sábado, 28 de mayo de 2022

BILBAO 1ª ETAPA (AYUNTAMIENTO)

 

BILBAO 1ª Etapa

Al llegar a una casa, lo primero que se debe hacer es visitar al dueño, para presentarnos a él, darnos a conocer y nosotros a la vez, conocerle. Por ello considero importante que lo primero que debemos hacer es visitar aquello que representa a la ciudad y nada hay más representativo de una ciudad, y más en el caso de Bilbao, que su ayuntamiento.  
Veamos pues, su ayuntamiento.

1.- CASA CONSISTORIAL  -----   AYUNTAMIENTO

Situado en la Plaza Ernesto Erkoreka, personaje bilbaíno que fue alcalde republicano de Bilbao.
El Ayuntamiento de Bilbao ocupa el solar del antiguo convento de San Agustín, destruido durante la Primera Guerra Carlista. Fue construido a finales del siglo XIX (1892) por el arquitecto municipal Joaquín Rucoba, quien lo diseñó con un estilo ecléctico, por su mezcla de elementos clásicos y barrocos, tanto en su exterior como en el interior. Pero si algo caracteriza su arquitectura es la monumentalidad del conjunto y su riqueza espacial. Rucoba es también autor del teatro Arriaga
El edificio actual es la cuarta casa consistorial que tiene Bilbao desde su fundación en 1300. La primera se levantó frente a la Iglesia de San Antón en 1535. Sin embargo, fue destruida por inundaciones en 1553.
En 1560 iniciaron las obras de la segunda, construida en el mismo emplazamiento que la anterior y con los mismos materiales reciclados. ​ Ésta además contó con una alhóndiga, un peso público y una sala de armas y municiones. En 1593 también fue destruida por una riada, por lo que las autoridades recurrieron a reunirse en lugares privados y eclesiásticos hasta que finalmente en el siglo XVII se levantó el tercer edificio. ​
Ayuntamiento en 1891
Sin embargo, el proceso de industrialización que se llevó a cabo en Bilbao en la segunda mitad del siglo XIX hizo que la ciudad se viera obligada a dotarse de nuevas infraestructuras, entre ellas de una nueva casa consistorial, y por supuesto superar los límites físicos y espaciales del Casco Viejo, de ahí la anexión de diversos municipios adyacentes que con posterioridad vieron la desanexión.
Las obras del cuarto y definitivo enclave del consistorio bilbaíno comenzaron en 1883 y no acabaron hasta nueve años después. Se encargó la construcción al arquitecto municipal Joaquín Rucoba, quien también diseñó otros importantes edificios bilbaínos, como el Teatro Arriaga o la Alhóndiga municipal. El edificio fue inaugurado el domingo 17 de abril de 1892 con un banquete al que asistieron, entre otros, el entonces alcalde de la villa, Gregorio de la Revilla y el alcalde bajo el cual se iniciaron las obras, Eduardo Victoria de Lecea. Anteriormente habían celebrado un último acto en la anterior casa consistorial para después acudir a pie hasta el nuevo edificio.
Para el exterior, ricamente ornamentado, el arquitecto Rucoba se inspiró en la arquitectura pública de la III República francesa.
El edificio de planta rectangular consta de cuatro pisos o niveles con una volumetría compleja, en cuanto a distribución, tamaño y simetrías pero muy rica en detalles. La parte más llamativa es su fachada principal de una perfecta simetría y con una clara composición de volúmenes horizontales que adquieren cierta sensación de movimiento ondulatorio debido al adelantamiento de los extremos  y  vertical por la torre del reloj.
Al mismo tiempo la escalinata se abre, derramándose como una cascada hacia la ría, esto provoca que la parte central, de clara inspiración neoclásica, se convierta en la protagonista principal de la fachada con sus arcos, columnas y estatuaria, al modo de los edificios clásico.
Consta de un eje principal, en el que se ubica el balcón principal y tres arcos con ocho columnas. Está coronado por un campanario, sobre el pequeño frontón semicircular partido que culmina el edificio.
Esta arcada comprende dos niveles; en el superior se encuentran bajorrelieves de personajes destacados de la historia bilbaína: don Diego López de Haro, fundador de la Villa, en el centro; el Cardenal Gardoqui, relevante orador y político que elevó a Basílica la Iglesia de Santiago y don Tristán de Leguizamón ilustre bilbaíno y antiguo propietario de los terrenos que ocupa el edificio, a la derecha de don Diego; don Juan Martínez de Recalde, almirante de la Armada Invencible y alcalde de Bilbao; y don Nicolás de Arriquíbar y Mendoza, economista y miembro de Mérito y Benemérito de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, a la izquierda de don Diego. Bustos todos ellos realizados por artistas vascos o afincados en Bilbao, al igual que la  decoración y ornamentación interior, también realizada, en su mayor parte,  por artistas locales.
La ley
Cuatro esculturas, en piedra de Fonseca, flanquean el edificio, en sus salientes extremos, dos maceros (acompañaban a las autoridades en las ceremonias y abrían su paso entre la multitud) y dos heraldos (anunciaban la llegada de las autoridades). En la escalinata principal, destacan dos esculturas de mármol blanco de Italia que representan la ley y la justicia, con una altura de 3,10 m. y realizadas en 1892 por los escultores bilbaínos: Vicente Larrea, Bernabé de Garamendi y serafín Basterra. 
La justicia
La tradición cuenta que el quinto escalón de esta escalinata hace de referencia a la altura oficial de Bilbao, 8,804 m.s.n.m. (metros sobre el nivel del mar) ya que coincide  con el clavo que indica la altitud oficial de Bilbao que es de 8,804 msnm y que se encuentra en la facha posterior.
Y es que no debemos olvidar que además de las funciones normales de los edificios de los ayuntamientos, que es albergar las instituciones que prestan los servicios a los ciudadanos, estos edificios también sirven de referencia para determinar la altura o elevación de la ciudad para confeccionar planos y mapas topográficos. Y es a partir de este punto desde el que se puede establecer la elevación de las calles y edificios de Bilbao. 
Escalera Imperial
En cuanto al espacio interior, el eje vertebrador será la preciosa escalera de mármol cuya ornamentación sería propia del neorrenacimiento y que nos permiten desplazarnos por las diversas estancias interiores. En el centro, en la bifurcación de la escalera hacia los lados vemos tres escudos muy antiguos que corresponden al escudo antiguo de Bilbao a la izquierda, el escudo de la casa de Austria, donde aparece el escudo de Bizkaia, en el centro y el escudo del Consulado a la derecha.
Hall de entrada
Antes de la escalera, en el vestíbulo, en una especie de deambulatorio alrededor de la escalera hay un espacio con vitrinas que exponen elementos históricos como estandartes y banderas. Otros espacios dignos de mencionar también en el vestíbulo son las oficinas de Hacienda y la depositaría. La llamada galería de los alcaldes que acoge unos 20 retratos de diferentes alcaldes de Bilbao desde 1874 hasta la actualidad.
Galería de los alcaldes
También pueden verse expuestos diferentes objetos importantes para la ciudad como las makilas de los alcaldes (símbolos del poder, nobleza, respeto y autoridad).
Es de destacar la utilización de materiales nobles: mármoles blancos de Ereño o de Carrara, piedra caliza, vidrieras y estucados, que añaden grandiosidad y lujo a las diferentes estancias entre las que merecen especial mención  el salón árabe, quizá el espacio más emblemático de todo el edificio por  su particular decoración. Es el lugar donde se celebran las bodas, las recepciones y los actos institucionales. Está dividido en tres partes separadas por columnas y arcos.
Salón árabe
Es uno de los ejemplos más exquisitos de
alhambrismo, ese estilo arquitectónico y artístico, que durante el siglo XIX vivió una recuperación gracias al Romanticismo y que trataba de recrear ambientes exóticos y orientales a partir del uso de elementos de la arquitectura árabe mezclados con otros estilos y materiales, de toda la península ibérica. Las lámparas se encargaron en talleres de París, los azulejos son de talleres sevillanos…, los materiales que se utilizaron yesos, pinturas y maderas policromadas imitaban materiales más ricos y nobles como el mármol o el marfil.
Hall de entrada en la planta noble
A ello también contribuyó el bagaje del arquitecto Rucoba que había trabajado trece años en Málaga y que diseñó con gran detalle del Salón Árabe recreando el ambiente de espacios árabes como el Alcázar de Sevilla.
Desde este salón se accede al balcón al cual salen las autoridades, en ocasiones excepcionales.
Salón de Plenos

El salón de plenos, es una sala de estilo renacentista, donde se celebran los plenos municipales, con un gran colorido en tonalidades burdeos, verdes y dorados, con decoración de guirnaldas y grotescos y un vistoso artesonado también renacentista. Su mobiliario es de madera y cuero y hechos en Francia. A los lados de la presidencia se pueden ver dos estatuillas de alabastro que sirvieron de modelo para realizar las de los heraldos y los maceros de la fachada. También hay unos armarios con elementos históricos como banderas o estandartes y mazas.
Antesala de Alcaldía
En la ornamentación del interior participaron una serie de artistas tanto bilbaínos como del resto de España y extranjeros. Por ejemplo, el mobiliario procede de Burdeos y algunas lámparas de París. Las vidrieras son de Amadeo Deprit, los jarrones de bronce de José Soler, los jarrones de mármol son de Garamendi, Basterra y Larrea.
El Ayuntamiento de Bilbao permite acceder a las principales estancias del edifico en compañía de un guía. Dichas visitas tienen lugar de lunes a viernes por la mañana y es imprescindible realizar la reserva con uno o dos meses de antelación.
Sala Isabelina

Una vez conocido y presentado nuestro anfitrión pasaremos a realizar un paseo por la ciudad, según los bilbaínos, capital del mundo mundial. Quiero, en primer lugar, explicar que los lugares y monumentos que he elegido son, bajo mi humilde punto de vista, dignos de conocer si alguna vez nos acercamos a esta gran ciudad, pero hay otros cientos de lugares tan dignos o más de mencionar y conocer, pero yo he elegido estos sin ningún criterio más que el que los conozco, Y sin más paso a hablar de ellos.
Sala de Prensa

viernes, 27 de mayo de 2022

Bilbao-Presentación

    

                                                                        BILBAO


    

    Bilbao, el bochito, aunque parezca mentira, es una ciudad de contrastes que se parece a todas y no se parece a ninguna de las otras grandes ciudades de nuestro país, y remedando a un buen bilbaíno, del mundo. 
C/San Francisco
Es una ciudad a la vez cosmopolita, en la que encontramos muestras de las más variadas partes del mundo, pero también lo es tradicional por cuanto que podemos sumergirnos en el pasado sin grandes esfuerzos, Es “canalla”, desde el punto de vista, de una gran y variada vida nocturna, pero también lo es sofisticada y refinada, encontrando ambientes de gran lujo. Es divertida, con frecuentes e innumerables manifestaciones de alegría y júbilos, como lo son las fiestas patronales de la Blanca, la Semana Grande y otras de ambiente más local, e igualmente llenas de alegría, pero, al mismo tiempo encontramos numerosas localizaciones de sitios tranquilos donde se respira paz e introspección.
Gran Vía bilbaína
    En resumen es tan completa como pequeña, hasta el punto de que se puede visitar a pie tranquilamente sin esfuerzos dando un paseo.
    Su transformación en las últimas décadas ha sido tal, que poco tiene que ver con aquella ciudad gris de los años 80. 
Por ello voy a proponer humildemente, desde esta entrada de blog, un recorrido,  que será  por etapas, etapas que nos permitan hacernos una idea de esa versatilidad de la puede hacer gala esta gran ciudad que es Bilbao. 
Tal vez no pueda recoger todas las singularidades que hacen de Bilbao una ciudad exclusiva, pero si intentaré a lo largo de esas etapas de las que hablo, ir descubriendo Bilbao. Un Bilbao vivo, un Bilbao asequible, un Bilbao acogedor, un Bilbao ameno, en el que sobre todo
veamos o descubramos que la medida de todo lo que se hizo, se hace y se hará es el ser humano. 
Antes de conocerla en toda esa diversidad, de la que antes nos hacíamos eco, vamos a hacer una pequeña introducción histórica de la villa de Bilbao.
Bilbao ​ (en euskera, Bilbo) ​es una villa, capital de la provincia y territorio histórico de Vizcaya, en la comunidad autónoma del País Vasco, con una población de  346 843 habitantes según el padrón de 2019, ​ siendo la más poblada de la comunidad autónoma, y es cabecera del área metropolitana de Bilbao, que se extiende a lo largo de la ría de Bilbao o del Nervión, con una población de más de 1.000.000 de habitantes.
Desde su fundación, a finales del siglo XIII, ha sido un importante enclave comercial que tuvo una gran importancia en el intercambio comercial con Europa gracias a los privilegios concedidos por la Corona de Castilla. Estos privilegios facilitaron el desarrollo de una gran actividad portuaria que se basaba principalmente en la exportación de la lana procedente de Castilla y, aunque en menor medida, el comercio del hierro extraído de las canteras vizcaínas.
Industrias
A lo largo del siglo XIX y principios del XX experimentó una fuerte industrialización convirtiéndose en el epicentro de la segunda región industrializada de España, por detrás de 
Barcelona. Esto llevó consigo una explosión demográfica y urbanística que originó la anexión de varios municipios colindantes. En la actualidad es una ciudad de servicios, que se encuentra en un proceso de revitalización estética, social y económica que le ha llevado a la consecución de numerosos premios internacionales que reconocen la profunda transformación urbanística y los distintos valores de la ciudad de Bilbao.
Medalla de Isabel II a la "Invicta" Bilbao
1836
 Bilbao ostenta la categoría histórica de villa, con los títulos de «Muy Noble y Muy Leal e Invicta». Fueron los Reyes Católicos quienes concedieron el 20 de septiembre de 1475 el título de «Noble Villa» según las costumbres de la época, mientras que Felipe III de España, por carta de 1603, dio a la Villa los dictados y título de «Muy Noble y Muy Leal».​
Tras el episodio del sitio de Bilbao durante la Primera Guerra Carlista, la 
Reina Gobernadora, en nombre de su hija, la reina Isabel II, otorgó el 25 de diciembre de 1836 a la villa el título de «Invicta».
No existe un consenso entre los historiadores acerca del origen del nombre de la villa. Bilbao resultaría de la unión de las palabras euskéricas río y ensenada: Bil-Ibaia-Bao. ​ ​ Por otro lado, el nombre deriva de las dos poblaciones que existían a ambas orillas de la ría, la primera —donde se asienta el actual Casco Viejo— se llamaría billa, que en euskera significa «pila», haciendo referencia a su forma de pila o montón. La segunda, ubicada en los terrenos del actual barrio de Bilbao La Vieja y de tradición ferrera, se llamaría vaho: vapor, exhalación. De la unificación de estas palabras surgiría el topónimo Bilvao o Biluao. También la denominación de Bilbao parece que nació de los dos márgenes de la ría en la que se encuentra y que en euskera ser diría “Bi Albo” (Dos lados). Cualquiera de las opciones nos podría valer y dar explicación a la terminología correcta de Bilbao.
Escudo de Bilbao
Su escudo de armas es blasonado de la siguiente manera:
En campo de plata un puente de dos ojos, sumado de la iglesia de San Antón de su color y a su siniestra dos lobos de sable andantes y en palo, sobre ondas de azur y plata.
La bandera que la representa es blanca con un cantón de color rojo, junto a la vaina, en una proporción de tres partes de largo por dos de ancho. Los colores rojo y blanco son los históricos de la villa.
Los ríos Nervión e Ibaizábal, que en Basauri se unen formando un estuario que recibe los nombres de «ría de Bilbao», «del Nervión», «del Ibaizábal» o «del Nervión-Ibaizábal». Este estuario tiene una longitud de 15 km. Su principal afluente es el río Cadagua, que sirve como límite entre Bilbao y Baracaldo.
Bandera de Bilbao
Al comenzar a hablar de Bilbao podemos remontarnos a unos restos encontrados en la cima del monte Malmasín y que datan del siglo XIII a. C. y otros restos más recientes como enterramientos o ruinas de murallas descubiertas.
Pero, para hablar de los orígenes de Bilbao, debemos remontarnos a una Edad Media en la que existió una aldea pequeña de pescadores que estaba situada a orillas del río Nervión. En una de las laderas de este río, se levantaron una serie de casas en las que después estaría el núcleo de la ciudad y que se llamarían Siete Calles y Casco Viejo.
En 1.300, el señor de Bizkaia, de nombre Don Diego López de Haro dio a esta aldea, el título de Villa. Don Diego López de Haro V fundó la villa de Bilbao mediante una carta fundacional, o Carta Puebla, fechada en Valladolid el 15 de junio de 1300 y confirmada por el rey Fernando IV de Castilla en Burgos el 4 de enero de 1301. 
D. Diego López de Haro
El señor de Vizcaya estableció la nueva villa en la orilla derecha de la ría de Bilbao. La ría tenía una gran importancia en cuanto a estrategia y también para el comercio, facilitando que entraran todo tipo de mercancía. Eran terrenos de la anteiglesia de Begoña y le otorgó el Fuero de Logroño, conjunto de derechos y privilegios, ​ que posteriormente resultarían fundamentales en su desarrollo. ​ 
En 1310 María Díaz de Haro, sobrina de Don Diego y nueva Señora de Vizcaya concede una nueva carta de poblamiento que amplía aún más los privilegios comerciales de la Villa, convirtiéndola en paso obligatorio de todo el comercio de Castilla hacia el mar. Hasta entonces se utilizaba la ruta Orduña-Bermeo pasando por Echévarri, ahora las mercancías debían de pasar por el puente de San Antón y además la villa de Bilbao tenía la exclusividad en el comercio Las Arenas-Bilbao
María Díaz de haro
 .
En 1372 el futuro Juan I de Castilla extendió aún más los privilegios dejando comercio franco y exclusiva transporte de hierro (no sería hasta mediados del siglo XVII cuando el transporte de lanas se desvía de Santander a Bilbao).
De esta manera, el puerto de Bilbao fue adquiriendo importancia en Europa por su comercio con los puertos de Flandes y Gran Bretaña y, con menor intensidad, con los de Francia, Portugal e Italia, así como con los puertos de Sevilla y Barcelona, principales de los reinos de Castilla y Aragón.
El 5 de septiembre de 1483, la reina Isabel I de Castilla acudió a la villa para jurar en persona los fueros. Su marido Fernando II de Aragón ya los había jurado en Guernica en 1476.
Ya en época moderna la reina Juana I de Castilla, el 21 de junio de 1511, aprobó la constitución del «Consulado de Bilbao, Casa de Contratación y Juzgado de los hombres de negocios de mar y tierra». Gracias al Consulado, el puerto de Bilbao se convirtió en uno de los principales de España.
En 1602 fue nombrada capital de Vizcaya, título que hasta entonces ostentaba Bermeo. Pero no es hasta 1631 cuando se fija la capitalidad de Vizcaya en Bilbao.
Durante la Guerra de la Independencia, los franceses ocuparon diversas localidades vascas y tomaron que quedó ocupada por una numerosa guarnición  con la intención de ir preparando la anexión total a Francia.
El País Vasco fue uno de los principales escenarios de la Primera Guerra Carlista. Bilbao, era un objetivo principal para los carlistas. A pesar de los intentos nunca cayó en manos de las tropas carlistas.
No sufrió campañas militares durante la segunda guerra carlista, que se centró en Cataluña. Sin embargo, durante la tercera guerra carlista, la localidad volvió a ser un escenario importante, sufriendo un tercer sitio., levantado por el general Concha el 2 de mayo 1874.
Pese a estas contiendas, Bilbao pudo florecer económicamente en el siglo XIX y principios del XX, llegó el ferrocarril —1857—, se fundó el Banco de Bilbao —embrión del futuro BBVA— y a finales de este apareció la Bolsa de Bilbao. Florecieron las empresas siderúrgicas y fábricas, como Santa Ana de Bolueta y Altos Hornos de Vizcaya en 1902. Se modernizó con la construcción edificios emblemáticos como el nuevo palacio consistorial en 1892, el Hospital de Basurto o el Teatro Arriaga. La población experimentó un crecimiento demográfico extraordinario.
Altos Hornos
Los movimientos sociales también tuvieron su lugar en esta época, destacando el  nacionalismo vasco de Sabino Arana y el auge de los movimientos obreros, el republicanismo y el liberalismo monárquico y centralista.
La Guerra Civil comenzó en Bilbao con pequeños levantamientos sofocados por las fuerzas republicanas. Sufrió el bombardeo y asedio del bando sublevado hasta su toma por las tropas franquistas (batalla de Bilbao).
Misa en la iglesia de S. Nicolás (1936)
Terminada la guerra, retornó a su proceso de desarrollo industrial y económico, acompañado por un crecimiento demográfico sostenido. En los años 1940 se reconstruyó, comenzando por sus puentes sobre la ría y para 1948, despegaba el primer vuelo comercial desde el aeropuerto. ​ En la década siguiente, resurgió de nuevo la industria pesada, convirtiéndose en un sector estratégico para toda España. Esto atrajo una masiva inmigración de varias regiones del país Los movimientos obreros despertaron lentamente y la huelga del astillero Euskalduna en 1947 fue la primera de la España de la posguerra. En este ambiente de represión, nació el 31 de julio de 1959 en Bilbao la organización terrorista ETA, como una escisión del nacionalismo. En los años 1960, se sucedieron algunos progresos urbanísticos, como la creación de nuevos barrios como 
Ocharcoaga y la autopista Bilbao-Behovia. En junio de 1968 la universidad pública llegó a la capital con la Universidad de Bilbao.
Barrio de Otxarkoaga

Con la desaparición de la dictadura franquista y el establecimiento de una monarquía parlamentaria en España se pudo disfrutar nuevamente de elecciones democráticas, observándose, desde entonces, un predominio de las fuerzas nacionalistas.
Abandoibarra
Desde mediados de la década de 1990, la urbe vivió un proceso de desindustrialización a Raíz de la crisis del sector metalúrgico en los años 80. La transformación en una ciudad de servicios se apoyó en la inversión en infraestructuras y en la regeneración urbana, que comenzó con la inauguración del metro, continuó su expansión en Abandoibarra con el Museo Guggenheim Bilbao, el Palacio Euskalduna, el Zubizuri, el tranvía o la torre Iberdrola, y continúa proyectándose con el plan de desarrollo de Zorrozaurre o Garellano.
Asociaciones apoyadas por la administración, como  Bilbao Ría 2000, fundada en noviembre de 1992, se encargaron de la organización y supervisión de muchos de estos proyectos.