Antes de
comenzar esta nueva entrada dar las gracias por toda la información que me han
proporcionado al señor García Omedes a través de sus páginas web sobre Arte
románico y a áquel, aquella, aquellas o aquellos que se encuentren tras la
web www.jdiezarnal.com.
Mis más
sinceras gracias, porque gracias a ell@s he podido elaborar esta pequeña
aportación, para
que aquellos que se acerquen a la Real Basílica de San Isidoro de León
encuentren en este "trabajito" un poquito más de información.
Y
sin más preámbulos.
La Real Colegiata Basílica de San
Isidoro/ San Isidoro de León
La Colegiata de San
Isidoro es uno de los edificios más históricos y queridos de León, así como una
de las construcciones románicas más destacadas en toda la geografía española en
este estilo arquitectónico. La colegiata se encuentra en pleno casco antiguo,
cerca de la Catedral de León.
Sancha de León,
hija de Alfonso V junto con su esposo Fernando fueron reyes de León desde 1037.
Sancha influyó notablemente en el rey Fernando para llevar a cabo una
edificación en piedra de la iglesia de San Juan Bautista, convenciéndole además
para que su enterramiento tuviera lugar en este templo. El proyecto se llevó a
cabo mandando derribar la humilde iglesia anterior de Alfonso V y construyendo
en su lugar un templo con buena piedra labrada.
Para engrandecer
la iglesia y según costumbre de la época era necesario contar con importantes
reliquias, por lo que hicieron traer en 1062 desde Sevilla el cuerpo de San Isidoro y desde el monasterio de Arlanza
las reliquias de San Vicente de Ávila que se guardaban allí a raíz de las
razias de Almanzor. Contaban también desde antiguo con la mandíbula que se
decía era de San Juan Bautista.
La iglesia que actualmente podemos
contemplar, es el resultado final de la restauración y ampliación llevada a
cabo por Urraca la Zamorana, hija de Fernando y
Sancha. La infanta Urraca Fernández de
Zamora, soltera, a la muerte de su madre Sancha en 1067 heredó el patrocinio y
mantenimiento del templo. Mandó hacer muchas obras de ampliación (se desconoce el nombre del arquitecto que realizó estas
obras): ordenó
agrandar su iglesia, mandó hacer la decoración pictórica del Panteón, estancia
que ya existía cerrada y como cementerio en tiempos de sus padres, y la
enriqueció con numerosos presentes, entre los que se conserva el célebre cáliz
de doña Urraca.
Las tres puertas del románico pleno,
puerta del Cordero, Puerta del Perdón y Puerta Norte, fueron hechas en este
espacio de tiempo. A partir de estas
reformas empezó a conocerse el templo como iglesia
nueva. Aunque no logró ver terminada las obras que fueron concluidas por
Alfonso VII y la hermana de éste Sancha (hijos de hija de Raimundo de Borgoña y de la reina Urraca I de León y sobrinos/nietos
de Urraca la zamorana). Fue
en esta nueva etapa cuando el monasterio se elevó a la categoría de abadía
dependiente directamente de Roma.
Las modificaciones posteriores tuvieron que adaptarse al anterior edificio
de Fernando y Sancha, por lo que sus ábsides, por ejemplo, no tienen la misma
anchura ni el mismo eje que las naves. La nave central es de gran altura y está
cubierta con bóveda de cañón (como el tramo recto del ábside
y el crucero) mientras que las laterales tienen bóveda de arista. Los arcos de separación de
las naves tienen un peralte muy acusado; y los del crucero son polilobulados, detalle de
supervivencia de la época mozárabe.
La Capilla con el Altar Mayor del ábside
central se construyó a principios del siglo XVI por obra del entallador Juan de
Badajoz “el Viejo” en estilo gótico hispano-flamenco. El padre Juan de Cusanza
(alias Juan de León) encargó las obras en el año 1513, sustituyendo la antigua
capilla románica de la infanta Urraca por la actual gótica. En 1971 se hizo una
labor de limpieza y de restauración del suelo, que se hallaba muy deteriorado.
Con ese motivo salieron otra vez a la vista los cimientos de la planta románica
que el arquitecto Torbado había descubierto en su labor de excavación, y
siguiendo su trazado se hizo un dibujo en el suelo para que se pudiese ver
fácilmente.
Posee un retablo gótico ocupando la cabecera
de bastante importancia, elaborado entre 1525 y 1530, consta de veinticuatro tablas de pintura religiosa y
pasajes de acontecimientos históricos.
Otra de las capillas de la
Basílica de San Isidoro es la Capilla de la Trinidad o de Santo Martino, una
capilla que el canónigo Santo Martino ordenó construir en 1191 para depositar
las reliquias obtenidas durante sus viajes y para servir de cementerio común
para los canónigos. La capilla era pequeña, de planta rectangular y cabecera
semicircular, y construida con materiales muy pobres con aparejo de ladrillo.
Se llamó capilla de la Santísima Trinidad. Se hizo con una portada de medio
punto en el muro norte. En el siglo XVI se transformó esta capilla en estilo hispano-flamenco, pasando a llamarse capilla de
Santo Martino o San Martín de León, ya que es aquí donde reposan los restos del
santo y lleva la imagen del titular. El retablo es del siglo XVII.
Además, los fajones que descargan en estos
pilares son doblados a diferencia de los otros que son simples. Otra de las
particularidades de esta estructura y que nos da idea de esos cambios
estructurales que sufrió el edificio es el segundo de los fajones, desde el
transepto, que se apea en grandes ménsulas situadas en la altura del muro, en
lugar de hacerlo en columnas como el resto de los fajones, y ya al modo
cisterciense estamos cercanos al S. XIII.
Hacia la derecha aparece una portada formada por
dos arquivoltas de herradura y el vano interior, como los que se ven en las
entradas de los transeptos norte y sur, con perfil polilobulado de seis
arcuaciones, puerta que da acceso al panteón real situado directamente detrás
de la misma.
La decoración de los ábacos es tan dispar como
la temática de los capiteles. Los encontramos sencillos sin más decoración que
una fina moldura, con bolas en sus ángulos, decorados con palmetas, ajedrezado
jaqués o botones florales.
La cámara tiene poca altura lo que le da un
falso aspecto de cripta sin serlo. Dos recias columnas exentas articulan su
división en tres naves de dos tramos. Arcos fajones y formeros compartimentan
su espacio superior en seis bóvedas de crucería muy aplanadas en las que se
plasmó hacia 1170 el más bello ciclo de la pintura románica. Su magnífico
estado de conservación ha hecho que se le conozca como "la capilla Sixtina
del Arte Románico".
Y siendo importante la decoración pictórica,
no hay que dejar de lado la escultórica. Los capiteles de esta sala son sin
duda el punto de arranque de la escultura románica en Castilla. Los hay con
tema vegetal de tradición hispánica derivados en ocasiones directamente del
mundo mozárabe, mientras que los historiados de tema simbólico parecen de influencia
foránea. Son significativos los temas bíblicos pues fueron una primicia del
románico.
Las pinturas que adornan sus bóvedas componen
un exquisito conjunto de refinada técnica, que prácticamente cubren las bóvedas
y los arcos del recinto. Fechadas a mitad del siglo XII en estilo románico, son
de autor desconocido, aunque se observan claras influencias bizantinas u
orientales. Realizadas al temple sobre una base/fondo de estuco blanco, que es
el revoco, se aplica la pintura, se recorta en trazos negros toda la temática y
se rellenan los fondos con ocres, amarillos, rojos y grisáceos en diversos
matices. Estos tonos, así como los
letreros explicativos realizados en negro destacan con fuerza sobre el fondo
blanco de base. Destaca el uso del rojo en los arcos. Los personajes
tienen textos explicativos en negro. Además
su grado de conservación es excepcional para una obra de su cronología (Se
acepta que se realizaron hacia 1170).
La Real Colegiata
Basílica de San Isidoro o, simplemente, San Isidoro de León, es un templo
cristiano ubicado en la ciudad de León, en España.
Es uno de los conjuntos arquitectónicos de estilo románico más destacados de España, por
su historia, arquitectura, escultura, y por los objetos suntuarios románicos
que se han podido conservar. Presenta la particularidad de tener un Panteón Real ubicado a los pies de la
iglesia, con pintura mural románica y capiteles
originales, todo lo cual hace que sea pieza única del mundo románico de la
época. El conjunto fue construido y engrandecido durante los siglos XI y XII.
Con el transcurso del tiempo se hicieron modificaciones y añadidos góticos,
renacentistas y barrocos.
San isidoro de León. Vista aérea |
Cualquiera que sea la
fuente que se consulte, experta o de divulgación, todas coinciden en la
apreciación de que en ella, en la basílica de San Isidoro de León, se halla el
mejor conjunto pictórico románico de Europa. La "Capilla Sixtina del Arte
Románico" la denominan. León es fundación romana. Allí a la orilla del Bernesga alzó su campamento la Legio VII Gémina propiciando el desarrollo de una ciudad: Legio. Tomada por los árabes, fue ulteriormente reconquistada y tuvo una muy relevante influencia en el mundo altomedieval. A ello contribuyó decisivamente el hecho de situarse en la más importante ruta de peregrinación, por la que circularon hombres e ideas, religión, cultura y comercio. La indudable atracción medieval por la veneración de las reliquias de santos insignes la convirtieron en templo de peregrinación de primer orden dentro de esta ruta.
Románico" la denominan. León es fundación romana. Allí a la orilla del Bernesga alzó su campamento la Legio VII Gémina propiciando el desarrollo de una ciudad: Legio. Tomada por los árabes, fue ulteriormente reconquistada y tuvo una muy relevante influencia en el mundo altomedieval. A ello contribuyó decisivamente el hecho de situarse en la más importante ruta de peregrinación, por la que circularon hombres e ideas, religión, cultura y comercio. La indudable atracción medieval por la veneración de las reliquias de santos insignes la convirtieron en templo de peregrinación de primer orden dentro de esta ruta.
A pesar de todos los cambios, a veces en aras de la modernidad, o del reducido espacio
para la liturgia o cualquier otra razón aducida, el edificio románico se nos
muestra con rotunda claridad. En buena parte se debe a que la espléndida Catedral de
León no fuera edificada sobre este templo, como ocurrió por ejemplo
en la ciudad de Palencia.
Contexto histórico-artístico
En los albores del siglo XI en
el reino de león y en el condado de Castilla todavía se seguía conservando la
cultura hispanogoda, sin embargo en otros lugares de la península como el
condado de Barcelona y en el mismo reino aragonés, al igual que e otras partes
de Europa había hecho acto de presencia y con una fuerza inusitada el arte
románico con nuevas teorías y tendencia en todos los órdenes de la vida:
económico, político social, artístico, incluso en el religioso con nuevas
tendencias en la liturgia romana.
Así mientras en León y Castilla, la iglesia
católica continuaba practicando la liturgia establecida en los Concilios de
Toledo, en otros territorios, se imponía, poco a poco el rito romano. También
en muchos monasterios se observaba la misma tendencia, aun cuando los clérigos
y monjes reconocían la autoridad del papa de Roma y esto les hacía sentirse
hermanados con el resto de los cristianos europeos, ellos seguían apegados al
rito hispanogodo frente a lo que se pretendía conseguir que era una unificación
de todo el ámbito monacal siguiendo la Regla de San Benito (ora et labora).
Concilios de Toledo |
Todo ello unido a un hecho
político de una relevancia fundamental, como era, el hecho de que el reino de
León, germen del reino de Castilla estuvieran inmersos en el
proceso de la
Reconquista, hecho que condicionaba la forma no sólo de actuar, sino también de
pensar y que era extensible de una
manera práctica a las condiciones de vida incluido el arte y que provocó la
fidelidad a un pasado reciente, el visigodo, que de alguna manera legitimaba el
ardor impuesto en la lucha contra el Islam en la península.
La Reconquista |
Historia y evolución del edificio
La iglesia y monasterio de lo
que hoy se conoce como Basílica de San Isidoro tuvo sus orígenes hacia
el año 956, un solar aledaño a la muralla romana de la Legio VII
Gemina, por la parte del noroeste. Toda la parte occidental del edificio
está adosada y superpuesta a ella. Se conservan en buen estado por este ángulo
del noroeste bastantes metros de dicha fortaleza.
También se han podido detectar bajo los edificios de la Colegiata, y tras las obras de restauración, importantes vestigios romanos: gruesos muros de ladrillo, alcantarillas, cerámica, tégulas (tejas), atarjeas de letrinas (conducto por donde las aguas de la casa van al sumidero), con el sello de la Legio VII, probablemente se encontraba sobre la edificación de un templo dedicado al dios mercurio. Del periodo visigodo no queda ni un resto y del periodo árabe, tampoco, ni de los primeros tiempos de la Reconquista.
También se han podido detectar bajo los edificios de la Colegiata, y tras las obras de restauración, importantes vestigios romanos: gruesos muros de ladrillo, alcantarillas, cerámica, tégulas (tejas), atarjeas de letrinas (conducto por donde las aguas de la casa van al sumidero), con el sello de la Legio VII, probablemente se encontraba sobre la edificación de un templo dedicado al dios mercurio. Del periodo visigodo no queda ni un resto y del periodo árabe, tampoco, ni de los primeros tiempos de la Reconquista.
Las primeras referencias en
crónicas y documentos aparecen a mediados del siglo X. Reinando
Sancho I (llamado el Craso, hijo de Ramiro II) aparecen en el año 956 las primeras
noticias documentadas sobre este edificio. La intención de este rey fue
construir un templo para albergar las reliquias de Pelayo, el niño martirizado en Córdoba en el año 925, cuya fama se extendió
pronto por toda la cristiandad europea. Hizo las gestiones oportunas con la corte cordobesa (de la que había sido huésped)
para el traslado del cuerpo, pero no vio realizado su empeño porque fue
asesinado antes.
Su hermana Elvira
Ramírez (monja y regente de su sobrino Ramiro III) junto con Teresa
Ansúrez, la reina madre, viuda de Sancho I, consiguieron realizar el
proyecto, así que los restos de Pelayo fueron trasladados desde Córdoba a León.
Elvira Ramírez y su comunidad
se mudaron al nuevo templo de San Pelayo, aquel que se acababa de construir
para recibir las reliquias del mártir. Fue levantado este templo junto a otro
pequeño y muy antiguo (conocido como el antiquísimo) que estaba dedicado a San Juan
Bautista. La vida de esta comunidad monástica duró tan solo 20
años en este lugar.
En el reinado de Bermudo II
el Gotoso (982-999),
León sufrió el ataque y devastación de Almanzor
(en el 988), quedando arrasadas las dos pequeñas iglesias, San Juan Bautista y
San Pelayo. Por entonces la primera abadesa Elvira ya había muerto,
sucediéndola Teresa Ansúrez, la reina viuda que, al tener noticia de las
inminentes aceifas
de Almanzor, se ocupó (junto con la comunidad) de llevarse el cuerpo de Pelayo
a la ciudad de Oviedo
para preservar las reliquias.
Almanzor |
Alfonso V (el de los Buenos Fueros), rey leonés
desde 999 a 1028, tras el paso arrasador de Almanzor por la ciudad de León
mandó reconstruir muchos edificios, entre ellos el monasterio de San Pelayo y
la iglesia de San Juan Bautista.
Fue construida esta iglesia
con materiales pobres (tapial y ladrillo), con planta tradicional, un testero
tripartito, recto, y con dos cementerios para la gente de alto rango: uno a la
cabecera (este) para obispos y algunos reyes que yacían en León y otro a los
pies (oeste) como un atrio sin cubrir, dedicado
a enterramiento regio, allí situó los cuerpos de sus padres Bermudo II
y Elvira García, y donde él mismo fue enterrado.
Sobre su tumba hay un epitafio que dice que edificó la iglesia de San Juan de barro
y ladrillos. Esta es la iglesia que se conoce como iglesia antigua y que
debió ser de proporciones muy pequeñas.
Sancha de León |
Fernando I de León |
No fue un templo grande y abierto a
los fieles sino una pequeña iglesia palatina para uso de sus mecenas Fernando y
Sancha.
Reconstruyeron también el espacio dedicado
a Panteón de Reyes, en el cementerio de los
pies de la iglesia, allí fueron enterrados estos reyes fundadores: Fernando,
Sancha y tres de sus hijos: Urraca
de Zamora, Elvira de Toro y García de Galicia.
Doña Urraca I de León |
El 21 de diciembre
de 1063 se consagró esta nueva iglesia bajo la advocación de San Isidoro,
ofreciendo una solemne ceremonia, y los monarcas dotaron al lugar de un
importante ajuar sacro, reliquias y objetos de orfebrería,
así como enriquecieron al monasterio con un vasto patrimonio. Desde el punto de vista del arte constituye
una verdadera joya del románico de aquellos tiempos. Desde esta consagración la
dedicación del templo fue en exclusiva a San Isidoro.
Mantuvieron los
reyes una absoluta protección al templo, acudiendo a él en todas las ocasiones
propicias.
Esta fue la
primera iglesia románica que se levantó en el Reino de León siguiendo las
modernas corrientes de este estilo.
El edificio
románico de Fernando I y Sancha era de dimensiones reducidas: 16 metros de
largo, con tres naves, la central de tres metros de ancho y cerca de 2 metros
las laterales. De gran altura: 12 metros la central, 7 las laterales. La
cabecera era tripartita con testeros rectos y escalonados cubiertos con bóveda de medio cañón. No tenía crucero.
Edificaron el
panteón regio a los pies, al que se accedía desde el interior de la iglesia a
través de una puerta que todavía existe y que está condenada. Sus muros —según
consta por las excavaciones— estaban alineados con los de las naves de la
iglesia. Fue un espacio cerrado, con dos alturas, la de abajo para
enterramiento y la de arriba dedicada a tribuna real. De esta fase de
construcción perviven: el Panteón, una portada o puerta con capiteles
esculpidos que está en la planta superior del Panteón, la Tribuna real, los dos
pórticos adosados y los dos primeros cuerpos de la torre. También los muros
norte y occidental.
S. Isidoro. Planta actual |
La ampliación fue
hecha sobre todo por la parte meridional y oriental, doblando las dimensiones y
añadiendo el brazo del crucero. Se inició con la construcción de una nueva
cabecera unos metros más hacia el este sin destruir la obra de Fernando y
Sancha, avanzando hacia los pies donde se encontraban con el límite del panteón
y las galerías al oeste y al norte. Al llegar a la cabecera de la iglesia
antigua y al proyectar su destrucción, respetaron los muros norte y
occidente, lo que condicionó la anchura de las naves laterales que tuvieron que
ser más estrechas que la extensión de los nuevos ábsides. Se pararon las obras
durante unos años a la altura de las ventanas de la nave mayor, sin que se
conozcan muy bien las razones. Cuando se reanudaron era de suponer que las
naves se iban a cubrir con techumbre de madera, pero finalmente se optó por
rematar la nave central, elevada a gran altura, con una bóveda de cañón y se
proporcionó luz directa con ventanales.
Puertas del Cordero y del Perdón |
Posteriormente con Fernando II, segundo hijo de Alfonso VII y
fundador de las órdenes militares de Santiago
y Alcántara, consiguió del papa Alejandro III que se nombrase al monasterio y
su iglesia como dignidad de abadía, con una serie de privilegios entre los que
se encontraba la exención de toda jurisdicción episcopal bajo el título de
“Hija predilecta de la Iglesia Romana”, bajo la autoridad de un abad (que llevaron
el título de benditos y mitrados hasta 1832). En total pasaron por la abadía 66
abades. Pasada la Guerra Civil Española, obtuvo en 1942 el título
de Basílica menor concedido por Pío XII.
Estructura del edificio
Interior
Su mayor parte edificada
corresponde a mediado el XII, ya románico pleno e influenciado por las formas
que se extienden por el Camino.
También
hay trazas renacentistas en su fachada norte: sobre la portada del Cordero
campea San Isidoro a caballo sobre una decoración del XVI.
A pesar de las ampliaciones y
reconstrucciones de la época de la infanta Urraca y posteriores y la altura de
sus bóvedas, el resultado final es “armonioso” en su volumetría.
S. Isidoro. Interior |
El interior sorprende por su
contraste entre la luminosidad de su nave central debido a la gran cantidad de
amplios ventanales de esta nave central y del crucero sur y la semipenumbra de
sus naves laterales que llama al recogimiento.
Posee una rica decoración en
impostas de ajedrezado, motivo que se ve tanto en paramentos rectos como
curvos. También los capiteles son ricos y numerosos.
En lo formal, el templo se halla
orientado. Es de triple nave rematadas a levante por otros tantos ábsides y
posee una nave crucero alargada que sobresale en anchura en planta dándole
forma y planta de cruz latina.
Altar Mayor. Gótico |
Urna de S. Isidoro de León |
La custodia
es de plata
y guarda la hostia
consagrada expuesta día y noche por privilegio papal muy antiguo, que comparte
con la catedral de Lugo. Bajo la custodia y en lugar
preferente se halla la urna neoclásica
que conserva los restos de San Isidoro, obra realizada en 1847 por un platero
leonés.
En su presbiterio se aprecia la existencia de
dos pequeños absidiolos en cada uno de los muros
laterales, precedidos de una arquivolta dovelada enrasada con el paramento, a
base de arco de medio punto, capiteles historiados columnas y basas.
Los ábsides laterales que son también
románicos con bóveda de horno son también especialmente oscuros y están
centrados por un estrecho ventanal que rebasa en altura la línea de unión entre
el muro y bóveda de cuarto de
esfera marcada por una línea de imposta de
taqueado jaqués que se ve obligada a descender para coincidir con los ábacos de
los capiteles de esta ventana. Una segunda línea de imposta corre por debajo
del nivel del ventanal y ambas se prolongan por el presbiterio que es amplio y
se cubre con bóveda de medio cañón. En la unión ábside-presbiterio hay una
columnilla que se remata por medio de capitel. Cerca de su embocadura con el
transepto hay un fajón que apea por medio de pilastras sobre una especie de
bancada corrida que recorre el ábside en si parte inferior.
Vista ábside lateralcon bóveda de aristas |
Nave epístola y ábside |
Capilla de la Trinidad o Santo Martino |
Una de las características de S.
Isidoro y sin duda que le dan una gran
personalidad son los arcos formeros de
los brazos del transepto, su intradós es polilobulado con ocho arcuaciones
perfectas de clara tradición hispanomusulmana (mozárabe).
Los brazos del
crucero se cubren con bóveda de cañón perpendicular al eje longitudinal de la
nave central, con un arco fajón centrado que apea sobre capiteles de
semicolumnas adosadas. Por todos los lados observamos una línea de imposta de ajedrezado, línea que
en ocasiones se quiebra y baja y sube hasta el nivel de los ábacos de los
capiteles.
Arco polilobulado |
Estos desniveles de la línea de imposta, son
fiel reflejo de las vicisitudes edificativas de diversos
momentos de la obra.
Otro claro exponente de estas dificultades constructivas es la existencia de
arcos fajones con sus capiteles (segundo fajón de la nave lateral norte) por
delante de los huecos de vanos en los muros de ambas naves laterales,que
parecen incrustados en medio de los ventanales.
Arco fajón delante de ventanal |
Como decíamos tres son las naves del templo, más ancha y alta
la central. Poseen seis tramos y los tres últimos están ocupados por un coro de
piedra del S XV. Todo el conjunto descansa sobre seis parejas de recias pilastras
que alternan en su forma entre pilares cruciformes con semicolumnas adosadas y
pilares de sección cuadrada con semicolumnas adosadas, pero solo en tres de sus
caras (falta la que da a la nave central). Los del primer tipo (con uno así
comienza la alternancia en la unión nave central-transepto) arrancan desde un
alto podio cilíndrico con su borde libre decorado con ajedrezado jaqués que
constituye una verdadera zapata vista de la estructura.
Pilares cruciformes alternados y fajones doblados |
La altura de estos arcos fajones, su elegancia
debido al notable peralte de su arco, unidos al hecho de que sobre ellos hay
una sucesión de ventanales por los que se derrama la luz, les aporta un toque
de distinción. El hecho de hacer las naves laterales de menor altura que la
central, les permitió a los constructores realizar estos vanos de iluminación
en ambos muros de la nave central. Uno por cada arco formero y centrados.
Las naves laterales del templo son
notablemente más estrechas que la central. Se cubren con bóvedas de arista muy aplanadas entre arcos
fajones de elevado peralte.
El coro alto
a los pies es de la primera mitad del siglo XV —estilo gótico—, de tiempos del
abad Simón Álvarez, cuyo escudo de armas está en una de las claves. Tras el coro hallamos una alargada puerta de
medio punto, en cuyo tímpano hay nada menos que un crismón trinitario con
restos de su policromía original. Posee ocho brazos (de tipo oscense) y es del
tipo oscense. Los símbolos alfa y omega están permutados en su normal
ubicación. Esta ubicación es habitual cuando los crismones aparecen en los
accesos a lugares funerarios. Hay una grieta que recorre todo el tímpano.
Puertas tras el coro |
Puerta con crsimón |
En el interior del templo hallamos un notable
número de capiteles de bella labra. Encontramos capiteles decorados con roleos,
aunque aquí los roleos son mayores que en otros lugares y las cestas se decoran
además con bolas. Otros son de corte clásico a base de palmetas y hojas de
acanto; en ocasiones las hojas de acanto están al aire. También hallamos aves intentando liberarse de
los entrelazos de clara simbología románica (almas liberándose de las ataduras
terrenales para elevarse al cielo). Otras tienen un matiz exótico,
orientalizante. Aparecen episodios del Antiguo Testamento (Sansón desquijando
al león) o escenas medievales de combates (quizá podría ser una representación
de la lucha leonesa) y luchas contra seres demoníacos.
Almas liberándose de ataduras |
Sansón desuijando al león |
Pero la joya del conjunto es la pequeña
estancia cuadrada de 8 m de lado abovedada situada a los pies de la Real
basílica y delimitada por el muro occidental de la iglesia que tenía una puerta
de entrada al templo que fue cegada a comienzos del XII con motivo de las
nuevas obras de ampliación. Se abrió en compensación otra puerta en el ángulo
sur oriental. Este espacio estuvo cerrado por el sur con un muro medianero con
los palacios reales. Cuando se cerró la primitiva puerta de acceso al templo
quedó una zona que se convirtió en altar dedicado a Santa Catalina de Alejandría y toda la
estancia tomó el nombre de capilla de Santa Catalina. En la documentación de la
época puede verse este nombre, alternando con Capilla de los Reyes.
El origen data de los tiempos del rey Alfonso
V el Noble que tras el paso de Almanzor hizo levantar de nuevo la iglesia con
pobres materiales y la dotó de dos cementerios, uno en la cabecera y otro en
los pies (in occidentali parte), como un atrio sin cubrir, dedicándolo a
enterramiento regio; allí depositó los cuerpos de sus padres Bermudo II y
Elvira. Fernando I y Sancha reconstruyeron también este panteón, siendo ellos
mismos enterrados en él. Así consta en la lápida de consagración y en las
crónicas de la época. La historiografía moderna atribuye el resultado final
(que se contempla en el presente) a la infanta Urraca la Zamorana, hija de
Fernando I y Sancha.
Su estructura pertenece al primer templo aquí
existente, el dedicado a San Juan Bautista y que posteriormente cambió de
advocación al recibir las reliquias de San Isidoro de Sevilla.
Panteón Real |
Pero a pesar de su belleza no hay que olvidar
cuál es su función original. Es un panteón. Aquí reposan, entre otros, 23 reyes
y reinas, 12 infantes y 9 condes. Se sabe que están enterrados en el: Alfonso
I, Ramiro II, Ramiro III, Alfonso V, Sancho I, Fernando II, Bermudo I, Dª
Sancha y Dª Urraca. Paradójicamente un rey que destacó por su apoyo a la
Iglesia de San Isidoro, no reposan en el panteón, se trata del rey Alfonso VII,
sus restos reposan en la Catedral de Toledo.
pinturas y capiteles |
La lápida que contiene el epitafio del rey
Fernando da cuenta de la construcción en piedra de un templo sobre el que
dedicado a San Juan Bautista era de barro ("fuit lutea") por
parte del excelentísimo rey Fernando y la reina Sancha. También deja constancia
del traslado de los restos de San Isidoro desde la ciudad de Sevilla el 12 de
enero de 1062; del traslado desde Ávila los cuerpos de San Vicente, y sus
hermanas Sabina y Cristeta el 6 de mayo de 1065. Da cuenta por fin de su muerte
en 1065 y de la dedicación de esta lápida por la reina Sancha.
Plano del Panteón Real |
En ellas se entremezclan escenas de lo divino
y lo humano, desde la figuración de Cristo en Majestad rodeado de los
Tetramorfos hasta el pastor que da de comer a su perro en una escudilla
mientras cuida de su ganado, o un práctico calendario que aleccione a los
fieles sobre el momento de cada actividad agrícola y doméstica.
Las pinturas se agrupan en tres ciclos
pictóricos: La Natividad, La Pasión y Ciclo de la Pascua.
Ciclo de la Natividad
La Anunciación y la Visitación.
La Anunciación y Visitación |
En ambos extremos de las dos representaciones,
vemos a la izquierda a Santa Ana sentada (la madre de la Virgen) con su nombre,
a la derecha una figura masculina también sentada pero en este caso el nombre
del personaje se ha perdido, pero se supone pueda representar a San Joaquín
(padre de la Virgen).
Las diversas escenas y figuras se encuentran separadas
por columnas en un fondo arquitectónico. El conjunto se encuentra pintado en el
interior de un arco ciego del muro del panteón.
La Natividad
La Natividad |
El anuncio de los pastores
Otra de las escenas famosas del panteón es el anuncio del ángel a los pastores de la buena nueva del nacimiento de Cristo. Un ángel se aparece a los pastores que se encuentran en el campo por la gran cantidad de arbustos que se ven. La imagen figurada de los montes en que pastan los rebaños se resuelve por medio de líneas onduladas que sugieren montecillos. El ángel anunciador, que parece surgir desde el ángulo inferior izquierdo, señalando al pesebre, da la buena nueva a tres pastores: uno de ellos, en segundo plano, arriba a la izquierda, hace sonar un cuerno, avisando de lo que ocurre, un segundo pastor, magníficamente resuelto, aparece sentado en el suelo sobre su capa mientras toca un silbo o caramillo y empuña su cayado y un tercero está dando de beber o comer a su perro en su escudilla. En el centro un cartel dice: Angelus a Pastores.
Detalle de Anunciación a los Pastores |
La
Epifanía y la Huida a Egipto
Situado en el arco ciego que forma pareja con la Anunciación, se trata de un conjunto bastante mal conservado. En una escena vemos a los Tres Reyes Magos a caballo. A continuación en el arco ciego la Virgen María con el Niño Jesús siendo adorado por los Magos en posición arrodillada. Detrás de ellos San José y una sierva.
Otra escena narra la Huida a Egipto, en el centro
María con el Niño a lomos de un asno, delante San José y detrás una sierva en
actitud de despedida. Debajo de esta escena se encuentra un grupo completamente
borrado de difícil interpretación.
La
matanza de los inocentes
Uno de los temas más celebrados de este espacio decorado es el dedicado a la matanza de los Santos Inocentes. Ocupando el techo de la bóveda junto a la escena del Anuncio a los Pastores y bajo seis arcos de medio punto que apean en dos pares de capiteles y columnillas de sencilla hechura se desarrollan las escenas de este tema.
En el marco de un conjunto arquitectónico que
quiere representar el Palacio de Herodes, encontramos la escena de la matanza
de los inocentes. En el arco que centra el lado derecho, Herodes sentado,
desdibujada su imagen, ordena la
ejecución de los niños. Mientras un soldado
armado de espada y escudo monta guardia tras él, a su otro lado otro soldado
espera las órdenes del rey para degollar a un niño que sostiene por los
cabellos. Al lado contrario cuatro soldados en diversas actitudes matan a los
niños inocentes, en el arco central dos soldados, uno de ellos agarra a un niño
por los cabellos, el otro por una pierna, y a ambos lados debajo de cada arco
un soldado con similar menester. Tres lo hacen a espada y el cuarto con lanza.
Detalle |
Detalle |
La cara de los sayones es absolutamente inexpresiva.
Solo en las de los infantes se aprecia algún matiz gestual, incluso en la del
que traspasado de lanza ya está muerto.
Un cartel incompleto de difícil traducción
junto a Herodes dice: .... “Geroso limen cum eo”. Mientras en el otro arco central aparece un
rótulo con “Isti Svnt Innocentes Qvi proter devm ocisi svnt”
Es interesante la escena desde el punto de
vista de la indumentaria de los soldados y de su armamento, dado el realismo y
detalle con que está realizada.
Ciclo de la Pasión
La última Cena
La Última Cena también dispone de su espacio
en una de las bóvedas. Un
conjunto pictórico con quince figuras y un gallo. Pintado en uno de los tramos
de la bóveda, con un fondo arquitectónico que quiere ser el Cenáculo, vemos la
imagen de Jesús en el centro, lugar preferente, bajo un arco a modo de ábside y
junto a él se hallan San Pedro a su derecha con una navaja en las manos y San
Juan recostado en su regazo (con nimbo crucífero), presidiendo una mesa llena
de alimentos.
En primer plano Judas Iscariote, reconocible
por ser el único de los apóstoles que no llevan nimbo (corona sobre la cabeza)
y que aparece robando el pez (símbolo de Cristo). Alrededor de la mesa el resto
de los apóstoles, cada uno de ellos con el nombre indicado en un rotulo. Algunos
de los nombres se han perdido (el de Jesús y el de San Pedro).
Junto a San Pedro encontramos a:
• San Andrés con un cuenco de barro en las
manos
• San Bartolomé con las
manos extendidas
• San Felipe con una copa de vino y un trozo
de pan
Junto a San Juan encontramos a:
Junto a San Juan encontramos a:
• Santiago El Mayor con un cuenco y una
cuchara
• Santo Tomas con las manos libres y hablando
con San Jacobo
• San Mateo Matevs comiendo
y con un cuchillo en la mano
• Santiago El menor hablando con San Mateo y
en actitud acalorada
En la parte inferior de la mesa y a ambos extremos
En la parte inferior de la mesa y a ambos extremos
• San Simón que sostiene una cazuela con una
mano y con la otra se lleva el
alimento a la boca
• San Matías que llena un
cazo con una jarra de vino (Este personaje es ajeno a
la Última Cena y se
desconoce el motivo por el que está en la mesa). Matías
fue nombrado apóstol
después del suicidio de Judas Iscariote. Pero el detalle y
virtuosismo con el
que está representado, tanto él como algunos otros
personajes, es asombroso y
están llenos de una gran expresividad y con un
gran cuidado en el detalle de su
ejecución.
Bajo la figura de San Matías está el gallo de la Pasión, en alusión a la
profecía realizada por Jesús en el sentido de que Pedro lo negará tres veces.
San Matías |
Gallo de la pasión |
Prendimiento y Juicio de Pilatos
El prendimiento |
En la parte superior dos grupos de tres
soldados en cada uno de sus lados, un grupo de ellos con garrotes,
mientras que el otro portan lanzas y cayados. Entre ellos se puede leer con
mucha dificultad: TANQVAN AD LATRONVM EXISTIS CVM GLADIS ET FVSTIBVS
COMPREHENDERE ME (…. con cuchillo y palos a apresarme).
En el ángulo inferior derecho escena de
Pilatos lavándose las manos con un texto que dice: PILATVS PONTIFEX PRINCES
IVDEORVM (Pilatos pontífice y príncipe de los judíos).
Negación de Pedro |
En el otro extremo de la escena, en la parte
superior vemos a San Pedro
llorando, con un texto: PETRVS FLEVIT. San Pedro afligido y llorando
por haber negado a Jesús tres veces.
Debajo de la anterior escena un personaje porta una gran Cruz,
se trata del
Cireneo, la persona que fue obligada a llevar la cruz con Cristo.
Nos lo dice un texto: CIRENENSE. Tanto la escena del Cireneo como la del
Prendimiento no están acotadas o encerradas en trazos, lo que quiere decir que
estas escenas se desarrollan al aire libre.
Cireneo |
La Crucifixión
Ocupando otro de los
arcos ciegos del muro de la sala. Situado en uno de los extremos, en el otro
extremo se encuentra la Natividad que ya hemos mencionado, es decir nacimiento
y muerte.
En el centro de la escena, Jesús en la Cruz,
en la parte superior del madero, la cartela con las letras INRI que han
desaparecido. A ambos lados el Sol y la Luna. Junto a la cruz dos soldados, uno
de ellos lleva el jarro con el vinagre y el otro debía portar la lanza con la
esponja. Junto a los soldados San Juan y la Virgen María.
En un plano inferior por debajo de la cruz, un
rostro que se ha identificado como la calavera de Adán y a ambos lados el rey Fernando y su esposa.
Junto al rey un texto dice. FREDENANDO REX. El texto del nombre de la esposa
del rey ha desaparecido por lo que desconocemos a que matrimonio real puede
hacer referencia el nombre de Fernando. Se han barajado las hipótesis de
Fernando I o de Fernando II.
Detrás de los personajes reales, dos siervos
un hombre y una mujer, el hombre debe tratarse de un soldado pues porta un
escudo, la mujer (una sirvienta) lleva una jarra y un plato.
Ciclo de la Pascua
Cordero de Dios
En el tímpano del arco ciego que se sitúa
sobre la antigua puerta de comunicación con el templo, se encuentra la escena
del Cordero de Dios. Preside la escena, el cordero con el nimbo crucífero
(representación de Jesucristo) envuelto en un círculo que sostienen dos
ángeles. Uno de ellas conserva el nombre Sanctvs Gabriel, el otro lo ha perdido
pero debe tratarse de San Rafael, pues además conserva una sola letra, la L.
Apocalípsis
Apocalípsis
Ocupa la totalidad de uno de los tramos de la
bóveda. En el centro de la escena, Jesús con nimbo crucífero, en posición
sedente como Juez Supremo, en el momento del Apocalipsis. De su boca salen dos
puñales y a su diestra siete estrellas de ocho puntas y un texto que dice: IHS
VII STELLAS IN DEXTERA SVA. Junto al Señor San Juan con un texto que
dice. HIC IOANNES CECIDIT AD PEDES DOMINI y en el lado contrario un ángel entrega a Cristo un
libro cerrado, el texto dice: ANGELVS A DOMINO.
Sobre la escena central un altar con siete candelabros
y un texto difícil de leer que dice: IN MEDIO SEPTEM CANDELABRORVM AVREORVM
SIMILEM FILIO HOMINIS y otro que dice: PRAECINTVS AD MAMILLAS ZONA AVREA.
A ambos lados de la escena del altar las
figuras de dos pavos reales como símbolos de la inmortalidad.
Debajo de la escena central, en el interior de
un espacio acotado, un ángel con un libro abierto (LIBER DOMINI) y arrodillado
San Juan en actitud de recibir el libro. Un texto dice: VBI FACTVS MVTVS
IOANNES CVM ANGELO LOCVTVS EST.
Rodeando el conjunto siete edificios que representan
a cada una de las siete iglesias del Apocalípsis: EPHESVM, PERGAMVM, TIATHIRE,
SMIRNAM, SARDIS, FILADELFIE y LAVDOCIE. Un octavo hueco se rellena con
decoración floral.
El Pantocrátor
Una de las escenas más importantes en este
lugar, al igual que en la gran mayoría
de los templos románicos que se decoraron con pinturas figuradas, es la
representación de Cristo en Majestad (Pantocrátor). Habitualmente situado en el
cascarón absidal del templo, aquí se traslada al espacio central sobre el lugar
tomado como cabecera del panteón. En origen cuando la puerta de entrada desde
el templo se ubicaba en este lugar, era el primer tramo de la bóveda que
quedaba a la vista y en el centro de la bóveda central, el Pantocrátor.
Cristo en Majestad enmarcado por la mandorla
mística. La postura de Cristo es sedente; sentado en un trono celestial (semicírculo
convexo en el que se ha querido ver el arco iris, así como el semicírculo
inferior sobre el que reposa sus pies se dice que evoca la Tierra), bendice con
su diestra mientras sujeta sobre su rodilla izquierda un libro en el que
recuerda "EGO SUM LUX MUNDI" (Yo soy la luz del mundo). Parece flotar
sobre un fondo celeste tachonado de estrellas y en el que se dibujan los
símbolos alfa y omega (principio y fin) a ambos lados de su cara realzada por
el nimbo crucífero. Su expresión es serena resuelta con trazos sencillos y
agradable de contemplar en primer plano.
Mateo |
Juan |
Marcos |
Lucas |
La
Puerta del Cielo
Bajo la escena del Pantocrátor, encontramos la
puerta primitiva de entrada desde el templo. Formada por un arco de medio punto
con dos arquivoltas que descansan en columnas con capiteles decorados con
escenas bíblicas: a la derecha la curación del leproso y a la izquierda la
resurrección de Lázaro. Su estado de conservación no es muy bueno, pero si
ponemos atención podemos distinguir lo siguiente:
·
En el
capitel de Lázaro, vemos un total de siete figuras: Cristo es identificable por su nimbo crucífero, aparecen
Marta y María, dos discípulos y Lázaro saliendo del sepulcro.
·
En el
capitel de la curación del leproso, vemos a Cristo con nimbo crucífero y además
con las letras IHS apoya su mano en la cabeza del leproso. Junto a Jesús dos
apóstoles, uno de ellos San Pedro, portando una gran llave.
Las dos arquivoltas están pintadas la exterior con un lazo ondulante y la inferior con un grueso trazo en alternancia ondulada. Por debajo de estas líneas la representación de los doce símbolos del zodiaco, hoy apenas visibles por su deplorable estado de conservación. Y ya en el tímpano se reprodujo la escena explicada como Cordero de Dios y que es parecida a la que aparece en la portada del cordero al exterior del templo, con la figura del Agnus Dei o Cordero Místico en el centro y los dos arcángeles: San Gabriel y San Rafael.
En otra de las escenas aparece Cristo en el
centro, entregando un libro al ángel que se halla a su izquierda y a su vez el
ángel lo entrega en otra escena a sus pies a uno de los evangelistas. Los
confines del orbe se representan por medio de cuatro ciudades situadas en cada
uno de los ángulos, como una casa con su rótulo identificativo.
Los santos del cielo
Repartidos por el todo el panteón encontramos una
serie de santos y profetas del Antiguo y Nuevo Testamento, se hayan
distribuidos por los intradoses de los arcos, y en los arcos de separación de
naves. Entre ellos encontramos:
S. Gregorio Magno |
• El patriarca Enoc (ENOC)
• San Gregorio Magno (SANCTVS GREGORIVS EPISCOPI) con un libro entre sus manos y una paloma junto al oído que le sirve de inspiración
• San Martín de Tours frente a él una figura de tez negra (el diablo). Un texto dice: SANCTVS MARTINVS DIXIT: VADE SATANAS
• Escena del Espíritu Santo como Paloma y orlada de limbo y los arcángeles San Gabriel y San Rafael. La paloma en el centro de un circulo sostenida por los arcángeles. Un texto dice: SPIRITVS
S. Martín de Tours |
• San Jorge a caballo matando al dragón-diablo que se protege con un escudo. Texto: SANCTVS GEORGI
• San Gil modelando una vasija de hierro. Ha desaparecido el cartel con su nombre.
La mano de Dios
En el intradós de
uno de los arcos, en su clave y en altura aparece la mano de Dios, en el
interior de un doble círculo, identificada con rótulo: DEXTERA DEI. Hacia ella
se orientan y señalan las figuras de dos profetas: Elías y Enoc, identificados
por sus rótulos. Elías
y Enoc son los dos únicos personajes que se citan en la Biblia que subieron a
los Cielos sin pasar por la muerte.
En el intradós del arco formero situado a la
derecha de Cristo en la escena del Pantocrator se representaron los doce meses
del año con las diversas tareas a
desarrollar en cada uno de ellos. Se
realizaron sobre medallones de 38 cm de diámetro a modo de tira continua. Es el
más famoso de los mensarios y zodíacos románicos que aparecen en numerosos
lugares, pero sin la calidad antigüedad y conservación que éstos.
DexteraDei |
El mes de Enero (GENVARIVS). Se dedica
al dios romano Jano, representado como Jano bifronte. Se simboliza en un
personaje con dos caras escogiendo entre dos casas diferentes a las que acceder,
con una cara mira al año que se ha acabado y con la otra cara mira el año que
comienza. Es símbolo de las decisiones a tomar al comenzar el año. Entonces se
ha de decidir hacia dónde se quiere encaminar la actividad anual.
Febrero |
Marzo (MARCIVS).
Es hora de las faenas del campo y el momento de podar y calzar las viñas como
gráficamente hace un personaje con capa provisto de gran instrumento curvo (podón).
Abril (APRILIS). Es el mes de la
primavera y de la siembra. Cuando todo florece y se representa como un joven
con un par de brotes tiernos en sus manos, listos para sembrar.
Mayo (MAGICIS). Se muestra
habitualmente como "Mayo caballero", es una imagen “no campesina”,
pues es un mes no asociado a una labor agrícola específica. En este mensario,
aparece un caballero enjaezando su caballo y provisto de escudo, que dedica su
tiempo a menesteres más lúdicos, como puede ser la cetrería, el ejercicio
físico e incluso la guerra´, pues es el
tiempo de salir a las campañas guerreras, si fuere preciso.
Junio (IUNIUS). Momento de la siega
(cereales y trigo principalmente). Representado por un campesino que siega a
hoz tallos blanquecinos.
Julio |
Agosto (AGVSTVS). Mes de la trilla, en
el que hay que separar el cereal de la paja, en este caso, el sujeto lo realiza
al modo clásico, golpeando el cereal, la parva, con el mayal, para separar el
grano del tallo.
Septiembre (SETENBER). Mes de la
vendimia. Es momento de recoger los frutos de la vid. El personaje recoge la
uva y la va introduciendo en una especie de cazo metálico o caldero.
Octubre (OCTOBER). Es momento de cebar
a las piaras de cerdos; un personaje sacude un árbol del que caen las bellotas
dando de comer a los cerdos.
Diciembre |
Diciembre (DECENBER). Ante una mesa
bien surtida de viandas, el personaje se sienta al fuego y descansa de las
labores realizadas durante todo el año. Es
el mes del frío y no hay opción para el trabajo al exterior. Es el momento del
calor del fuego junto a la familia.
Exterior
Sólo se pueden ver desde fuera la
fachada meridional y el ábside meridional. El resto del edificio está rodeado
por otras construcciones y la parte de poniente (occidente) está oculta por la
muralla (a excepción de la torre). Desde el exterior se aprecian las alturas de
las naves, podemos
apreciar las naves central y sur, más alta la central, con sus hiladas de
ventanales y cornisa ajedrezada al modo jaqués que se apoya en modillones
de influencia mozárabe. De las dos portadas románicas de esta fachada, la más antigua es la del Cordero y la más
moderna, la del Perdón. Son dos ejemplos del románico pleno, lo más antiguo que
se construyó en el reino de León.
Puerta del
Cordero
Está dividida en dos cuerpos: el
superior compuesto por peineta barroca del siglo XVIII obra de los artistas de apellido Valladolid. Contiene
el escudo real y lo remata San Isidoro a caballo, siguiendo la leyenda del
estandarte real de Baeza (o pendón de Baeza) que se exhibe en el museo.
Y la portada propiamente dicha.
Puerta del Cordero |
Muestra un notable abocinamiento a causa de
las tres arquivoltas que la componen. Las dos interiores de medio punto son de
recio baquetón y la exterior de arista lisa, dovelada y rodeada a modo de guardapolvo de moldura
ajedrezada (taqueado jaqués). Entre las arquivoltas
(en la escocia interna de cada una de ellas) hay tres molduras/orla decorada
con roleos y palmetas.
Apean estas arquivoltas en dos pares de
columnas acodilladas, las interiores, que tienen basas áticas sobre plintos
muy altos (que no son los originales) y capiteles que presentan figuras humanas con garras en lugar de pies y
manos, personajes alados, en cuclillas y entre vegetales. Y la arquivolta
exterior se apea en jamba recta por medio de ábaco decorado con palmetas
que se continúa con moldura a modo de línea de imposta a lo largo del frontal
de la portada.
Tímpano del
Cordero
Al igual que sucede en la otra portada su obra
clave es el tímpano esculpido de la misma. Es el primer tímpano conocido del Reino de León, conteniendo
diversas escenas. Pertenece al románico pleno del siglo XI. Está esculpido en mármol
blanco y se apoya en jambas que están rematadas por dos mochetas en forma de cabezas de carnero.
Tímpano de la puerta del Cordero |
El bloque inferior, en esencia, narra el
interrumpido episodio del sacrificio de Isaac pero rodeado de la otra
simbología que lo enriquece.
Abraham, descalzo, sujeta a Isaac por el
cabello con la mano izquierda mientras que con la derecha se dispone a hundir
su cuchillo en el cuerpo de su hijo. La mano derecha de Dios
(Dextera domini) emerge de entre los arbustos y llamando su atención, lo
detiene y él vuelve hacia ese lado la cabeza. Un ángel, desde nuestro lado
izquierdo, tras el matorral, le muestra un carnero cuyas patas anteriores se
hallan enredadas en la maleza, como víctima alternativa en el sacrificio.
En la Hispania mozárabe era muy común representar la escena del sacrificio
de Isaac en lugar de Cristo crucificado. A la derecha se ve a Sara en la puerta de la
tienda y los dos sirvientes que tomó Abraham
como compañía, uno montado a caballo y otro que se descalza respetuosamente
porque va a pisar un lugar sagrado. Isaac está también
descalzo y pueden verse sus sandalias en el suelo.
Es una representación que concuerda con el texto del Génesis,
exceptuando la figura de Sara. En el lado de la izquierda hay otras dos figuras
del Génesis: Ismael
y su madre Agar.
Ismael está representado a caballo y como tirador de arco, siguiendo el Génesis
(estas representaciones de Ismael con Agar solo se dan en la Hispania del siglo
XI).
Capitel con arpía |
Capitel con entrelazado |
Capitel con figura femenina |
Capitel con figura de mono |
San isidoro |
San Pelayo |
A nuestra izquierda, San Isidoro en actitud de
bendecir, revestido de pontifical y con el báculo en la mano izquierda. En el
sillar de la portada situado a la altura de su cara y al exterior de la misma,
se halla epigrafiado su nombre en dos líneas: "ISIDO-RVS". Porta
bonete gallonado por el que asoma pelo corto. Se orla la cabeza con nimbo en la
parte posterior. Su aspecto escultórico es de corte clásico y aparece en
posición frontal, sedente, asomando tras sus pies calzados unas inquietantes
garras que son los extremos de la silla en que se sienta.
En el lado opuesto, San Pelayo, asimismo
sedente en silla de tijera de la que asoman garras tras sus pies desnudos y
cabecitas de leones por su lado derecho a la altura de la rodilla. Muestra
abierta su mano diestra y en la izquierda situada bajo los pliegues de su
manto, muestra el Evangelio. Su cara muestra rasgos delicados y largas trenzas
poco apretadas. Por detrás nimbo poco trabajado.
Sobre las imágenes descritas, podemos ver
alineadas diversas piezas escultóricas, a buen seguro reutilizadas del anterior
templo entre las que podemos identificar un friso interrumpido por la
arquivolta externa que representa los símbolos del zodiaco
ordenado de derecha a izquierda.
Sobre la figura de S. Isidoro un conjunto de seis
músicos con David entre ellos, y otro que parece emerger de un tubo anillado,
tocando instrumentos musicales, además de un soldado/verdugo con su espada/cuchillo
y escudo junto a su cabeza y correspondiente en realidad a
Pelayo.
Sobre Pelayo hay
otro violinista que también parece emerger de un tubo anillado, más un
tamborilero.
Zodíaco |
Puerta del
Perdón
Puerta del Perdón |
Cronológicamente
corresponden a mediados del XII (época del románico pleno). Su ejecución es
posterior a la Puerta del Cordero, y sus relieves están atribuidos al maestro Esteban
que esculpió por primera vez una serie de temas evangélicos que serían
reproducidos después en la portada de la catedral de Compostela, en la Catedral de Santa María de Pamplona
y en la de Toulouse.
Una cornisa
ajedrezada divide esta fachada en dos cuerpos. En el cuerpo superior hay tres
grandes arcos de medio punto, siendo ciegos los dos
laterales. Las columnas del centro son geminadas y sus basas son áticas, de
garras. El ventanal central está cerrado por una reja románica. Todos estos
elementos aportan
a esta fachada una ornamentación más propia de la decoración del hastial de
poniente (fachada principal) que la del crucero.
Por debajo de la cornisa
ajedrezada nos encontramos con el cuerpo inferior ocupado por la portada
propiamente dicha.
Esta portada consta de
dos arquivoltas doveladas levemente peraltadas, con moldura en bocel
(grueso baquetón) flanqueado por sendas escocias y con columnas acodilladas. Apean por medio de
imposta decorada con palmetas en capiteles decorados en sus cestas con
entrelazo esculpido al aire, lo que ha propiciado su desaparición en gran
medida. Por fuera, guardapolvo con moldura de ajedrezado jaqués. Y por el exterior una moldura decorada con
palmetas, trazando un amplio segundo semicírculo que arranca del extremo distal
de la prolongación decorada de los ábacos, y que define una amplia superficie
en cuyos laterales se empotraron sendas imágenes escultóricas de cuerpo entero
de los Santos Pedro y Pablo.
San pablo |
San Pedro |
San Pablo a nuestra
izquierda, con los Evangelios en la izquierda y mostrando la palma de la
diestra. Aparece con amplia vestidura sobre la que porta túnica de airosos
pliegues. Sus pies descansan sobre ménsula en la que está epigrafiado su
nombre. Su cabeza barbada muestra una calvicie hipocrática y se halla orlada
por nimbo decorado con pequeños bezantes en su círculo exterior. Dos botones
florales rematan los ángulos superiores del conjunto.
A nuestro
lado derecho de la puerta, San Pedro asimismo apeado en ménsula. En esta
ocasión no parece figurar su nombre, quizá porque el portar tan conocido
atributo en la siniestra (las llaves) es suficiente carta de presentación.
Nimbo y botones florales similares a los de San Pablo. Porta báculo episcopal y
está vestido con la casulla litúrgica, decorada con motivos florales en cuello
y tira central. Calza -al igual que San Pablo- leves sandalias. Apenas una
suela con tiras de sujección ,"Las sandalias del pescador". Sobre
este conjunto, un tejaroz sustentado por 11 canecillos completa la escena.
Tímpano del Perdón |
Escena central "Crucifixión" |
Santas Mujeres en el sepulcro |
Ascensión de Cristo |
Estos temas
expresados por el maestro Esteban fueron muy extendidos por los escultores del
Camino de Santiago, que a su regreso lo llevaron a Francia en una cronología
posterior.
Mochetas |
El perfil del vano de la
puerta transforma su bisel en moldura de baquetón que continúa de forma recta
en por la porción central del tímpano
(parte central del dintel).
Puerta norte o Capitular
Capilla de los Quiñones con Puerta capitular a la derecha |
Son de destacar los capiteles, en especial
el que representa a una mujer desnuda, agachada seguida por otra mujer también
desnuda que lleva una serpiente en la mano. En el mismo capitel hay otra
serpiente mordisqueando a un hombre vestido. Además de llamar la atención por
el simbolismo que encierra, se trata de un perfecto trabajo de escultor
clasicista y naturalista que puede verse en algunos
capiteles de Jaca y de Frómista. Se atribuye el trabajo al escultor
Leodegarius, conocido como el “maestro de
las serpientes”.
Ábside sur |
El capitel izquierdo del ventanal abierto, de
claro estilo románico muestra un ciervo acosado por un monstruo y en el de la
derecha entrelazos rematados en palmetas que surgen de las fauces de un león,
repitiendo el modelo en su ábaco, mientras que el ábaco del de la izquierda
está formado por círculos con flores cuadripétalas (ábacos cuya forma se repite
en los capiteles del ventanal cegado).
Ciervo acosado por mosntruo |
Capitel con entrelazos |
Los capiteles del
ventanal del transepto sur se encuentran bastante deteriorados, pero son claramente
motivos vegetales
La nave transepto, dada
su longitud, recibe un ventanal del mismo estilo que los anteriores en cada uno
de sus lados oriental y occidental. Todos ellos conservan su reja de hierro
forjado original.
3 animales bajo vegetales |
Hombres enredados |
En lo alto de la columna
que articula el ábside sur podemos ver un gran capitel sustentando la cornisa.
A pesar de su deterioro alcanzamos a ver que su decoración se compone de tres
figuras en cuclillas que portan serpientes. Una vez más aparece la serpiente tema
recurrente en este momento del románico inicial.
En cuanto a la torre
decir que está erigida sobre uno de los cubos de la muralla romana y que es una
obra del siglo XII. Su plata es cuadrada y no sigue el eje de la iglesia.
En tiempos de Fernando I
los dos primeros cuerpos tenían misión defensiva. En el segundo cuerpo hay una
estancia con bóveda de cañón y un arco fajón que se apoya sobre columnas y que
se utilizó como sala del Tesoro. Se accede a este cuerpo por la ronda de la
muralla. Tiene claridad gracias a unos pequeños vanos en aspillera.
El tercer cuerpo (piso)
se separa por medio de una línea de imposta biselada y tiene en su interior una
sala abovedada con tres ventanas en cada una de las caras del cuadrado y sólo
la del centro, mediante una ventana en aspillera, está abierta. El cuarto
cuerpo es el de las campanas, con dos vanos de triple arco de medio punto por
cara y sobre parejas de columnas cada uno de ellos. Una de las campanas está
fechada en el 1086 y se conserva en el museo.
Gallo-veleta de S. Isidoro |
El gallo-veleta de la
torre de San Isidoro fue durante siglos el símbolo más preciado de la ciudad de
León. La veleta original con forma de gallo se guarda en una de las estancias
del interior, en su lugar se subió una copia que es la que prevalece.
El gallo está realizado
en cobre plomado recubierto de oro y fue creado por el procedimiento de la cera
perdida. Se corona la torre con
chapitel de pizarra moderno y una veleta que es el gallo famoso, símbolo de la
ciudad de León.
El claustro principal se
construyó en el siglo XI, lindando con la nave lateral norte y el Panteón Real
y corresponde a la época de Fernando y
Sancha. Para su construcción se aprovechó el pórtico o galería norte del
Panteón alargándola hasta dar con el crucero. Fue el claustro románico más
antiguo conocido en España, de las cuatro crujías que lo forman tan sólo la del
sur es románica, conocida, por ello,
como
la galería románica, atrio o porche. El resto del patio son crujías
con bóvedas de nervios del siglo XVI (renacentista). Es en esta reforma del
siglo XVI, cuando se ciega esta galería románica con un muro de ladrillo que
fue demolido a mediados del siglo XX, quedando al descubierto la crujía
románica original donde podemos hallar capiteles decorados e historiados,
canecillos y arcos románicos. Algunos son de tosca labra, con motivos
semejantes a los del interior del panteón, Hay uno historiado que muestra el
sacrificio de Abraham.
Claustro. Panda románica |
Sacrificio Abraham |
El museo
Llamado también tesoro
está situado en la tribuna, espacio que está situado sobre el Panteón más el
pórtico occidental compartiendo sus muros y comunicado con ellos por una
escalera de caracol. Consta de dos cuerpos rectangulares cubiertos por bóveda
de cañón y según la tradición, la tribuna real era un palco para uso exclusivo
de la reina Sancha, esposa del rey Fernando y desde donde seguían los oficios
divinos.
En el siglo XII fue
reformada, convirtiéndose en dependencia del palacio de la infanta Sancha
Raimúndez, y más tarde, a finales de ese mismo siglo, se convirtió en la capilla de Santa Cruz.
Museo |
También se exhiben
objetos en las distintas capillas del claustro procesional.
Algunos de estos
tesoros se perdieron en los avatares sufridos a través de los siglos y otras se
encuentran custodiadas en museos ajenos a la Colegiata. Algunas de estas piezas
que todavía se pueden apreciar son:
·
Arqueta de San Isidoro. Forrada con chapas de
plata y realizada hacia 1065. Está forrada en plata y se decora con relieves de
Adán y Eva y su expulsión del Paraíso.
Durante 900 años guardó el cuerpo del santo. Fue
muy deteriorada en 1808.
Arqueta de S. isidoro |
·
Arca de los marfiles. Realizada en 1059 en
madera y forrada con 25 placas de marfil incrustado, se dice que guardó los
restos de San Pelayo y San Juan Bautista. En los laterales aparecen los doce
apóstoles en el interior de arcos de herradura, en la parte superior se representa
el Agnus Dei, El Tetramorfos, San Miguel y San Rafael entre otros personajes
celestiales.
·
Portapaz de marfil, siglo
XII.
·
Marfil escandinavo. Representa un dragón
replegado sobre sí mismo. Obra del siglo X.
Arca de los marfiles |
·
Arca de los esmaltes con representación de la
crucifixión y pantocrátor. Obra de artesanos franceses de Limoges. Siglo XII.
·
Colección de telas: Dos estolas del siglo
XII, 1197 y 1198, tejidas por Leonor de Plantagenet. Fragmentos de telas
persas y árabes. Ternos
renacentistas.
·
Lignum Crucis,
ostensorios y relicarios.
·
Cruz de altar de Enrique de
Arfe.
Cáliz de Dña. Urraca |
· Pendón de Baeza, del siglo XIV. Es una
de las piezas más importantes del museo. La tradición cuenta que fue bordado en
el propio campo del sitio de la batalla de Baeza
(aunque tal batalla no existió, pues la plaza se rindió por capitulación
pactada). Representa a San Isidoro a caballo con espada y cruz, como se
apareció en el campo de batalla. Tema relacionado con las
representaciones de esta época de Santiago y San Millán.
Fondo carmesí, con las armas de León y Castilla (añadidos más tarde). Tiene
honores de Capitán General. Ha participado en todas las batallas en las que intervino Castilla y
León durante la Reconquista.
Pendón de Baeza, en la sala de los Quiñones |
El
Archivo-Biblioteca.
Es un edificio construido
a finales del siglo XVI por Juan de Badajoz el Mozo, al que se puede acceder a
través de la escalera de caracol, construida a un costado del Panteón o desde
el claustro alto. Su planta es rectangular, dividida en tres tramos, con
bóvedas estrelladas y con altorrelieves y ventanales renacentistas. La cúpula
central es ovalada y en sus pechinas hay cuatro medallones con las figuras de los
evangelistas. Por debajo del arranque de la bóveda se ve una imposta
donde se escribió con letras doradas una serie de elogios destinados a San
Isidoro.
Archivo-Biblioteca de S. isidoro de León |
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Biblia del presbítero Sancho (siglo X- hacia el 960) escrito en letra
mozárabe y con miniaturas de Florencio, escrito en el Monasterio de Valéranica
(Brugos).
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Biblia románica del siglo XII en tres tomos.
Codex biblicus legionensis |
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Códice conocido como "Morales de Job" Siglo X (en el 951).
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Códice conocido como "Codex Legionensis" Siglo X.
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El Chronicon Mundi, del Tudense, siglo XV.