo
digo para que disculpéis los fallos que tengan, pero por el contrario no tienen
ningún copyright, con lo cual las podéis copiar o utilizar sin ninguna traba
legal. Y como siempre dar las gracias a todos aquellos que me han ayudado a confeccionar esta descripción de estos monumentos con sus páginas web.
Empezaré diciendo que la visita a la catedral se realiza con audioguía
previo pago de 7 euros. Y a partir de ahí “Hor konpon, Marianton! "¡Ahí
te las compongas, muchachote!" Al parecer también hay visitas guiadas
teatralizadas, pero en “temporada alta” creo, además son caras, en torno a los
15 euros y no está incluida la entrada a la catedral. Pero en fin, lo mejor es acudir
a la oficina de turismo, que está enfrente del ayuntamiento y solicitar
información, que será mucho más fidedigna de la que yo pueda daos aquí.
CATEDRAL DE
OVIEDO
Plano de la catedral |
La Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana
de San Salvador de Oviedo es una catedral de
estilo gótico conocida también como Sancta Ovetensis, debido a
la calidad y cantidad de las reliquias
que contiene. Comenzó a edificarse a finales del siglo XIII por la sala
capitular y el claustro, y su construcción se prolongó durante tres
siglos hasta el remate de la torre a mediados del siglo XVI.
Posteriormente se añadiría una girola en el siglo XVII además de
diversas capillas anexas a las naves laterales.
Fue declarada
Monumento histórico-artístico en 1931 y patrimonio de la humanidad por la
Unesco en el 2015 como parte del Camino de Santiago primitivo.
La basílica se
eleva sobre el lugar donde estaba ubicado el anterior conjunto catedralicio
prerrománico del siglo IX, mandado construir por Fruela I y posteriormente
saqueado y destruido por los musulmanes.
Posteriormente
Alfonso II el Casto, cuando traslada la capital del reino de Asturias a Oviedo
manda edificar, dentro de un ambicioso proyecto constructivo, un conjunto
catedralicio (catedral, residencia del obispo, dependencias episcopales, iglesias,
monasterios e incluso un muro defensivo), en los mismos terrenos ocupados
anteriormente por la Iglesia de San Salvador.
Catedral de S. Salvador de Oviedo |
La nueva
basílica románica de San Salvador fue consagrada el 13 de octubre de 821. Era
un edificio de tres naves con cabecera triple rectangular y cubierta de madera,
como la Iglesia de Santullano. Sus dimensiones eran, aproximadamente,
de 40 m de longitud, 20 m de ancho
y 25 m de altura máxima. Su cabecera tripartita albergaba un
altar principal dedicado a San Salvador, advocación del templo, y otros doce
dedicados a los apóstoles, que llegaron a ser posteriormente veintiuno,
teniendo muchos de ellos una doble dedicatoria. La iglesia estaría decorada con
pinturas de estilo semejante a las existentes en Santullano. La basílica de
San Salvador, fue creciendo hasta absorber otras construcciones realizadas por
Alfonso II: el Palacio Real y la iglesia de Santa María. La capilla palatina
del palacio es la actual Cámara Santa que es la parte más antigua de la
Catedral.
Esta nueva basílica
románica cumpliría su función hasta los años 1382-1388 que es cuando se decide
erigir la actual catedral gótica a instancias del obispo Gutierre de
Toledo.
Alguna de sus
antiguas construcciones perviven hoy en día. Es por ello, por lo que en el
edificio actual podemos encontrar algunas estructuras prerrománicas o románicas
como en la Cámara Santa, góticas
como la propia catedral, renacentistas
como en el remate de la torre e incluso barroca
como alguna de las capillas de la girola. Como podemos ver un compendio de
todos los estilos trascurridos durante los siglos hasta su construcción
definitiva y total.
Los inicios de
la construcción del templo gótico comienzan en 1382 bajo el mandato del
obispo antes mencionado y es elegido como primer arquitecto Juan de Badajoz el Viejo. La renovación gótica del conjunto
catedralicio, comenzó, no por el edificio principal, tal vez debido a la
escasez de recursos o por respeto a la tradición, sino por edificios anexos:
la sala capitular y el claustro, la capilla
Mayor se construye en 1388.
Y es a mediados
del siglo XV cuando se edifican la mayoría de los elementos arquitectónicos,
como son el crucero, las naves y las capillas laterales.
En el siglo XVI se
termina el pórtico y la torre de la fachada en un gótico hispano-flamenco. Es
lo que podemos contemplar de la catedral actual. En los siglos siguientes se
hicieron obras y mejoras en muchas de las capillas.
Exteriores de la catedral |
En octubre de
1934, se produce la conocida como
Revolución de Octubre de 1934, siendo uno de los principales focos de rebelión
Asturias, donde se produjeron algunos de los sucesos más graves, como la quema
de conventos, etc. En Oviedo un grupo de revolucionarios explosionó en la
cripta de la Cámara Santa una bomba
que arruinó gran parte del monumento y causó serios daños a la estructura.
También sus obras de arte sufrieron grandes desperfectos y desaparecieron
importantes reliquias, aun así se pudieron rescatar algunos de los tesoros de
la cripta, como el Santo Sudario, de los
escombros. Se realizó la reconstrucción de este desastre entre 1939 y 1942,
respetando en la medida de lo posible y reconstruyendo según el original.
Pero pasemos a
su descripción estructural. Primero decir que, en su conjunto se trata de un edificio de
planta de cruz latina, con cabecera única, tres naves, capillas laterales entre
sus contrafuertes y girola del siglo XVII. En altura reúne las características
de los templos góticos, un primer piso con la arquería gótica de las naves, un segundo
piso o cuerpo con una galería gótica de dobles ventanas (triforio). Y un tercer
cuerpo ocupado por las vidrieras (claristorio).
Exterior
de la catedral
La fachada
La construcción
de la actual fachada se inicia a comienzos del siglo XVI bajo el diseño
de Juan de Badajoz, sobre la idea de un pórtico bajo de tres arcos y dos
torres de flanqueo, de las que sólo se levantó una. Y a pesar de la época de
construcción se siguió utilizando el estilo gótico, al igual que las de
Salamanca o Segovia; en vez del renacentista con el que convivió
durante un tiempo.
Pórtico |
La fachada, como
en todas las iglesias góticas, está situada al Oeste, a los pies de la
Catedral. Consta de tres portaladas asimétricas que dan acceso a cada una de
las naves, central y laterales, y que aparecen cerradas por rejas, con lo que se crean tres
pequeños atrios.
Se construyen,
por tanto, los pórticos de poca altura con tres arcos, más grande el
central, y en su interior tres portadas que dan acceso a cada una de las naves.
Se cubre con una bóveda de cascarón nervada casi plana. Cada una de las
portadas aparece surtida de repisas y doseles para imágenes que nunca llegaron
a colocarse, tal vez por falta de presupuesto, y en todo caso, esos elementos, repisas,
doseles, etc…, de por sí, son buenos ejemplos del gótico flamígero, por la
abundancia y la riqueza ornamental que presentan.
Tímpano de la portada central |
La portada
central, la más importante, aunque normalmente se entra por la portada de la
izquierda, tanto estéticamente como en tamaño, está coronada con un relieve de
la Transfiguración del Monte Tabor (Jesús hablando con los profetas Moisés y
Elías y en el suelo los apóstoles Juan, Pedro y Santiago. Alguno sostienen que
las figuras de los profetas son Fruela I y a Alfonso II el Casto (los dos
principales promotores del conjunto catedralicio) y un poco más abajo unos
medallones que representan al niño Jesús y a San Juan niño. Sobre todo el
conjunto la imagen de Dios Padre.
Puertas |
Sus puertas
gemelas, bajo el arco ojival que las cobija, están realizadas en el siglo XVII,
su estructura es de madera de castaño, pero los paneles labrados son de nogal,
que en principio estaban policromados y
con pan de oro, lo que causó una sorprendente admiración, aunque con el tiempo
debió de parecer un tanto sobrecargado y se pintaron de verde imitando el
bronce patinado. Más tarde de quitaron las dos capas y se dejaron con la madera
vista, con su brillo natural, que es como han llegado a nosotros. En la hoja
izquierda aparece una imagen
del San Salvador (patrono de la catedral) en el medio y encima, el escudo de España sostenido por
ángeles. A su derecha se ve un templo que podría ser una representación
esquematizada de la propia catedral. A su izquierda hay un pozo de agua y
alrededor numerosas figuras de plantas y animales.
Hoja con la imagen de Sta. Eulalia |
En la hoja de la
derecha la imagen de Santa Eulalia de Mérida (patrona de la diócesis y de
Oviedo) en el centro. Se la declara patrona porque se creía que, traslandando
los restos de la santa por la ciudad, se atraía a la lluvia en las sequías. Por
ello aparece cuidando el ganado y regando con una jarra los maizales, cereal
que hacía un siglo que se cultivaba, traído de América, y que ya era
fundamental en el campo asturiano para la alimentación de gente y ganados,
también se ve un caserío. Alrededor figuras de animales, rosas y ángeles y
arriba la Cruz de los Ángeles. Ambas dos muestran también una rica decoración
de motivos geométricos y florales.
En la pica del de la arquivolta exterior
aparece, de nuevo, el símbolo de la ciudad, la Cruz de los Ángeles.
Al templo
accedemos por la puerta de la izquierda (nave del evangelio). Portada con una
sola puerta donde también se puede apreciar con claridad la inspiración del
flamígero, muchísimas filigranas y la bóveda nervada, de la etapa final del
gótico, que en otros lugares ya había sido dejado atrás a primeros del siglo XV
pero que en otros, como Asturias, enlaza prácticamente con el barroco. La
portada derecha tiene similar tamaño y decoración.
La Torre
La torre es definida
por Clarín en su obra “La Regenta” como “"Poema romántico en piedra".
Torre |
El diseño
inicial del pórtico, como ya he dicho con anterioridad, se proyectaba con dos
torres, no obstante, finalmente se decidió por la construcción de sólo una,
probablemente por motivos económicos.
La construcción de la torre de estilo gótico flamígero y renacentista se
inicia en 1508, bajo la dirección de Rodrigo Gil de
Hontañón
sobre planos de Juan de Badajoz y se finaliza en 1587. La cantera era
traída en carros de bueyes desde las canteras de Aspra y Piedramuelle.
Con una altura
de unos 80 m, (62 m. la torre y 17 m. la aguja) desde el suelo al
pararrayos, está dividida en cinco cuerpos o plantas que van disminuyendo
(retranqueo) en tamaño según se asciende, esto es, el muro de la fachada se va remetiendo en la
planta superior.
La torre se
inicia integrada al pórtico y descansa sobre los cuatro pilares que forman la
arcada del pórtico y se remata con un templete de torres cilíndricas que acaban
en la flecha del pináculo y está aislada del resto de la edificación. El remate
de la aguja, que son dos grandes globos de cobre, fue traído desde Flandes por
el puerto de Laredo en 1552.
A medida que
ascendemos los contrafuertes laterales van adelgazando hasta alcanzar la primera
terraza abalconada con un antepecho calado, de estilo renacentista y sobre la
que se levanta un templete entre torres cilíndricas que se remata, a través de
una última y más diminuta balaustrada, en la flecha del pináculo, flecha de
ocho paños, como las de Burgos y León y diseñada por Gil de Hontañón
En la torre
podemos encontrar un reloj en el
segundo piso, en el último piso el escudo del obispo de Oviedo Cristóbal Rojas Sandoval que ostentaba el cargo a la
finalización de la torre y en cada sección una ventana de medio punto decorada
con baquetoncillos y con una columnilla a modo de parteluz o mainel que
sostiene arquillos trenzados ojivales trenzados de piedra. A lo largo de todos
los elementos verticales, sobre todo en agujas y pináculos, podemos observar la
abundancia de elementos decorativos de croché.
Detalle de la parte alta de la torre |
Pese a sus
dimensiones, el sentido ascensional de todos los elementos, los vanos
alargados, el estrechamiento progresivo y la disminución de la sección de cada
planta, toda la estructura en su conjunto no da esa sensación de mole maciza
que dan otras torres.
Si bien con el
remate de la torre única y del pórtico de la fachada, muy avanzado el siglo
XVI, se da por acabada la catedral, el edificio fue agrandándose con varias
capillas laterales: la de Santa Bárbara o San Miguel, la de San Martín de
Tours, San Roque o la Natividad, San Antonio, el Santo Cristo de Velarde, la
Anunciación, la Asunción o la de Santa Eulalia,
patrona de la diócesis, además
de la del Rey Casto, reedificada en 1705 sobre otra prerrománica.
Capilla del Rey Casto |
Escultura de La Regenta en la plaza Alfonso II de Oviedo |
En 1521 hubo un
gran incendio en la ciudad que prácticamente la destruyó entera, ya que
la mayor parte eran edificaciones de madera, el incendio afectó también a la
catedral pero las obras prosiguieron, aunque la penosa situación económica en
la que quedó la ciudad hizo que los fondos no alcanzasen para esa segunda torres.
Incluso Carlos I, rey de España en aquellos momentos, eximió a la ciudad de
alcabalas y tributo, para ayudar a su recuperación. Más tarde, en el siglo XIX,
con el romanticismo y el arte neogótico,
hubo un proyecto para construirla, lo que suscitó debates con posturas a favor
y en contra. Al final no se hizo.
La torre es famosa en la literatura española
del siglo XIX pues es una de las protagonistas inertes de la novela de Leopoldo Alas «Clarín» La Regenta. “Desde su
altura y con ayuda de un catalejo, vigilaba la ciudad Don Fermín de Pas, el
Magistral de la catedral y provisor en la diócesis de Vetusta”.
El Campanario
El conjunto de
las campanas de la Catedral está compuesto por siete campanas y tiene dos
características que le dan un gran valor histórico/artístico: por un lado en
él, se encuentra la más antigua campana datada y en uso, de todas las
Catedrales de España, su nombre "Wamba".
Por otra parte,
las campanas conservan íntegra la instalación original, apenas modificada con
una electrificación muy básica.
Wamba fue
fundida en 1219, según la inscripción
que consta en ella, siendo, como ya he dicho, la campana más antigua en
funcionamiento de España. Está hecha
en bronce con un peso de 833 kg, un diámetro de 122 cm, es forma
cónica, con una altura de bronce de 105 cm y un borde de 13 cm. Sigue
en activo dando el toque de las horas a pesar de estar rajada.
La torre románica o Torre Vieja de San Miguel
También en el
exterior y como vestigio de la anterior iglesia románica de Alfonso II, nos
queda la llamada Torre románica o Torre vieja de San Miguel (siglo
XII). Esta torre es
más antigua que la cámara santa, por lo que se atribuye su construcción al rey
Fruela I (rey de Asturias entre 757 y 768) y padre de Alfonso II.
Torre románica |
Se trata de una
torre de dos pisos situada en el lado sur de la Catedral con una clara función
defensiva y de protección de la Cámara Santa donde estaban depositadas las
reliquias y el tesoro catedralicio, ante los saqueos en las incursiones de
normandos y musulmanes
La torre de unos 20 metros de altura, se puede apreciar tanto desde el
exterior de la catedral como desde el interior a la entrada de la Cámara Santa,
y cuya construcción, impulsada por Alfonso III, cuenta con gran similitud con
la propia Cámara, lo que nos da una idea de que fueron construidas en fechas
parecidas.
En esta robusta fortificación -los muros alcanzan un grosor de 1’40 metros-
podemos claramente diferenciar dos partes, la parte inferior de aspecto más antiguo y la superior
más reciente, y es que ambas partes pertenecen a épocas distintas y a estilos
diferentes. Posee una robusta puerta en la fachada Norte, que permite la
comunicación con la basílica de San Salvador.
Parte inferior de la torre |
La inferior, presenta una estructura rectangular pero irregular, donde
apenas hay ventanas, con su parte central rehundida, con fábrica de mampostería
y sillarejo, probablemente prerrománica y que acaba, en su parte central en
un arco de medio punto dovelado y
enmarcado por una imposta, a partir de la cual, en los siguientes dos pisos, se
utiliza el sillar. Las ventanas de la parte inferior y media son adinteladas.
Los laterales de esta estructura aparecen con sillares para reforzar las
esquinas al modo de grandes pilares.
En la parte superior y a modo de cornisa aparece una imposta saliente que
recorre horizontalmente los cuatro lados de la torre y que la separa del
siguiente cuerpo o campanario.
Sobre esta base prerrománica se levantan el segundo piso de clara sillería
románica. En la parte central aparece un arco ciego de medio punto, formándose
entre los dos arcos concéntricos una superficie horadada por tres agujeros de
clara utilidad constructiva.
Parte superior de la torre |
La última parte de la torre que parece de fabricación posterior, con sillares
en hiladas regulares, tiene el aspecto de un campanario, y probablemente se
añadió en el último tercio del siglo XI.
Cada cara dispone de dos vanos rodeados por arquivoltas dobles de medio
punto sobre parejas de columnas con capiteles de clara construcción románica,
en alguno de ellos se puede apreciar: aves picoteándose las patas,
entrelazados, sogueados y hasta el famoso taqueado jaqués, o los adornos de
bolas típicos elementos decorativos del románico. En el centro de cada panda,
partiendo desde el tejado y sobresaliendo aparece al exterior unos estribos
sobre ménsulas soportadas por canecillos.
Está cubierta por una bóveda esquifada articulada por dos arcos fajones,
que determinan dos bóvedas de cañón que se cruzan, que siguen el sentido de los
ejes y que en el exterior determinan los estribos sobresalientes del muro, por
encima de los ventanales, y que se apoyan en ménsulas soportadas por dos
canecillos con representación de cabezas de animal.
En el interior, justo antes de bajar las escaleras que dan acceso a la
Cámara Santa podemos apreciar como el muro sufre sucesivos retranqueos,
destinados tanto a adelgazar el espesor como a permitir la colocación de los
forjados de madera de los pisos.
Al aparecer una reciente excavación arqueológica ha puesto de manifiesto
que asienta directamente sobre la roca madre, sin restos de cimentación.
Interior
de la catedral
El recorrido
interior, después de abonar la consabida entrada, nos lleva directamente a la
nave de la epístola, a nuestra derecha según miramos el retablo mayor.
Interior |
En la actualidad
se trata de un edificio de planta
de cruz latina formada
por tres naves, la central más
ancha y alta que las laterales. Con capillas laterales entre los contrafuertes
y cabecera única con girola.
Por encima de la
arquería lateral nos encontramos un segundo cuerpo con un triforio compuesto
por una galería gótica de dobles ventanales y a continuación un tercer cuerpo
ocupado por las vidrieras o claristorio, típica estructura de los edificios
góticos. Aunque, al parecer, al principio de su construcción la cabecera era
tripartita con un ábside central semicircular y dos ábsides laterales, también
semicirculares, pero siglos más tarde, en el Barroco, se reforma la zona
absidial y el coro para construir un deambulatorio con capillas radiales, como
está en la actualidad.
Desde la entrada,
el templo resulta imponente, y a ello contribuye la nave central con una
anchura de 10 metros, el doble de altura, unos 20 metros y una longitud de 67
metros, cerrada con bóveda de crucería cuatripartita, aunque la bóveda central
de los cinco tramos aparece con terceletes, pero que son añadidos con
posterioridad, al igual que los diferentes adornos del resto de los tramos dada
la cronología avanzada de su construcción.
Bóveda cuatripartita |
Excepción hecha
de la zona del transepto, donde su crucero se cubre por una bóveda de
terceletes sencillos, mientras que el resto está cubierto por bóvedas
cuatripartitas. Hay un detalle que son los machones de los arcos torales (los
cuatro que forman el transepto son muy anchos y gruesos, lo cual parece
excesivo para sostener una sencilla bóveda de crucería, aunque sea con
terceletes, por lo cual pudiera ser posible que en el diseño original del
templo en lugar de esa bóveda de terceletes estuviera diseñada una estructura
de cimborrio, “pura elucubración”.
Triforio y claristorio |
Las naves laterales
poseen una menor altura, apenas la mitad, una anchura de 6 metros y está
cubiertas también por sencilla bóvedas clásicas de crucería simple
(cuatripartitas). En sus naves laterales
presenta capillas abiertas entre los contrafuertes, que es una solución arquitectónica habitual en este tipo
de edificios.
Los soportes que
separan las naves y sostienen las bóvedas son de
tipo fasciculado, tanto los arcos formeros, como los arcos fajones formados por
grandes bloques pétreos están trabajados a la manera de manojos de haces; en
alzado, el templo presenta una organización claramente gótica: arcadas de
separación entre la nave mayor, más alta que las laterales mediante cinco arcos
ojivales y moldurados; a continuación, en altura, el triforio (formado por
parejas de vanos ojivales, con
columnas pequeñas y decorados con tracería y
antepecho propios del gótico flamígero) y formando una
galería que recorre toda la longitud de la nave y el transepto, para finalizar
y sobre el triforio aparece un piso superior iluminado, el claristorio, con ventanales vidriados compuestos por dos
arcos calados y cobijados a su vez por otro envolvente con cierto perfil escarzano,
algunas de las vidrieras son del siglo XVI, y el resto de creación moderna.
Transepto Sur |
Órgano |
La nave del
crucero o transepto posee una estructuración semejante a la nave central en su
distribución, se encuentra limitado en sus dos extremos, en el lado norte por
la Capilla del Rey Casto, situada paralela a la catedral, y por el lado sur con
la Cámara Santa.
Nada más
traspasar la puerta, vemos el órgano y, al lado del órgano, las vidrieras del
muro norte, en la pared de la nave izquierda. No son las originales, estas del
muro norte se habían perdido y los ventanales estaban tapiados hasta que en
1929 se encargaron unas nuevas. Las vidrieras originales del siglo XVI, obra
del maestro burgalés Diego de Santillana y de artistas flamencos, se
conservaban en otras ventanas pero los episodios bélicos de la revolución y la
guerra acabaron con ellas. Fueron repuestas
tras la contienda por el maestro Santos Cuadrado partiendo de las antiguas
burgalesa y flamenca. Son una fuente de luz y de color que ilumina la iglesia.
A lo largo de la
derecha (nave de la Epístola) y desde los pies a la cabecera nos encontraremos
con una serie de capillas, hasta un total de seis, de diferentes épocas y
estilos: gótico, barroco, plateresco, etc. Estas capillas de diferentes
advocaciones, poseen hermosos retablos y algunas de ellas tumbas y cenotafios de personajes ilustres de
su tiempo como obispos, abades… Estas capillas son:
Capilla de Sta. Bárbara |
Capilla S. Martín de Tours |
Capilla de S. Roque |
Capilla S. Antonio de Padua |
Capilla del S. Cristo de Velarde |
También hay un
sepulcro con arcosolio, en este caso aparece el nombre de Joaquín María
Velarde, conde de Nava y es que muchos personajes: clérigos, prelados y
personajes destacados amparaban y patrocinaban la construcción de estas
capillas-panteón
Ya en el
transepto en el arco toral sureste, antes de llegar a la capilla mayor y al
El Salvador |
Detalles todos ellos que, de alguna forma
preconizan la llegada de una nueva etapa artística donde se va buscar más el
realismo y la humanización de las imágenes: el arte gótico.
La talla es
románica y de madera policromada, obra del siglo XII o XIII y ante la que se
postraban los peregrinos con admiración pues era uno de los símbolos de la meta
del camino que lleva su nombre. Se cree que procede de la anterior basílica
románica. El Papa Juan Pablo II en su visita a España en Agosto de 1989, como
peregrino a Santiago, visitó Oviedo y rezó a los pies de este Salvador.
No olvidéis, al
igual que hizo el Papa, la máxima ovetense: "Quien va a Santiago y no
al Salvador visita al criado y olvida al Señor"
Como casi todas
las catedrales españolas, San Salvador tuvo aquí un coro, en el centro de la
nave mayor, guardado por una rejería gótica del siglo XV hecha en hierro y bronce,
con escudos y remate de la Cruz de los Ángeles. Había también un trascoro de
piedra con arco gótico, el cual fue trasladado a la puerta exterior de la
cámara santa, está en el lado oeste del transepto sur. Este coro, si bien
ofrecía mayor intimidad y relleno a la gran estancia estorbaba a una visión en
conjunto del templo, por lo que fue demolido a finales del siglo XIX.
A continuación
la audioguía, nos llevará a la Cámara Santa
Entrada a la Cámara Santa |
Pasamos a la
capilla superior o de San Miguel, la propiamente llamada Cámara Santa, pues
abajo está la Cripta de Santa Leocadia, que veremos después. Son por lo tanto
dos capillas superpuestas y sin comunicación directa entre ellas
No hay
unanimidad en cuanto a la fecha de construcción de la Cámara Santa, mientras
que algunos autores la datan en tiempos del rey Alfonso II (760-842), otros
consideran que su construcción es algo posterior, probablemente en la época de
Alfonso III siendo la fecha más aceptada la de (884/885), tal vez, a partir de
los restos de la capilla u oratorio del palacio del rey Alfonso II el Casto, siendo
uno los edificios más antiguos de todo
conjunto catedralicio. La
cuestión sigue abierta a la espera de más hallazgos y excavaciones que
confirmen una u otra opinión
La Cámara Santa está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998. Posteriormente en el 2015 fue incluida, junto con la catedral de El Salvador de Oviedo, y también por la Unesco, como uno de los bienes individuales del Camino de Santiago.
Su función,
prácticamente desde su construcción y que conserva en la actualidad, ha sido la
de guarda de las reliquias y tesoro catedralicios, para cuya defensa y
protección estaba la torre de San Miguel, anteriormente descrita.
La Cámara Santa está formada por dos capillas superpuestas, como ya he dicho, abovedadas y sin comunicación entre ellas, siendo las entradas a ellas independientes la una de la otra. La capilla inferior, llamada Cripta de Santa Leocadia, y la superior o Capilla de San Miguel que tiene una longitud muy reducida si la comparamos con la altura que tiene. Este tipo de construcciones corresponden a un tipo de capillas de las conocidas como martiriales, cuyo fin en principio servía para que reposaran los restos de un mártir, pero que también eran utilizadas como oratorio del Rey e incluso para guardar reliquias como es este el caso. Y es en esta última, precisamente, donde, en el siglo XIII se empezó a guardar las importantes reliquias que estaban depositadas en la catedral, función que hoy en día sigue realizando guardando las reliquias del Principado de Asturias, o más bien dicho las reliquias que poseía el antiguo reino de Asturias.
Ambas capillas están
adosadas a la torre de San Miguel, torre que es difícil de reconocer desde el
exterior por estar totalmente embebida dentro de las construcciones que en
torno a ella se realizaron con posterioridad. Pero que se puede
apreciar desde el interior de la capilla de la Virgen de Covadonga (la primera
de la girola entrando por la nave de la epístola)
Durante los
sucesos de la Revolución de Asturias de 1934, la Cámara fue
volada por un grupo de revolucionarios. La reconstrucción se realizó fielmente
reutilizando de nuevo todos los materiales. Se custodian en el interior las
joyas más preciadas de la catedral: las cruces de la Victoria y de los Ángeles, símbolos de
Asturias y de la ciudad de Oviedo respectivamente, la Caja de las Ágatas y el Arca Santa que
contiene un gran número de reliquias entre las que se encuentra el Santo Sudario. En 1977 la Cámara sufrió el robo de estas
joyas siendo recuperadas en 1981 parcialmente desmontadas. Una vez
restauradas fueron de nuevo colocadas en su lugar en 1984.
La capilla
presenta una planta rectangular, en su origen esta capilla tenía una cubierta
de madera y era de menor altura pero la riqueza e importancia de las reliquias
hizo que, para dotarlas de un entorno digno de su importancia, fue remodelada
en el siglo XII, remodelación consistente en la sustitución de la bóveda
original de madera, demasiado sencilla, por una bóveda de cañón recrecida en
altura hasta los 3,50 metros. La capilla presenta arcos fajones que descansan
sobre seis columnas o pedestales añadidos para soportar la bóveda, columnas que se decoraron con una pareja de apóstoles
cada uno, conformando un apostolado románico considerado como una obra maestra
de la escultura de la época.
S. Pedro y S. Pablo |
Santiago y San Juan |
Los apóstoles
figuran emparejados en actitud dialogante entre si. Encontramos las siguientes
parejas: San Pedro y San Pablo / Santiago y San Juan / San Andrés y San Mateo /
Santiago el menor y San Felipe / Santo Tomás y San Bartolomé / San Simón y San
Judas Tadeo.
En los capiteles y pedestales se narran diversas escenas del Nuevo Testamento y se hacen alusiones a la muerte o la lucha entre el bien y el mal.
En los capiteles y pedestales se narran diversas escenas del Nuevo Testamento y se hacen alusiones a la muerte o la lucha entre el bien y el mal.
Capitel de S. Pedro y S. Pablo |
Santo Tomás y S. Bartolomé |
En la
remodelación del techo de la nave también se decoró con imágenes labradas en
los arcos fajones.
Calvario |
De entre las
reliquias que podemos encontrar en la cabecera de la capilla de San Miguel y protegidas
por una verja metálica voy a describir alguna de ellas: la Caja de Ágatas, la
Cruz de los Ángeles, la Cruz de la Victoria, el Cristo de Nicodemo, el Santo
Sudario y el Arca Santa o de las Reliquias
Caja
de las Ágatas
Es una
caja-relicario donada por el príncipe y después rey astur-leonés Fruela II y
su esposa Numilo a la Catedral de San Salvador de Oviedo en el 910,
aún en vida de su padre Catedral de Oviedo y estaba destinada a guardar
reliquias de la catedral. Está considerada, junto con la Cruz de la Victoria, la Cruz de los Ángeles una de las
obras cumbres de la orfebrería prerrománica asturiana. Y junto al
resto del tesoro catedralicio ha sufrido los avatares de la revuelta de 1934, y
el robo de 1977 y al igual que las demás piezas fue recuperada, pero su tapa no
apareció hasta años más tarde, en 1989 en el cauce de un río en la provincia de
Orense.
Caja de Ágatas |
Tiene unas
medidas de 42 x 27,5 x 16,5 cm. Y su tapa mide 15cm x 10 cm. Y el peso total de
la Caja de las Ágatas es de 7.420 gramos.
El lateral de la
Caja se divide en dos niveles por la abertura que separa la caja de la tapa y están
adornados con cenefas de trazos rectilíneos repujados que alternan con gemas
hasta un total de doscientas doce que llegó a tener y que muchas de ellas han sido
reemplazadas.
En la cubierta
superior, la cúspide de la pirámide ha sido achaflanada y en su lugar
encontramos una placa de oro cuyo origen es muy discutido entre los expertos
del arte –algunas teorías apuntan a que podría ser la hebilla de un cinturón
visigodo-. Se trata de una placa de oro macizo y en ella encontramos un reborde
ondulado que alberga distintas gemas y algunos esmaltes policromados con
representaciones animales que forman dragones, cuadrúpedos, pájaros, peces,
reptiles y árboles estilizados. En la placa, al parecer, había 655 granates, 4 perlas, 12 esmaltes y 13
cabujones.
Solero con la Cruz de la Victoria |
La inscripción,
que tiene cierta similitud con la Cruz de la Victoria, es:
“Permanezca esto
complacientemente realizado en honor de Dios que ofrecen los siervos de Cristo
Fruela y Nunilo, por sobrenombre Jimena. Esta obra se acabó y se concedió a San
Salvador ovetense. Quienquiera que pretendiera arrebatar este don nuestro,
perezca por el rayo divino. Se fabricó en la era 948 (910 era cristiana).
La
Cruz de los Ángeles.
Donada por el
rey astur Alfonso II a la Iglesia
del Salvador, por su consagración (hoy desaparecida) en el año 808 de nuestra
era y realizada por orfebres bizantinos itinerantes, llegados a Oviedo por
intercesión de Carlomagno, con quien Alfonso II tuvo buenas relaciones. Recibe
el nombre de Cruz de los Ángeles ya que según la tradición, la misma fue
realizada por unos ángeles que se hacían pasar por peregrinos y que una vez
terminada desaparecieron misteriosamente. La cruz hace funciones de
relicario, ya que en cada brazo tiene una cajita con una tapa corredera. En
el siglo XIII se incluyó en el escudo de Oviedo, hecho que perdura en nuestros
días.
Cruz de los ángeles |
El anverso de la
cruz está adornado por una filigrana de oro con cuarenta y ocho piedras, en
forma de cabujón. Algunas de las piedras son semipreciosas, como granates y
ágatas.
El reverso de la
cruz está recubierto con una lámina lisa de oro, y en cada uno de los cuatro
brazos de la cruz aparece una inscripción en letras de oro. Asimismo, en cada
uno de los cuatro extremos de la parte posterior de la cruz hay una gema
rodeada por dos círculos de pequeñas piedras. En el disco central del reverso
había un camafeo romano de ágata, rodeado por un círculo con perlas y pedrería,
camafeo que, en la actualidad, ha sido sustituido por una réplica ya que el
original desapareció en el robo del año 1977. También sufrió desperfectos
en la Revolución de 1934
De los camafeos
romanos incrustados en la cruz, uno de ellos representa a una joven campesina
romana, otro a la diosa Atenea, otro muestra
una cabeza caprina con cuerpo de serpiente, y otro a Eneas abandonando la ciudad de Troya. Representaciones, todas ellas,
claramente paganas.
Aunque en
numerosas versiones heráldicas la Cruz de los Ángeles aparece representada con
las letras alfa y omega colgando de los brazos de la cruz, los expertos en
historia del arte aún no han alcanzado un acuerdo sobre si de la cruz colgaron
alguna vez dichos símbolos en el pasado.
Se conservan tres anillas en cada uno de los brazos horizontales de las que colgarían las letras griegas alfa y omega (principio y fin). En la actualidad a la cruz le acompañan dos ángeles en actitud orante.
Se conservan tres anillas en cada uno de los brazos horizontales de las que colgarían las letras griegas alfa y omega (principio y fin). En la actualidad a la cruz le acompañan dos ángeles en actitud orante.
La inscripción
que figura a lo largo de los brazos del reverso en latín vulgar y de la que
deducimos el año y el donante, es:
“Permanezca en honor de Dios esto, realizado
con complacencia. Alfonso, humilde siervo de Cristo, lo ofrenda. Cualquiera que
presumiere llevarme fuera de donde mi buena voluntad la dedicó, perezca
espontáneamente con el rayo divino. Esta obra se concluyó en la era DCCCXLVI.
Con este signo es protegido el bueno. Con este signo es vencido el enemigo”.
Recordad que la
fecha actual se obtiene restando 38 años a la Era Hispánica y que la Cruz de
los Ángeles aparece en el escudo de Oviedo.
Cruz
de la Victoria
Regalo del rey
astur Alfonso III y su esposa
Jimena a la Catedral de San Salvador de Oviedo, en el 908, y
realizada en el castillo de Gauzón, según consta en una inscripción colocada en
el reverso de la cruz. Es el principal símbolo representativo del Principado de
Asturias,
ya que figura tanto en su bandera como en su escudo.
Cruz de la Victoria |
Al igual que el
resto del tesoro ovetense en la revuelta de 1934 sufrió daños y desperfectos, e
incluso en años posteriores, en 1977, fue robada y posteriormente recuperada
Tiene forma de
cruz latina y se compone de dos piezas de madera de roble ensambladas por un
disco central con caja relicario, al parecer en el pasado contuvo un fragmento
del Lignum Crucis.
Los brazos de la
cruz se ensanchan ligeramente hacia los extremos, siendo rematados en forma
trilobulada por tres círculos casi cerrados. El extremo inferior de la cruz,
que le sirve de base, termina en dos círculos casi cerrados y no en tres, a fin
de dejar espacio al astil que permite mantener la cruz en posición vertical.
Mide 92 mm de
alto, 72 mm de ancho y un grosor medio de 2,5 cm, pues en el centro es mayor de
unos 40 mm. Sus brazos laterales miden 230 mm, el brazo superior 350 mm y el
inferior 430 mm. Y su peso aproximado es de 5 Kg.
Decorada
ricamente con filigrana de oro, esmaltes, y pedrería tallada en forma de cabujones (recordad con forma de cráneo) muy relacionada
con la orfebrería de los reyes carolingios en su parte frontal y lisa por su
parte posterior a excepción de cuatro gemas, una en cada uno de los extremos, los clavos que
fijan la lámina de oro a la cruz de madera están ocultos por florecillas,
esferitas y formas de almendras soldadas.
En sus brazos,
al igual que la Cruz de los Ángeles, figura la siguiente inscripción, traducida
al castellano: "Permanezca esto recibido benignamente para honra de Dios,
lo cual ofrecen el siervo de Dios príncipe Alfonso y la reina Ximena.
Cualquiera que se atreviere a tomar estos nuestros dones perezca con rayo del
cielo. Esta obra, siendo acabada, fue ofrecida a la iglesia Catedral de San
Salvador de Oviedo. Con esta señal se defiende el cristiano y con ella se vence
al enemigo y fue labrada esta cruz en el castillo de Gauzón el año 42 de
nuestro reino, andando la era de 946" (año 908 de nuestra era moderna)
El
Cristo de Nicodemo
Cristo de Nicodemo |
Según la leyenda, este
relicario habría pertenecido al fariseo miembro del Sanedrín Nicodemo que al
igual que José de Arimatea, y según el Evangelio de San Juan, ayudaron a
embalsamar y sepultar el cuerpo de Jesús.
Santo
Sudario
El Santo
Sudario de Oviedo (conocido también
por Pañolón de Oviedo) es una de las reliquias depositadas en
la Cámara Santa. Se trata un pañuelo
de lino manchado de sangre y
alguna quemadura de velas, de forma rectangular con una medida de 83 × 53
centímetros. Se le venera como una prenda funeraria de Jesús de Nazaret mencionada en el Evangelio de Juan. En él se habla de un «sudario» que cubría la cabeza, y una “sábana” «prenda
de lino» o «vendajes» cubriendo el cuerpo.
Santo Sudario |
Se han realizado diferentes
estudios sobre la procedencia, época, relación, etc…, con la Sábana Santa
turinesa, sin llegar, a pesar de algunas coincidencias, a ninguna conclusión
fidedigna que pueda dar una explicación científica a los dos hechos. Aunque el paño ha sido datado mediante la técnica
del radiocarbono como originario del siglo VII, por lo que no podría ser de la
época de los primeros cristianos, al igual que la Sábana datada en el siglo
VIII con la misma técnica.
El Arca
Santa o de las Reliquias.
Es un cofre en madera de cedro recubierto con placas de plata
primorosamente trabajadas, con inscripciones cúficas (estilo de caligrafía
árabe) y con atauriques (decoración de tipo vegetal de tradición musulmana).
El Arca, como la conocemos en
la actualidad, data de la segunda mitad del siglo XI, de época de Alfonso VI de León (hacia 1075), aunque otras propuestas la situarían en años posteriores hacia 1120.
Arca de las reliquias |
Quedó depositada en la Cámara
Santa que Alfonso II mandó construir para albergarla. Se cuenta que en el año En el año 1035 el obispo Ponce abrió
el Arca Santa para ver las grandezas que albergaba. Se dice que él y algunos de
los abades y clérigos que le acompañaban quedaron ciegos del resplandor que
salió de ella. Sus reliquias adquirieron tal fama que los peregrinos de desviaban del
camino a Compostela para venerar el Arca Santa. Mereciendo el calificativo
de Sancta Ovetensis
En el año 1075 y con motivo
de la visita del rey Alfonso
VI a
Oviedo, se procedió a la apertura del Arca y a inventariar los distintos
objetos guardados en ella. Como homenaje a su precioso contenido, la
reina Doña Urraca ordenó que se
recubriese de plata y ornamentase con relieves e inscripciones (hacia 1113),
sobre la Crucifixión, el anuncio del Nacimiento a los pastores, la Virgen, los
santos y demás imágenes, además de un texto que bordea los cuatro lados de la
tapa en el que se informaba del contenido del Arca.
En su interior, tal y como
reza la inscripción, se guardan un fragmento del madero de la Santa Cruz, un
trozo del vestido de nuestro Señor, un pedazo de pan de la última cena, una
sandalia de San Pedro y el Santo Sudario, sin duda la reliquia principal.
Amén de todos estos objetos
de veneración y custodia, en la Cámara Santa podremos observar otros como un díptico románico del siglo XII, y diferentes custodias y
arquetas.
Una vez visitada la Cámara Santa, atravesando de nuevo la
antecámara, saliendo a la izquierda y subiendo unas escaleras llegamos al Museo de la Iglesia, situado en la planta de arriba, en unas salas
construidas sobre el claustro en el siglo XVIII e inaugurado en 1990, donde
veremos piezas de muchísimo interés, como una importante colección de
orfebrería y distintos elementos eclesiásticos, pero donde no se pueden sacar
fotos. Sin embargo, lo más importante del museo se guarda en la Cámara Santa.
Visitado el museo, que está incluido en la
entrada, y a través de unas escaleras descendemos hasta el claustro.
Claustro
Claustro bajo |
Al parecer sustituye a un claustro románico anterior. El recinto, al igual que otras partes de la construcción ha sufrido importantes cambios a lo largo del tiempo, la más importante se produjo en el siglo XVIII al añadirle un segundo piso con su ventanal y su balconada correspondiente por cada uno de los arcos inferiores y que dan al patio central, en un claro estilo renacentista.
Por ello podemos observar en
él diferentes estilos y elementos arquitectónicos:
·
Algún
elemento románico, como la escultura que está a la entrada de la sala capitular
y algunos de los capiteles decorados, probablemente procedentes del claustro
románico anterior.
·
Elementos
del gótico clásico del siglo XIII (arquería del lado norte y algún tramo del oeste)
·
Elementos
del gótico manierista del siglo XIV(arquería del lado sur y oeste)
·
Elementos
del gótico florido del siglo XV (arquería del lado este)
·
Elementos
del barroco del siglo XVII (el piso superior) y la puerta del archivo/sala
capitular
Mención aparte podemos hacer
del conjunto escultórico tan variado que nos muestra el claustro tanto en sus
arcos y columnas con sus capiteles, con un total de 167, profusamente labrados
con toda clase de escenas, símbolos o motivos tanto religiosos como fabulosos,
como en sus esculturas, románicas, las de los apóstoles Pedro y Pablo a la
entrada de la sala capitular, o las góticas como la de la Virgen con el Niño.
Sala Capitular |
Esta sala es la más antigua
de la estructura, empezando a construirse en 1293. Las obras terminaron en
1314. Aquí está la que fue la sillería del antiguo coro catedralicio, hecha en
madera de nogal por varios maestros extranjeros del arte gótico. La sillería
fue restaurada en 1982 por el matrimonio Dorothy y Henry Kraus. En los
respaldos de los estalos aparecen figuras de los profetas, apóstoles, santos,
etc., y en las misericordias representaciones de animales.
Detrás, en la pared, podemos
ver los sepulcros de algunos prelados y alguna lápida.
La Sala Capitular es el lugar
de la reunión de los monjes y el abad y aquí se guarda lo que queda de la
antigua sillería gótica de la Catedral. Tiene una planta cuadrada, con unos muros
muy gruesos y casi ausencia de ventanales, pero sí varias puertas.
Bóveda nervada |
En el suelo, antes más bajo,
hay también sepulturas.
La razón de la abundancia de sepulturas en
todo este claustro está en su proximidad a las reliquias de la Cámara Santa,
siendo considerado por su proximidad este lugar especialmente sagrado
Retablo de Las lamentaciones |
También a lo largo del paseo
por el claustro encontramos algunos sepulcros dedicados a personajes de la historia asturiana. Por
ejemplo, al traspasar la puerta por la que hemos accedió al claustro, arriba a
la derecha hay una lápida pertenece a uno de los personajes eclesiásticos más influyentes
de la historia de la catedral y de Asturias, es el obispo Pelayo, fallecido en 1153. Y la figura de San Salvador
en lo alto de la pared, sobre peana en forma de cabeza humana.
Puerta de los Peregrinos |
De la época románica son los
canecillos del alerón del tejado. Predominan en ellos los motivos vegetales y
flores y una cenefa geométrico-vegetal recorre el conjunto. La parte derecha,
un poco más alta, es la traza de lo que fue la Torre de San Miguel.
Bueno y después de dar un
paseo por el jardín donde abundan los enterramientos y un precioso y gran
olivo, procedente del Huerto de los Olivos de Jerusalén, bajo el que hay que
hacerse una foto para la posteridad, entraremos de nuevo al claustro y siguiendo por la crujía llegaremos a la
puerta de la cripta, que visitaremos.
Olivo |
La cripta formó
parte de un conjunto de dos santuarios superpuestos, pero sin comunicación
entre ellos, la cripta es el santuario inferior y el superior es la cámara Santa. Hoy en día el
edificio ha quedado completamente encajado dentro de la catedral gótica. La
propia construcción guarda un misterio, su fecha de consagración. Para algunos
se atribuye al reinado de Alfonso II El Casto, para otros pudo ser construida
en tiempos de Alfonso III El Magno tras el traslado de los restos de los santos
mártires cordobeses Eulogio y Leocricia (Leocadia)
desde el emirato de Córdoba por Dulcidio. La primera noticia de la cripta
aparece en el año 908 (Alfonso III).
La cripta de Santa Leocadia se trata
de una nave estrecha, de 10 metros de largo, por 3 metros de ancho, es decir, rectangular,
con una altura de 2,30
metros y cubierta con bóveda de ladrillo de cañón uniforme a lo largo de toda
la construcción y que arranca desde un basamento o podio corrido que rodea el
perímetro interno. Cuenta con dos
puertas de acceso, una frente a otra y adinteladas y con cierto derrame hacia
el interior, en las fachadas norte y sur.
El interior se distribuye en
dos partes o zonas, la nave propiamente dicha y el presbiterio, que pudo estar
separado
de la nave por una cancela, al modo visigodo, y de la que restan los
agujeros en el suelo.
Cripta de Santa Leocadia |
La cripta es una estructura
maciza con fuertes efectos de claroscuro y luces. La luz penetra por las
escasas y estrechas aberturas, cuatro, dos a cada lado y a modo de aspilleras
con fuerte derrame, produciendo unos claros contrastes de luces y sombras que
acentúan la sensación de recogimiento y el espíritu martirológico del lugar. Una
de las ventanas, al exterior, consiste en una celosía con la cruz patada, y está
situada en la pared cabecera y por detrás del altar. Las dos celosías
que podemos apreciar en su exterior son elementos que imitan los modelos del
Arte Asturiano añadidos en las restauraciones.
En el presbiterio, que
conserva el pavimento original, se encuentra el altar mayor, consistente en un
gran bloque de piedra que descansa sobre una tumba, probablemente de Dulcinio.
En el suelo, a la altura de
las puertas de entrada a la cripta, encontramos tres tumbas, excavadas en la
tierra y con orientación canónica este-oeste, dos de ellas cubiertas con
laudas, decoradas con motivos vegetales ondulante y de racimos y pétalos y la
tercera sin ella, y que contenían los restos de la ya citada Santa Leocadia y
los restos de otros mártires.
En el muro del testero, bajo
la ventana y mediante arco de medio punto apoyado en dos columnas aparece un
espacio a modo de tabernáculo.
Parte posterior de la cripta |
Una vez visitada la cripta
saldremos de nuevo a la crujía norte del claustro, donde encontraremos a
nuestra derecha un conjunto funerario formado por dos sepulcros y arriba en la
pared hay tres figuras de piedra caliza blanca mutiladas y sin cabeza de las
que se ha podido localizar a San Nicolás a la derecha. En medio es una figura
masculina y a la izquierda femenina pero sin determinarse quiénes podrían ser.
En él vemos la decoración dominante de hojas y pétalos cincelada en los arcos
góticos, pero también figuras animales y humanas en los capiteles.
A nuestro frente, el muro
oeste, en él nos encontramos con una puerta que nos llevará de nuevo a la nave
central de la catedral.
Este lado oeste del claustro
representó una segunda fase en su construcción, pasando del gótico clásico
similar al de la fachada norte al gótico manierista.
Añadir leyenda |
Proseguimos la visita
claustral por la crujía sur, con dos enterramientos muy similares formando la
esquina oeste/sur, hay que observar las columnas que dan al patio, con estatuas
y capiteles con escenas diversas y el resto de enterramientos.
Más adelante y a la derecha
la figura de un monje, tal vez un prelado, ante una pequeña puerta gótica, como
montando guardia. Pasamos ante la talla y llegamos a la esquina con el muro
este.
En la crujía este, al igual
que en las otras crujías, encontraremos además de los sepulcros con diversas piezas
arqueológicas expuestas en el pasillo (restos del anterior claustro románico).
En el recorrido llegamos a la portada del Archivo con una preciosa decoración
externa, con la cruz de los Ángeles y el escudo de España en piedra y la
artística puerta tallada. El interior es un pequeño museo arqueológico de la
catedral, con laudas
sepulcrales, escudos, celosías, capiteles, y otras piezas.
Y en la pared de enfrente parte
del antiguo coro desmontado con sus barrotes e
inscripciones e incluso un púlpito forjado que formaba parte de las verjas del
coro.
Púlpito forjado |
Archivo convertido en museo |
A lo largo de la crujía
podemos observar la decoración de los capiteles: figuras monstruosas, mezcla de
hombres y animales y que representan a los vicios, los pecados y los castigos,
ornamentación vegetal, etc.
Al proseguir nuestro paseo nos
topamos con otra puerta, la de la Sala Capitular, que he explicado más arriba y
llegamos a la crujía norte que recorreremos de nuevo pasando por delante de la
puerta del Cementerio de los Peregrinos y la Cripta de Santa Leocadia, hasta
llegar a lo que hemos llamado la Puerta Speciosa, por la que saliendo al
pasillo a la derecha podremos volver a las naves de la catedral por el
transepto sur a través de la puerta Lorenzana.
Retablo de Sta. Teresa |
Santa Teresa |
Y casi de frente y antes de
comenzar a caminar por el deambulatorio, encontraremos la ya mencionada imagen
de San Salvador, objeto de un culto especial en Oviedo. Y dejándola de lado,
comenzaremos nuestro deambular por la girola.
La primera capilla que
veremos a nuestra derecha será:
Capilla de Covadonga
Capilla de Covadonga
Capilla de Covadonga |
Capilla de S. Pablo |
Capilla de La Piedad |
Capilla de S. Pedro |
San Mateo |
Capilla de San Andrés |
Capilla de San Bartolomé |
Y llegamos a la Sacristía, con dos santos en sus laterales San
Emeterio y San Jerónimo. Situada donde
se inicia la girola por su lado norte y abierta por detrás de la capilla mayor,
es del siglo XVII (1626). Tiene planta de cruz latina, los brazos
cubiertos por bóvedas de cañón y el centro rematado con un bonito cimborrio con
cúpula elevada sobre tambor y decorada con un fresco de la Asunción. Toda la sacristía
se encuentra ornamentada con obras pictóricas de distintas épocas.
Transepto norte |
Según la tradición cristiana la hornacina
contiene una de las seis hidras o tinajas que en las Bodas de
Caná fueron
llenadas de agua por mandato de Jesús transformándose en vino, suceso considerado
el primero de sus milagros. Admite 100 litros y se expone al público cada 21 de
septiembre, festividad de San Mateo y se puede beber del agua que ha sido previamente
bendecida.
Tinaja de las Bodas de Caná |
A la capilla del Rey Casto no
podemos acceder desde su puerta en el transepto norte, hay que salir de la
catedral y entrar por la puerta externa que se encuentra en el jardín de los
Reyes Caudillos. Junto a la puerta interior, a su izquierda, se puede ver una
inscripción en latín en una lápida.
Capilla
de Nuestra Señora del Rey Casto
Capilla del Rey Casto |
Su planta obedece a la de un
templo independiente, con tres naves, las naves laterales son muy estrechas y
la central más ancha con crucero, con la puerta de acceso a la catedral y un
gran cimborrio octogonal que reposa sobre pechinas ornamentadas y rematado por
una linterna ochavada. Sobre las cuatro pechinas de los arcos torales hay
bustos, en relieve, de varios reyes asturianos (Alfonso II, Ramiro I, Ordoño I y Alfonso III).
Crucero con cimborrio |
Portada |
S. Pablo y S. Andrés |
En la capilla mayor protegida
por una reja de hierro forjado, construida en el año 1714, puede verse, en el
centro del retablo una imagen de la Santísima Virgen que el Rey Casto llamó
Santa María, pero que también se conoció como la Virgen de las Batallas. Junto
a ella distintas relieves sobre la vida de la Virgen María y Jesucristo, si nos
fijamos la cúpula de esta capilla tiene forma de elipse, en lugar de circular.
retablo de La Virgen de la Luz |
En esta capilla estuvieron
sepultados algunos reyes asturianos. Fue el primer panteón de la monarquía
española, se trata del Panteón de los reyes asturianos o Panteón Real, junto a
la puerta de ingreso, adosado al muro norte de la capilla y aislado del resto
de la capilla por una reja de 1713.
Tiene seis nichos que cubren
otras tantas urnas funerarias. Hay dos lápidas que recuerda los nombres de los reyes
aquí enterrados y algunas reinas, así como distintas efemérides y visitas
reales. Es la parte más suntuosa del conjunto, debido a su decoración vegetal y
heráldica, que llena todo el recinto.
Panteón |
Pero volvamos al interior de
la catedral, desde donde nos habíamos salido para visitar la capilla del Rey
Casto. A continuación nos encontramos con otra capilla, la capilla de Santa
Catalina de Belén.
Capilla
de Nuestra Señora de Belén o de Santa Catalina.
Capilla de Nª Sª de Belén |
A continuación nos
encontramos con un precioso enrejado, se trata de la capilla de los Vigiles.
Capilla
de los Vigiles o de la Anunciación.
Capilla de los Vigiles |
Fue proyectada por el
arquitecto clasicista montañés Juan de Naveda y finalizada por el
arquitecto cántabro Hernando de la Huerta.
Tiene una hermosa reja del
siglo XVII. De esta capilla sobresalen el retablo de estilo clasicista y la
escultura orante del obispo promotor y fundador Juan Vigil de Quiñones (de ahí
el sobrenombre de los Vigiles), canónigo de la catedral y obispo de Segovia y
Valladolid, quien la mandó construir para ser su panteón y que murió antes de
ver acabada la obra y realizados ambos por el escultor Luis Fernández de la
Vega y el ensamblador Antonio Carreño.
Retablo |
Arriba están la Anunciación
de María y el Bautismo, también el mismo escultor haría la estatua orante del
obispo, que figura fuera del retablo arriba a la izquierda de la capilla, y con
un cierto parecido, en cuanto a la distribución de la decoración, aunque es
posterior a ésta, de la capilla Cornaro de Bernini, donde los Cornaro observan
desde un palco situado fuera de la escena, a la derecha, el Éxtasis de Santa
Teresa.
Siguiendo la nave del
evangelio hacia los pies, encontramos una nueva capilla la de la Asunción.
Capilla
de la Asunción
Capila de la Asunción |
Era el lugar preferido de los
peregrinos junto con la de Santa Eulalia y la hornacina de la Hidria. La escena
central es la Inmaculada. Hay un relieve de la Adoración de los Magos y arriba
la versión bélica de Santiago que empezó a extenderse tras la leyenda de
la batalla de Clavijo (844) en tiempos de
Ramiro I.
Continuamos nuestro paseo por
la nave del evangelio y llegamos a la capilla de San Juan Bautista
Capilla
de San Juan Bautista
Está situada junto a la capilla
de Santa Eulalia de Mérida pero es mucho más modesta. De estilo gótico está realizada a
finales del siglo XV, se encuentra adornada por un retablo del XVII, con
predela en la que la Virgen, Reina y Señora impone la
casucha a un personaje
tonsurado con una espada en el suelo (¿posible representación de Alfonso II el
Casto?),la Virgen aparece escoltada a derecha e izquierda por Santa Lucrecia y
Santa Eulalia que llevan filacterias con su nombre y su atributo de “virgen y
mártir” en las calles del retablo aparecen figuras de santos, como San Benito,
San Francisco, Santo Domingo de Guzmán y San Ignacio de Loyola, en torno a la
figura central de San Juan. El retablo aparece culminado con el tradicional
Calvario.
Retablo de la capilla de S. Juan Bautista |
En el lado izquierdo de su
pared norte aparece una puerta barroca desde la cual y protegida por un
enrejado podemos ver la capilla de Santa Eulalia de Mérida a la que iremos a
continuación.
Capilla
de Santa Eulalia de Mérida
Capilla de Sta. Eulalia |
Cúpula sobre pechinas |
Del siglo XVII (1690), contiene
una ornamentación escultórica que cubre prácticamente toda su arquitectura,
dejando en el centro aislado un baldaquino o templete, igualmente barroco
(siglo XVIII), obra de Domingo Suárez de la Puente, con las reliquias (huesos)
de Santa Eulalia de Mérida, en una urna de plata de estilo morisco del siglo
XI, regalo del rey Alfonso VI.
Baldaquino |
Pechina con Sta Eulalia |
En las pechinas distintas
escenas del martirio de la Santa. Además en esta capilla hay enterrados varios
obispos entre ellos el de su fundador, García Pedrejón.
Y andando andando, sólo nos
queda por visitar la Capilla Mayor con su retablo.
Capilla
Mayor
Capilla Mayor |
En su interior se puede
observar de izquierda a derecha:
A la izquierda, encontramos
el sepulcro de Juan Arias del Villar, que fue embajador de los Reyes Católicos ante Carlos VIII de Francia y obispo de la diócesis
de Oviedo entre 1487 y 1498, con una escultura orante; actualmente se encuentra
vacía ya que sus restos fueron trasladados a la Catedral de Segovia, de donde
fue también obispo. Se trata de un nicho abierto entre dos pilares del muro,
bajo un arco decorado, cuyo trasdós contiene la flor de lis, que también campea
en los blasones, junto con conchas jacobeas y bordura de estrellas, mientras el
hueco lo llena la escultura exenta del prelado, revestido y de rodillas, a la
moda isabelina del siglo XV.
Retablo Mayor |
Fue encargado por el obispo
don Valeriano de Villaquirán. La estructura del retablo se compone de cinco
calles verticales y cinco cuerpos o pisos horizontales, a excepción de la calle
central que tiene cuatro.
Se contrató en 1511 a Giralte
de Bruselas, siendo terminado en 1531 por Juan de Balmaseda y Miguel
Bingeles. Es de madera dorada con altorrrelieves policromados, en cuya
pintura debió de intervenir Alonso Berruguete, pues aparece en la documentación
referente al retablo,
Tiene unas medidas de 12
metros de altura por otros tantos de ancho, y en total encontramos 24 escenas
de la vida de Jesús.
Calle central |
En el segundo piso se refleja
la infancia de Jesús con la Presentación
en el Templo, la Huida a Egipto, Maiestas Domine o Cristo en Majestad, la
Circuncisión y el Bautismo de Jesús.
En el tercer piso muestra la
vida pública de Jesús a través de las Tentaciones de Jesús, las bodas de Caná,
en la calle central la Virgen con dos ángeles y una figura arrodillada que se
supone es el obispo que hizo el encargo, don Valeriano, a la izquierda están la
Resurrección de Lázaro y la Entrada en Jerusalén.
En el cuarto piso está el
ciclo de la Pasión, con la Adoración en el Huerto de los Olivos, y La
Flagelación. La escena de la calle central es el Calvario y a la derecha se ven
la Coronación de Espinas y Cristo llevando la Cruz.
El quinto y último piso se
dedica a la Segunda Venida de Cristo con la Resurrección y la Duda de Santo
Tomás y, a la derecha del Calvario la Ascensión a los Cielos y el Pentecostés o
Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.
Se tratan de tallas de
relieve entero (bulto redondo).
Tercer cuerpo |
Por lo visto es difícil
precisar con exactitud el autor o autores que llevaron a cabo su ejecución,
pero el retablo en su conjunto, continente y contenido, es una auténtica
maravilla.
Ático/Calvario |
Con esto creo que hemos visto
lo más interesante de la catedral de Oviedo, nos queda dar una vuelta por el
exterior y aquí si que no hay ningún tipo de información.
Según salimos de la catedral
nos dirigimos hacia nuestra derecha, estamos en la plaza de Alfonso II el casto
cuya figura vemos presidiendo la plaza, detrás de él está la capilla de Santa
Eulalia, que ya hemos visitado en el interior.
Jardín de los Reyes Caudillos |
Nada más entrar en el recinto
a nuestra mano izquierda nos encontramos con la figura de Ramiro I. Realmente
al morir Alfonso II El Casto sin descendencia en el año 842 llega al trono Nepociano,
quien reina unos meses, pero es derrotado por Ramiro I, hijo de Bermudo I,
instalándose éste en el trono. Por ello a Nepociano no se le representa. Ramiro
era hijo de Bermudo I el
Diácono y sucedió
en el trono asturiano a su primo segundo el rey Alfonso II el
Casto, quien
falleció sin dejar sucesión. Fue coetáneo de Abderramán II, emir omeya de Córdoba en el siglo IX. Durante su
reinado, tan sólo de ocho años, se construyeron numerosos monumentos de estilo ramirense, entre ellos: Santa María del
Naranco,
San Miguel de Lillo.
D. Pelayo, Favila y Alfonso I |
A continuación otros reyes
asturianos, pero que no siguen ningún orden cronológico sino que están
colocados según la importancia que les suelen dar los historiadores, pues el
continuador de Alfonso I, su hijo Fruela I está colocado en el otro extremo del
jardín. Vamos a intentar describirlos de
izquierda a derecha a partir del que hemos denominado tríptico.
Alfonso III |
El primero de los bustos es
Aurelio, sobrino de Alfonso I, que fue escogido por la nobleza palaciega para
reinar tras el asesinato de Fruela. Trasladó la corte, no la capital, a San
Martín del rey Aurelio (cerca de Langreo)
El siguiente es Silo, que
llegó al trono tras Aurelio favorecido por su matrimonio con Adosinda, hija de Alfonso
I, trasladó la capital a Pravia.
Después Mauregato, hijo
natural de Alfonso I, da un golpe de estado para evitar que Alfonso II llegue
al trono tras la muerte de Silo, según deseo de Adosinda, esposa de Silo, y se
vengue de los asesinos de su padre Fruela. A Mauregato se le atribuye el
llamado tributo
de las cien doncellas. Según
la leyenda, el rey habría pactado la ayuda del emir de Córdoba, Abderramán I, a cambio de dar un tributo anual de cien
doncellas cristianas.
A continuación de frente el
busto de Bermudo I, era hermano del rey Aurelio de Asturias, sobrino de Alfonso I y nieto del duque Pedro de Cantabria. Fue destinado por su padre
a la carrera eclesiástica y llegó a reinar a la muerte de Mauregato, abdicó en
791 y se retiró a su estado clerical.
El siguiente, casi centrando
esta especie de panteón, y sedente es Fruela, hijo de Alfonso I y llamado el
Cruel que murió asesinado en una confabulación de la nobleza.
Ramiro I |
Afuera, recordemos, está la
estatua de Alfonso II El Casto, mirando a su plaza, apodado el Casto, fue rey de Asturias en
dos periodos distintos: primero en el año 783, fue destituido por Mauregato, y
posteriormente entre los años 791 y 842, en que falleció. Trasladó la capital a
Oviedo, donde construyó varias iglesias
(San Julián de PradosèSantullano),
durante su reinado, que abarcó un periodo de cincuenta y un años, se descubrió
en Compostela la
supuesta tumba del apóstol Santiago.
Alfonso II |
Placa que señala los dos caminos |
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